Capítulo 47

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La situación del espía tiene que esperar una semana.

Jisung no le da razón ni motivo para aceptar ese hecho, pero es lo suficiente bastardo como para recordarle todos los días que serán compañeros de equipo y que, además, deben de andar con cuidado y vigilar a todo aquél que parezca sospechoso.

(Jeongin vigila el trasero de Hyunjin cada que puede, porque vamos, es sospechoso que sea tan perfecto.)

De pronto a las siete de la mañana, un domingo, Dahyun le manda un mensaje muy específico, en este le pide que se ponga cierta ropa (y se lo deja bien en claro) sin ningún error, ya que eso resaltará más su belleza cuando lo necesite.

No le sorprende en lo absoluto que Dahyun se haya memorizado toda la ropa que tiene en el departamento, ni mucho menos que esa cabeza suya se pusiera a trabajar de tal forma que sabe cómo utilizar el físico a su favor. Eso sí, al ver el mensaje no entiende el por qué debería de hacerle caso.

Jeongin lo entiende horas después, a las ocho de la noche, cuando Jisung llama a la puerta de su departamento con toda la tranquilidad del mundo.

En su mente, primero le da un infarto y luego le prende fuego a Jisung. Pero como eso no tiene sentido, decide que primero lo quema y luego se puede morir del susto. Ver a Hwang Jisung en la noche, en su departamento, no es bueno para su salud mental.

—¿Estás listo? — Jisung le pregunta, entrando al departamento sin preguntar siquiera.

Sigue sus movimientos con una ceja alzada.

—¿Listo para qué?

Jisung se detiene a mitad de la sala, observando su alrededor con cuidado. Después, dejando escapar un silbido, se gira hacia él. Le dedica una sonrisa burlona, aunque hay cierto toque de tensión en ella.

—Para trabajar, por supuesto— le contesta. Jeongin sigue sin comprender y sin duda se nota en su rostro, porque Jisung deja escapar un suspiro exasperado mientras pone los ojos en blanco —¿Esa es la ropa que Dahyun te pidió que te pusieras?

Se encoge de hombros.

—Sí— dice sin dudarlo.

Jisung asiente.

—Perfecto. Entonces ya estás listo, niño. Sígueme.

Sin más, así como entró al departamento, sale. Jeongin sigue sus movimientos con la mirada, algo torpe al hacerlo, parpadeando y apenas captando qué es lo que sucede. La figura de Jisung se pierde por el pasillo, así que con rapidez se dirige a la cocina y toma sus llaves. Se mira con rapidez en el espejo, esperando que nada esté fuera de lugar, para después dejar escapar un gruñido de estrés cuando se olvida por un momento en dónde dejó el celular.

Ah, ya. En la sala. Duh.

Un minuto después, Jeongin cierra la puerta del departamento y se dirige hacia el elevador, en donde Jisung lo espera sin nada de desespero.

De verdad que la curiosidad lo terminará matando.

De verdad que la curiosidad lo terminará matando

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