Capítulo 38

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Yeji se pone de pie de inmediato, casi corriendo a los brazos de Minho y abrazándolo con fuerza. Jisung, a su lado, le acaricia el cabello con una pequeña sonrisa surcando sus labios, pero su expresión cambia un poco cuando posa sus ojos en él. Hay diversión.

Jeongin quiere reírse a carcajadas. Ese maldito, astuto bastardo.

—Mi pequeña— Jisung habla y tanto Jooheon como Jihyo se giran hacia él con rapidez —¿qué te pasó? —

Yeji niega con la cabeza aún con el rostro enterrado en el pecho de Minho. Él, como un buen padre alfa, la aprieta más entre sus brazos y le da un beso en la cabeza. Changbin ignora la escena y se dirige hacia Jaeol, quien de inmediato se pone en una pose defensiva. Los ojos letales de Jisung están sobre los de Jooheon, y Jeongin de verdad no pasa por alto el instante en que Jihyo se aleja de Jaehyun sólo para tomar a Jooheon de la mano. Su padre apenas reconoce su presencia.

El silencio es incómodo. Dos del cuerpo policiaco presente se acercan a los abogados, poniendo a Changbin al tanto de lo que sucede; Jeongin puede hacer algún comentario, pero no cree que sea oportuno.

—Ah, vaya— Jisung empieza, arrastrando las palabras —Debí suponer que eran ustedes. ¿No puedes controlar a tu hijo, Jooheon? —

Jooheon estudia a Jisung de arriba abajo.

—De todas las personas aquí— empieza su padre —tú eres el menos indicado para hablar de control. —

Jisung sonríe a pesar del claro insulto en las palabras de Jooheon. Minho tampoco reacciona, más entretenido en susurrar algo en el oído de Yeji, quien asiente con delicadeza a cada cosa que le dice. Él, por su parte, ni siquiera trata de moverse de su lugar. Los policías restantes, todos betas, están de pie ahí a la espera que sea necesario intervenir.

Su celular vibra en el bolsillo pero no le presta atención en lo absoluto. De seguro se trata de Beomgyu, diciéndole que a este punto todo el mundo sabe que a Jaehyun se lo llevaron al departamento de policía por discutir con Yeji en un lugar público. Aún necesita saber cómo sucedieron las cosas.

—Tss, Jooheon— Jisung se ríe, sin duda buscando molestarlo. Jaehyun gruñe detrás de su padre —Claro que sé hacerlo. Pero, ya sabes, a veces me gustar perder el control. O dárselo a alguien más— y ahí está su sonrisa ladeada.

Jihyo se tensa, acercándose más a Jooheon. Ese mero movimiento no pasa por alto, ni por él y sin duda alguna ni por Jisung, juzgando por cómo su sonrisa se ensancha hasta mostrar sus dientes.

—Aw, Jihyo. ¿Tienes miedo a que te quite a tu alfa? —

Oh. Por. Dios. ¡Jaja, esto es tan interesante!

Jihyo está más que lista para responder, con el rostro rojo de la furia (y Jooheon está a punto de hacerlo, también), pero todo el mundo se queda callado ya que Changbin y Jaeol se acercan hacia donde están ellos. Uno de los oficiales toma a Jaehyun de su ropa y, aunque éste lucha para liberarse de su agarre, el policía le dedica una mirada que grita que no haga ningún movimiento estúpido.

Jeongin mira a Minho, las palabras de Jisung aun rondando por su cabeza. Ni se inmuta por las palabras que su propio omega dijo, mucho menos se pone a gruñir como cualquier alfa se pone cuando alguien le coquetea a su omega o se escucha cualquier comentario de incitación de otra persona. Se lame los labios, demasiado curioso como para contenerse, pero no hace nada. Los ojos de Minho se posan en él, brillantes y astutos, dedicándole una sonrisa delicada a modo de saludo. Le regresa el gesto en completo silencio.

—Jooheon, Jihyo— Jaeol empieza y todo el mundo posa sus ojos en ella —Su hijo, Yang Jaehyun, actuó de forma violenta contra Hwang Yeji, aquí presente, en pleno centro comercial. Hay cámaras de vigilancia y más de diez testigos que pueden corroborar los hechos, entre ellos Hwang Niki que, por cuestiones de trabajo tal como me mencionó Seo, le es imposible estar aquí. —

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