Capítulo 27

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Desde antes de que entrará a la oficina de su padre, Jeongin sabe que todo será un completo caos.

No el temor a la situación ni mucho menos, pero debe de ser el doble cuidadoso con cada palabra que salga de su boca; en especial porque Jooheon estará prestando atención al más mínimo gesto, el más increíble error. Después de todo es en las manos de Jeongin quien está el poder de deshacerse de los Hwang. O algo así.

Al menos eso es lo que debo de hacerles creer, se recuerda una y otra vez. Sólo tiene que respirar unas cuantas veces, actuar igual de tímido o tonto que siempre, pero a la vez verse seguro de sí. Que tanto Jooheon como Jihyo (más él que ella) se den cuenta de que cada palabra que dice es cierta.

Por supuesto que lo que no se espero es que Jaehyun lo estuviera esperando en la puerta principal, con el rostro contraído en una expresión ridícula de furia. Y miren que Jaehyunie es alguien atractivo, pero con esa expresión... Bueno, piensa Jeongin, qué se le va a hacer.

Cuando está lo suficiente cerca de él, la intensidad en los ojos de Jaehyun aumenta. Jeongin aspira sin poder evitarlo, notando su esencia limpia de alfa, sólo unas cuantas feromonas en el aire. Al parecer el ver a Jeongin ahí lo hace enfurecer.

—Pensé que Jooheon mentía cuando dijo que vendrías— Jaehyun le dice, sin duda alguna conteniéndose de gritarle o, peor aún, golpearlo.

Y uh, ¿qué es eso? ¿Jaehyunie, el querido, el adorado Jaehyunie, llamando a su padre por su nombre? En su mente, Jeongin se deja caer al suelo hasta que muere de la risa, hasta el punto en que se pone rojo y ya no puede más. Pero bueno, imágenes que mantener. Sólo tiene que fingir sorpresa una y otra vez.

Carraspea con timidez.

—Tengo que hablar con... con nuestro padre d-de... asuntos— responde —Hum. Sí—

Eso, Jeongin. ¡Qué astucia la tuya, muchacho!, le decía su maestro de Cálculo cada que resolvía algún problema con facilidad.

—Asuntos— Jaehyun escupe la palabra —Pensé que estarías en tu adorada luna de miel. Ya sabes, satisfaciendo a tu intento de alfa. —

Jeongin lo observa con desgana y piensa: sí, eso debería de estar haciendo. Pero en lugar de ello estoy aquí, observando tu cara y escuchando cada una de las idioteces que se escapan de tu boca. La vida es cruel, ¿no crees? A ti te dio una exnovia beta. A mí un hermano imbécil. No se puede tener todo en esta vida.

Se muerde los labios y baja la mirada, tratando de mostrar inseguridad, sumisión y cualquier tontería que se le cruce por la mente a Jaehyun. Sin duda alguna sigue enojado por lo de Yuna y, al parecer, tuvo una conversación muy seria con Jihyo, así que se tiene que encargar de descubrir de qué se trató.

Debe de andar con cuidado y revisar que ningún cabo anda suelto por ahí. No puede permitirlo.

—Yo... hum... n-nosotros...— susurra —C-Creo que es mejor que vaya con... papá y ...—

Ah, Hyunjin. A pesar de que a él le fue posible oler y sentir la esencia y feromonas del celo alfa, no sucedió nada más que ese besillo que se dieron para sellar sus votos en la boda. Hyunjin desapareció incluso antes de que se terminara la fiesta, algo que no es de sorprender si Jeongin toma en cuenta que siempre lo vio como alguien muy controlador. Alguien que no hace las cosas a lo loco, sino que primero las piensa con mucho cuidado.

Pero si el olfato de Jeongin no falla (es decir que no se equivocó), el celo de Hyunjin en verdad está muy cerca, no importa cuántas veces quiera evitarlo. Y ahora que vivirá un tiempo en la casa de los Hwang para las apariencias, bueno... varias cosas pueden pasar por las noches. En la habitación de Hyunjin. Los dos, solos. Heh. Jeongin, pillín.

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