Jeongin se acomoda su camisa de cuadros justo en el momento en que la puerta de la mansión de los Hwang se abre y lo recibe nada más y nada menos que Hwang Yeji en un simple pantalón negro con una blusa rosa. Ella le sonríe como si se tratara de un amigo que no ha visto en años aun cuando nunca se han dirigido la palabra.
—¡Ah, Jeongin! Pasa, pasa, te estábamos esperando. Bueno— ríe —algo así—
Apenas tiene tiempo de contestar cuando Yeji le toma de las muñecas, obligándolo a entrar para después cerrar la puerta con rapidez. El interior de la casa es precioso, no puede negarlo, además de que es muy acogedor.
—Tú eres Yeji— dice, tratando de conocerla mejor. No lo sabe quizás en un futuro cercano pueda serle de utilidad, con eso de que se trató de ella quien encontró la dirección de su departamento —la omega de la familia—
Ella sonríe, traviesa.
—Y tú eres Jeongin— le contesta —el omega de tu familia—
—Así es— ríe —¿Llegué demasiado tarde? El mensaje decía que a esta hora estaba bien—
Yeji niega con la cabeza, ambos cruzando lo que parecía ser una pequeña sala de bienvenida o descanso, en donde sólo se ven tres sillones junto con una mesa central. Ella se espera para que esté a su lado en lugar de guiarlo, algo que le indica que Yeji desea tener alguna conversación mientras llegan a, lo más seguro, el comedor o la cocina de la casa. Jeongin no siente necesidad alguna de comportarse de la misma forma en que lo hace con todos o de siquiera soltar comentarios mordaces, no cuando ella se ve como alguien que en verdad intenta ser amable o por lo menos tener una conversación amena.
Siente su celular vibrar en el bolsillo de su pantalón. De seguro se trata de Beomgyu, preguntándole si ya llegó o, peor aún, si sigue con vida.
—No te preocupes— Yeji contesta —llegaste en el tiempo perfecto. ¿Cómo has estado? —
—Creo que bien— responde con algo de desgano en su voz —Después del, eh, escándalo, me sorprende que Yuna me haya invitado al aniversario de sus padres—
Ella le mira callada. Es hasta que están en una puerta, donde se escuchan voces en su interior, que Yeji sonríe de nuevo pero esta vez con más intensidad.
—Ah, qué casualidad. A nosotros también nos invitó—
Jeongin le devuelve la mirada.
—Pensé que ustedes no se llevaban bien— al escuchar la risa burlona de Yeji comprende de inmediato —Oh, se trataron de rumores entonces—
—Por supuesto que sí, Jeongin. Apenas nos hemos dirigido una que otra palabra en realidad— después de ello suspira, a la vez que coloca su mano sobre el pomo de la puerta —Pero bueno. Rumores son rumores, nada más—
Después de guiñarle el ojo como si se tratara de alguien que sabe un secreto frente a sus narices, Yeji abre la puerta y lo primero que se encuentra, por supuesto, es con Jisung, no puede evitar el preguntarse si eso pasará cada que entre en contacto con esa familia. Lo ve sentado en lo que parece ser la parte central de la mesa larga, en frente, en donde a partir de él los demás asientos se encuentran acomodados. Si bien está sentado y con las piernas cruzadas en posición tranquila, Jeongin logra entrever que se encuentra vestido de la forma más casual posible.
Sus ojos vivaces se posan sobre él de inmediato. Al principio no hay sonrisas, mucho menos algo que lo haga sentir de su parte que de verdad es bienvenido en ese lugar. Pero tampoco se permite que eso lo haga incómodo, en especial porque sabe, gracias a entrevistas o a vídeos, que Hwang Jisung es así con la gente nueva que, por primera vez, entra en contacto directo con lo que se podría considerar lo más importante para un omega: el bienestar y protección de su hogar. Porque de forma directa le permiten a Jeongin pasar; le abren las puertas, le confirman de nuevo que el plan y la unión que tienen van muy en serio.

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GET LIT
FanfictionOmegaverse Cuando tu familia se ha encargado de menospreciarte y humillarte, el odio parece ser el único sentimiento que conoces, ese mismo odio que será tu motor para planear como destruir a tu perfecta familia. O Cuando odias a tu familia y qui...