Capítulo 46

282 44 9
                                    

Todo es tan repentino que Jeongin sólo puede parpadear con algo de torpeza. Abre la boca para intentar hablar, pero por ella sólo se escapa un estúpido sonido de ¿¿ahh?? Que se asemeja más a Beomgyu que a otra persona.

Por un momento piensa que se puede tratar de un error, o de una jugarreta de parte de esos dos para ver cómo es que él reaccionaría, pero por la expresión tensa de Jisung y los ojos oscuros de Minho, inexpresivos y buscando analizar cada movimiento, sabe que dicen la verdad.

Dejando de lado la forma en que se dieron cuenta de ello, quiere suponer que todo sucedió entre los cinco días en que estuvo en celo, de lo contrario no hay forma de que no se lo hayan dicho.

Las palabras siguen reproduciéndose en su mente, buscando la más mínima insinuación de parte de Jisung, quizá tratando de decirle que no confía en él, no con esa nueva información, pero no encuentra nada. No hay nada en lo absoluto, y su cuerpo empieza a temblar un poco.

—Un espía— Hyunjin casi escupe la palabra, sin duda igual de incrédulo que él —Un espía, en el sentido de ... —

—Alguien está robando información confidencial de esta empresa para quién sabe cuál fin—Jisung dice, sus dedos ahora tamborileando sobre la mesa —y aún no sabemos por cuánto tiempo. Es reciente, de eso estamos seguros, pero se desconoce desde qué día empezó.

Jeongin sale de su ensoñación, parpadeando un millón de veces con algo de torpeza.

—¿Cómo lo descubrieron? — pregunta, haciéndose un poco hacia adelante, enfocándose sólo en ellos —Se supone que su información está muy bien protegida. ¿Cómo es que pudieron entrar? —

Jisung y Minho se miran el uno al otro antes de continuar.

—Lo descubrimos por mera casualidad— Minho responde, encogiéndose de hombros —Un día antes de navidad, de hecho. Las computadoras y todo equipo operativo están conectados a mi celular y al de Jisung, de tal forma que cada que alguien abra cualquier documento nos llegará una notificación, y así podremos saber qué es lo que ven y por cuánto tiempo. Por la hora y el día, es imposible que uno de nosotros se pusiera a abrir el documento que abrieron.

Jeongin absorbe la información con rapidez.

—Y en cuanto a cómo pudieron entrar— ahora es Jisung quien habla, ladeando la cabeza —bueno, la respuesta es obvia. Es alguien que de alguna forma sabe cómo funcionan las cosas dentro de los círculos más altos de la empresa y, sobre todo, que ya lleva tiempo entre nuestros empleados. No puede tratarse de uno nuevo. Sería estúpido hacerlo tan pronto como lo contratamos ya que él o ella serían en quien sospecharíamos primero.

Entrecierra los ojos con sospecha, apretando los labios.

—No creerán que fui yo, ¿verdad? —

Jisung pone los ojos en blanco con completo descaro, dedicándole una mirada que sólo grita ¿acaso eres idiota?

Y vaya que lo exterioriza.

—¿Acaso eres idiota, niño? — le pregunta. Cuando Jeongin abre la boca para defenderse, él continúa —No, espera, no respondas eso. Yo lo hago por ti: no eres para nada idiota, niño Yang. No del todo. Quizás a Minho se le llegó a cruzar por la cabeza ese pensamiento—Minho pone expresión ofendida, como si no se esperaba que Jisung lo delatara tan a la ligera —pero no a mí. Pensamos casi igual, ¿sabes? Y no, no pongas esa cara de asco, porque en el fondo sabes que tengo toda la razón. —

Bueno, qué puede hacer.

—Ahora escúchame muy bien, niño, porque no lo repetiré de nuevo— Jisung se hace hacia adelante, sus ojos bien abiertos. A Jeongin le es imposible apartar la mirada —Sé que no fuiste tú. Tienes un futuro brillante, tienes astucia y sabes manejar a tu antojo cada una de las oportunidades que se te presenten. ¿Esto de hacer tan obvio que trabajas a nuestras espaldas, robando nuestra información? No eres así. Tu idiotez no llega a esos niveles. —

GET LITDonde viven las historias. Descúbrelo ahora