Capítulo 41

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El regalo de navidad perfecto (y adelantado) para Jeongin es el recordar que Jaehyun ya no es un problema.

La relación que Jaehyun tiene con Jooheon y Jihyo ahora es escasa. Ya no vive en los mismos lujos que antes, aunque sigue teniendo su habitación en la mansión; sin embargo, el pobre de su hermanito prefiere pasar las noches en un hotel antes de ver la cara de sus padres. Jeongin, en cambio, está más tiempo ahí que antes aun cuando eso es algo que no le agrada.

Los medios ya no hablan de Yang Jaehyun, sino que ahora se enfocan en Jeongin. Muy para su sorpresa, la gente parece olvidar su imagen de omega débil y llorón y ahora lo ven con admiración por "casarse con el hijo de los Hwang, aun cuando ambas familias no se soportan". Cada que lee ese tipo de cosas no puede evitar poner los ojos en blanco.

A una semana antes de navidad, Beomgyu al fin se anima a preguntarle sobre la aparente cita que tuvo con Hyunjin.

—¿Y? ¿Te trató bien? — Beomgyu ni siquiera aparta sus ojos de la pantalla, viendo un aburrido partido de golf.

Jeongin bufa a su lado.

—Jamás me ha tratado mal— se encoge de hombros, defendiendo a Hyunjin pero tratando de lucir desinteresado. Por la mirada de Beomgyu, falla de forma considerable —Estuvo... bien. —

—¿Qué tan bien? — Beomgyu continúa. Jeongin podría ponerse a bailar con descaro frente a él y ni se daría cuenta —Anda, no seas tímido. —

Bien, Beomgyu ahora anda de payaso. De vez en cuando al pobre se le olvida que el tímido es él, quien nunca le dice qué tal sus citas con ciertos omegas porque se pone rojo, pensando que Jeongin se enojará por algo así. Pfff, como si no quisiera que Beomgyu sea feliz.

No hay lógica en eso, pero nunca dice nada.

Desvía un poco la atención de Beomgyu al mirar en su celular. Se actualiza con todos sus artistas favoritos (sí, los sigue en sus redes sociales y qué), compra una que otra canción y piensa con toda seriedad si debe de bloquear a Dayhun y las millones de fotos que le manda de una ropa que, según ella, le quedaría perfecta. Ya sabes, dice el último mensaje, para divertirte con tu alfa!!

Todo en Dayhun es gracioso. Jaja.

—No lo sé, Beomgyu— pone los ojos en blanco —Sólo fuimos a la juguetería, después de ahí a otras tiendas y ... —

Beomgyu se queda estático. Luego, olvidando por completo la televisión, se gira hacia él como si se tratara de un robot, los ojos bien abiertos y la boca entreabierta. Alza una ceja, demasiado acostumbrado a las rarezas de Beomgyu o a cualquier tontería que diga o haga.

Se quedan viendo el uno al otro. Si Beomgyu se pone a gritar o hablar en quién sabe cuántos idiomas sólo para decirle que está loco, lo correrá del departamento en un santiamén. Quiere tener una mañana tranquila, en donde los pájaros canten y los árboles se meneen con el aire.

No con Beomgyu dando alaridos.

—¿Qué? — pregunta, cuando pasa una eternidad y Beomgyu sigue en la misma posición. Suelta un bufido —Beomgyu, de vez en cuando me asustas y lo sabes, pero en esta ocasión me causarás un infarto. Me contestas ahora o te las verás conmigo.

Eso parece sacarlo de su ensoñación.

—Tiendas— dice —Hyunjin te llevó a tiendas. —

—Eh. Sí. ¿A dónde querías que me llevara? — pregunta —¿Al baño? —

Bueno, podría llevarlo, pero para tener sexo y otras cosillas por ahí. Pero ese no es el punto.

Beomgyu suelta un gruñido, más de estrés que un sonido de alfa. Es muy temprano y la verdad no tiene cabeza para pensar, así que no se pondrá a analizar cada palabra que salga de sus labios ni mucho menos a estudiar cada movimiento que haga. De hecho, quiere dormir, porque esos sueños que tuvo en la noche no le ayudaron para nada.

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