Capítulo 4

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Silencio.

Minho se mueve sólo un centímetro hacia adelante, mirándolo como si se tratara de algún pájaro bebé que está aprendiendo a volar, cometiendo errores, pero más que decidido a salir adelante; en cambio, Jisung le observa con un brillo peculiar en sus ojos, su expresión no demostrando nada más que sólo desinterés. Su cerebro de seguro se encuentra procesando la información, analizándola para saber si le es de utilidad o si le traerá más problemas que beneficios.

Es normal que Hwang Jisung se preocupe más por el futuro que su alfa. La fortuna, la empresa en sí y el de renombre es él. El que un omega esté en los lares de la economía, la administración y las empresas es tan normal en estos tiempos que no es de extrañar que algo así suceda, pero que además de ello haya sido el heredero de una de las empresas más grandes de Corea es otro asunto. Su padre Hwang Younghyun, quien falleció dos años atrás por la edad y los excesos a lo largo de su vida, se trató de uno de los hombres más ricos en sus mejores tiempos, siendo este quien hizo que las finanzas del negocio se vinieran abajo gracias a sus descuidos.

Y su único hijo omega por cierto, que de seguro en sus tiempos de niñez o adolescencia vivió experiencias discriminatorias por ello, se trató de la única salvación para que todo saliera adelante. Y es por eso que ahí está ahora, al mando del más grande emporio de Corea.

—Quieres nuestra ayuda— empieza Jisung con lentitud, como si la idea se la estuviera repitiendo a él mismo —para divertirnos con tú familia—

Él asiente y le da un último trago a su vaso de agua, ahora que está frente a los Hwang incluso el llamarlos familia le causa asco.

—Esto sí que es una sorpresa— Minho interviene, haciendo que Jeongin lo mire de inmediato —En las reuniones a las que hemos asistido siempre te veías tímido, indefenso, casi patético y ahora la persona frente a nosotros es todo lo opuesto—

Sonríe orgulloso de sí, más ahora que sabe que la personalidad que muestra de forma pública se trató de algo lo suficiente creíble como para que inclusive ellos cayeran en el engaño. De su familia no le sorprende, no cuando son ellos con quien finge más, pero eso no elimina el rastro de satisfacción de su rostro.

Jisung ahora es el que se queda en silencio, el fantasma de una sonrisa en sus labios, casi tan imperceptible que en realidad parece que su rostro es inexpresivo.

—Tengo una imagen que mantener— se encoge de hombros —necesitaba pasar desapercibido—

—Un actor joven, con mucho potencial y al parecer en su mejor época. Ya había visto algo así— Minho lleva sus ojos oscuros a Jisung, casi brillando de una mezcla de sentimientos que podría parecer absurda —Es mi deber preguntar. ¿Qué es lo que te guía a venir hasta acá sólo para eso? —

Jeongin se ahorra el suspirar. Hay muchas razones, pero no es algo que desee ventilar a los cuatro vientos, mucho menos cuando los dos hombres frente él podrían utilizar esa información en su contra en cualquier instante, así que solo se muerde los labios.

—Hay muchos motivos— responde sin más. 

Minho se queda en silencio, estudiándolo, tratando quizá de descubrir la verdad detrás de sus palabas. Jeongin no muestra emoción alguna en su rostro y menos si se encuentra con los penetrantes ojos de Jisung sobre los suyos, siempre estudiando cada movimiento de las personas que capturan su interés. De pronto Minho se ríe por lo bajo, casi como si hubiese descubierto el mejor de los secretos el cual ahora está en sus manos y no supiera del todo qué hacer con él; por el rabillo del ojo lo ve con una mueca burlona, de oreja a oreja.

Esperando a que Jisung sea el primero en hablar, se encuentran los tres en esa oficina ya que saben que, si él quiere tener aunque sea la más mínima oportunidad, a quien tiene que convencer es a Jisung y nadie más. Minho podría estar de acuerdo en todo lo que dice, podía ayudarlo en secreto inclusive en caso de que su omega le niegue la ayuda, pero no será lo mismo sin Jisung.

Yang Jeongin— la forma en que Jisung dice su nombre no muestra más que odio hacia él o tal vez hacia su apellido —¿qué te hace pensar que confiaremos en ti? —

De pronto siente que el aire se escapa de sus pulmones. En un principio trató de que todo luciera como un simple juego, alguna broma que planeaba hacerle a su familia o a su apellido, pero de nuevo se quiere golpear a sí mismo en el escritorio por pensar de forma tan estúpida. Es claro que ellos verían a través de él.

Es obvio que se dieron cuenta de que lo que desea no es un simple juego.

Sabe que no será fácil, mucho menos creíble, pero tiene que conseguir la confianza de esa familia. Es la única forma que tiene de destruir a la suya, de liberar de alguna u otra manera todo el odio que tiene guardado en el pecho desde que era apenas un niño, para al final ser recompensado con lo que le pertenece. El matrimonio Hwang es el camino perfecto para alcanzar su meta, en especial porque ningún miembro de esta familia es idiota.

O al menos no como Jaehyun, quien cometió varios errores administrativos por andar distraído y porque su coeficiente intelectual no es el mejor, claro.

O como su madre e inclusive su padre, quienes además no pueden ver más allá de ellos y su apellido.

Es normal que desconfíen de él ya que es el hijo del enemigo, aunque las razones de esa enemistad aún le son desconocidas, pero no miente cuando asegura que hará lo que esté en sus manos para llegar hasta el final, para después alzarse como el máximo ganador en todos los sentidos.

—Tanto ustedes como yo tenemos el mismo objetivo— aclara con seguridad —aunque por distintas razones—

La mirada de Jisung continúa con ese brillo de curiosidad, aunque su lenguaje corporal no muestre nada más.

—No sólo quieres jugar con tu familia— Jisung dice, observándolo con más intensidad, su tono de voz indicando que descubrió algo importante. Se ríe —No, no. El sólo jugar al gato y el ratón es algo muy estúpido para ti. Una pérdida de tiempo, de hecho—

Jeongin siente el aire acumulado en su pecho.

—Quieres destruir a tu familia por completo—

Es Minho quien termina la frase, su sonrisa tan malvada que le manda escalofríos por todo el cuerpo. No sonó como pregunta sino como afirmación. Por su mente pasa la simple idea de que esos dos están más conectados de lo que aparentan a simple vista.

—Así es— confiesa sin ninguna pizca de arrepentimiento.

Jisung es el que bufa de nuevo, acariciando su mentón con sus manos.

—¿Y cómo quieres lograrlo? — le cuestiona —¿Cuál es tu plan maestro? —

Jeongin sonríe.

—No se ven escandalizados por algo como esto—

El omega mayor le devuelve el gesto, de la misma forma, con la misma burla.

—Quieres destruir a los Yang— Jisung le contesta —quienes nos han dado todo tipo de problemas desde hace años. Se nos presenta una oportunidad como esta de la noche a la mañana, entonces ¿Por qué hacer un escándalo? — Jeongin le echa una mirada rápida a Minho quien sólo tiene ojos para Jisung —No hay motivos para ello. Así que lo volveré a preguntar: ¿CÓMO QUIERES LOGRARLO? —

Entonces se permite sonreír, tranquilo, con sus ojos en una fina línea, pero vivaces y decididos, pasando de un hombre a otro. La victoria que siente recorrer por su cuerpo nadie se la quitará, mucho menos el cambio de reacción que está seguro que verá en Hwang Jisung, un omega protector con su familia hasta el punto de deshacerse de aquellos que les tocan tan solo un pelo.

Sólo tiene una forma de conseguirlo y no es como si, en parte, no hubiese algo de placer de por medio.

—Cásenme con su hijo—responde —y el resto será más fácil—

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