Capítulo 37

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Jeongin se queda en la mansión de sus padres por unos días, aprovechando que Jaehyun ya no acostumbra quedarse a dormir ahí. Esperando a que reciba un mensaje de Jisung diciéndole qué papeles revisar, está atento a que todos se vayan a dormir para entrar en completo silencio al despacho de su padre.

Sin embargo, la curiosidad puede más y se pone a revisar todos los cajones, pero con cuidado; así, nadie le escucha, pero se asegura de no dejar rastro de que estuvo ahí. Se tuvo que poner perfume para suprimir su esencia y que no quede en el aire, pero son cosas que se tienen que sacrificar.

Mientras Jisung no le manda el mensaje, abre los cajones del escritorio de su padre. Busca entre libros, lee los millones de contratos que la empresa tiene con diversos inversionistas, de los bienes que sus padres comparten e inclusive el acta de matrimonio y de nacimiento tanto de Jaehyun como la suya. El acta en donde se estipula la dinámica de cada miembro de la familia.

Pero, sobre todas las cosas, escondido en lo más profundo del último cajón del escritorio (el cual tiene que abrir con las llaves que su padre tiene para lo más importante), se encuentra con un periódico de hace años, junto con una revista de negocios. Ahí, en la portada, están los rostros de felicidad de Jisung y Minho el día de su boda.

Jeongin observa con cuidado, incapaz de creer lo que ve.

Un minuto después, Jisung le manda un mensaje diciéndole cuáles papeles necesita que revise.

Al día siguiente, Jeongin le entrega unos papeles de ciertos contratos de los Hwang a Jooheon, aparentando que se los tuvo que robar de la oficina de Jisung cuando Minho y él salieron a almorzar

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Al día siguiente, Jeongin le entrega unos papeles de ciertos contratos de los Hwang a Jooheon, aparentando que se los tuvo que robar de la oficina de Jisung cuando Minho y él salieron a almorzar. Al instante en que se lo dice, Jeongin se fija con sumo cuidado de la expresión de su padre: algún rastro de celos, de angustia, el más mínimo rasgo de un hombre que mantuvo una relación con Jisung.

Lo único que encuentra es odio.

—Me es increíble que sea tan fácil obtener estos papeles, Jeongin— Jooheon le comenta justo cuando él decide ponerse de pie. Posa sus ojos en él con cautela —Demasiado bueno para ser real. —

Ah, su padre. Un hombre para nada idiota cuando se trata de negocios.

Por suerte ya había pensado algo así

—No fue tan fácil, padre— responde, suavizando su voz como si se sintiera avergonzado —Tuve que, hum, observarlos por algunos días, saber sus rutinas y aprovecharme de la confianza que le tienen a la familia, como ahora soy familia ellos... Sólo... acéptalos ¿sí? Son importantes—

Jooheon lo observa por largo rato. Jeongin conoce esa mirada a la perfección. Es la que le dedicaba a Jaehyun cada que se ponían (en pasado, ¡jaja!) a hablar de negocios en la cena, la sala, o cualquier lugar en donde Jeongin estuviese presente.

Ahora va dirigida a él, pero siente que tiene todo controlado. Su padre la utiliza cada que siente que hay algo más pero no sabe discernir qué es, así como también una mezcla muy rara de orgullo hacia la capacidad que tienen sus hijos para ser como él. O algo así. No lo sabe demasiado y tampoco le importa.

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