Capítulo 26

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—Hijo—

Jeongin se gira para observar a su madre tan pronto como escucha su voz. Le permite que lo abrace porque, a pesar de la relación tan turbulenta o el desprecio que siente hacia ella, sabe que su madre se preocupa por él. A pesar de que tenga maneras muy extrañas de demostrarlo. Detrás de ella, Jooheon yace con un porte elegante, mirando alrededor como si estuviera buscando a alguien.

Jeongin entrecierra los ojos.

—Qué bueno que estas aquí, madre— le responde con voz suave —Yo pensé que... ya sabes, que no... que no estarían hoy y...— Jihyo le sonríe, siempre hermosa con un maquillaje natural y un vestido verde que hace lucir su cabello y su piel.

—Uno de mis hijos se casa— le susurra en el oído —Disculpa que tu hermano no haya podido venir, pero entenderás que... —

Ah, Jaehyun sigue aborreciendo a todo el mundo y culpando a todos los demás. Es probable que esté maldiciendo a todo aquél que se le cruce en su camino, las feromonas de alfa inundando cualquier lugar a donde vaya. Qué triste es su vida, piensa Jeongin, pobre de Jaehyunie.

Él se casará y su hermano, bueno, su hermano sigue siendo un bastardo. Ja, Ja. ¡Ja!

—Mamá— le interrumpe, tomándola de la mano mientras finge timidez —yo lo entiendo. D-De verdad. Además, hum...— le dedica una mirada a su padre hasta que éste enfoca sus ojos en él —... ¿podría... hablar con ustedes mañana por la tarde? Es... es importante— luego, dejando escapar un suspiro tembloroso, finaliza —Por favor. —

Sus padres lo miran con notorio interés para después asentir al unísono, retirándose en silencio al ver a la distancia que Hyunjin, sin duda alguna se acerca a él. ¿Jeongin? Bueno, qué puede decir. El aire se escapa de sus pulmones, su alma parece realizar algún viaje a otra dimensión mientras que su cuerpo tiembla de forma inimaginable.

Hwang Hyunjin camina con un porte elegante y peligroso hacia él, luciendo más que perfecto y tentador en ese traje negro que se acomoda de forma imposible a su cuerpo, marcando unas curvas por las que a Jeongin le fascinaría pasar sus dedos. No puede evitar que su cuerpo se sienta húmedo. Maldición, ¿acaso hace calor hoy?

El cabello alborotado hace de él todo un desastre, haciéndolo parecer como alguien serio pero que es capaz de divertirse de ciertas formas cada que se le plazca. ¿Y esos labios acaso aumentaron su volumen? Uh, a Jeongin le encantaría saber cómo sería sentirlos entre sus piernas, sus pezones o su trasero. En todo su cuerpo, de una vez por todas. ¿Para qué contenerse?

Ah, sí. El público, el querido público.

Detrás de Hyunjin, dos hombres atractivos van a su paso mientras platican de forma casual, pero se callan en el momento en que están frente a él. Jeongin, de la ensoñación, casi pasa por alto cómo la mirada de su futuro alfa se pasea por todo su cuerpo. Puede desnudarse si así lo desea.

—Jeongin— Hyunjin le dice, su voz un poco más ronca —me gustaría presentarte a una parte de mis tíos antes de que la ceremonia comience. —

Lo ve caminar a su lado para tomarlo de las caderas, los dos hombres que venían detrás de él observándolos con curiosidad.

—Tío Renjun, tío Heeseung, este es mi ya casi esposo, Jeongin— luego, de forma casual, Hyunjin gira su hermoso rostro hacia él y no puede evitar ronronear —Jeongin, ellos dos son mis tíos Lee Renjun y Lee Heeseung, ambos hermanos menores de mi padre. —

Ah, así que el que adquirió el apellido al casarse fue Minho. Interesante.

Uno de ellos, el que no llevaba ningún saco, sólo una camisa negra y nada de corbatas, lo tomó de la mano para besarle el dorso. Jeongin alza una ceja, entre burlón y curioso; para cuando se gira hacia Hyunjin, éste sólo se encoge de hombros en señal de que es algo normal.

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