Capítulo 36

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—Así que... Dahyun. —

Jungwoo se gira hacia él mientras enciende el auto. Antes de contestar se coloca los lentes, y saca su celular del bolsillo para tendérselo a Jeongin.

—¿Quieres que te deje en la mansión de los Hwang? — le pregunta, ignorando por completo el interés que tiene Jeongin.

No se siente para nada impresionado. Pero como es alguien que tiende a poner presión sobre las personas...

—Así que te gustan los alfas— empieza —y quieres tener sexo con Dahyun. La tía de mi esposo. —

Su tío, siempre tan seguro de sí, se sonroja con fuerza. Jeongin pone una sonrisa de triunfo en su rostro.

—Jamás pensé que fueras tan directo, sobrino. —

Jeongin suspira sin quitar la sonrisa en su rostro, mirando hacia la ventana.

—¿Y no has pensado, tío Jungwoo— le replica —que el que no es directo eres tú? —

Jungwoo ríe, siempre ese sonido cantarín que a Jeongin le fascina escuchar desde pequeño, el sonido que lo relajaba cada que Jaehyun o sus padres lo hacían sentir mal y tía Lía y él estaban ahí para alegrarle los días en la casa.

—Tú y tus juegos mentales, Innie— él le regaña, aunque hay cierto toque de ternura en su voz. Entre Jaehyun y él, Jeongin siempre se trató de su favorito. Y lo sabe.

Ensancha aún más su sonrisa.

—¿Y no has pensado, tío Jungwoo, que... ? —

—Ya entendí, ya entendí— Jungwoo se ríe de nuevo y esta vez Jeongin hace lo mismo —Dame un respiro. —

Jeongin, como de verdad siente aprecio hacia él, no presiona más el tema. Claro que le fascinaría saber, pero tampoco quiere ponerlo en una situación incómoda en donde suene más a obligación que a algo que en verdad desea confesar. Jeongin no es tan malvado.

Ninguno dice nada más pero el silencio no es incómodo. Por suerte su tío y él tienen casi los mismos gustos musicales, por lo que le es sencillo tranquilizarse en cuanto la primera canción empieza a sonar. Mira hacia la ventana, los edificios, a la gente pasar.

Cuando el auto se detiene en un semáforo, Jeongin decide que es el momento exacto de mandarle un texto a Jisung para decirle que ya sabe lo que sucedió entre la familia de Yuna y la suya. Le hubiese llamado si no estuviera a menos de diez centímetros de su tío, quien para nada del mundo se distrae cuando algo captura su atención. Además, lo conoce demasiado bien como para saber cuándo miente y cuándo no.

Después de eso llegan al hogar de los Hwang en un abrir y cerrar de ojos, y Jeongin se sorprende un poco cuando se da cuenta que llegaron al mismo tiempo que Minho, quien se baja de su automóvil sin mirar a su alrededor. Su tío ni siquiera apaga el automóvil, pero Jeongin se espera a que Minho entre por el portón para poder saciar su seguridad.

Se gira hacia tío Jungwoo, quien se quita los lentes del sol y sigue a Minho con la mirada. Jeongin alza una ceja, ladeando la cabeza.

—Ese es Minho, ¿verdad? — pregunta sin apartar su vista —Vaya, no ha cambiado nada—

Frunce el ceño.

—¿Sucede algo, tío? —

Jungwoo niega con la cabeza.

—Hum. No— después se gira hacia él, una sonrisa algo forzada surcándose en sus labios —¿Jisung está adentro? —

Jeongin se encoge de hombros, algo extrañado e inseguro.

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