Capitulo 6

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La voz de Minho lo saca de sus pensamientos.

—Pero— dice él alfa —eso no significa que no te... brindaremos ayuda. Es una propuesta interesante, muchacho. En el ámbito correcto serías de utilidad. En lo personal no le veo problema alguno a tu plan— dice, ignorado por completo el gruñido de Jisung tan pronto como suelta esas palabras.

—¿Disculpe? —pregunta algo incrédulo.

Al parecer tampoco Jisung se lo cree del todo.

—¿Qué?— es la respuesta poco tranquila de su omega.

Minho los mira a los dos con simpleza, pasando de un lado a otro con una sonrisa plantada en su rostro y su lenguaje corporal sólo demostrando tranquilidad, astucia y, sobre todo, serenidad.

—Estoy de acuerdo con Jisung de que no cuentas con los medios necesarios para hacer lo que deseas— continúa —pero tampoco hay que dejar de lado que serías de mucha utilidad ya que sabes cosas que ni los mejores investigadores podrían descubrir. ¿O me equivoco? —

Ve una oportunidad presentarse ante sus ojos.

—No, no se equivoca—

Minho le sonríe de forma lobuna, como si estuviese trazando en su mente algún plan de guerra en donde él es la artillería pesada.

—Jisung— Minho le llama con suavidad, el tipo de tono que los alfas utilizan para tranquilizar a sus omegas a pesar de que hace años dejó de usarse —creo que deberíamos de darle una oportunidad—

—Me niego—

—Jisung—

—Minho—

Maravilloso. Ahora es testigo de una pequeña pelea de miradas entre un omega y un alfa, los dos con un punto de vista o posición contraria al otro. Es algo gracioso el verlos así al igual que nuevo, ya que, en su familia cuando surgen peleas, es su madre fingiendo derrota, aunque en el fondo se trague todo su orgullo cada que las cosas no salen como desea. Las peleas son aburridas, patéticas.

Pero los Hwang son tan distintos hasta en eso.

—De acuerdo— escucha a Jisung decirle casi en un susurro, sus ojos tenaces de nuevo posados en los de él —Lo pensaremos y en dos semanas te daremos una respuesta— ahora lo dice más decidido.

Dos semanas es demasiado tiempo. Ya no quiere esperar.

En el tono de voz de Jisung, es posible escuchar el enojo contenido. La furia del omega que ha sido amenazado casi de forma directa con la posibilidad de lastimar a su familia, y en parte comprende ese sentimiento a pesar de que no es padre. Se pone de pie, abrochándose el saco de inmediato para después asentir con la cabeza, en silencio.

Es Minho quien le acompaña hasta la puerta, sonriéndole como si frente a él estuviese sólo un niño que no sabe en lo que se ha metido. Siente un escalofrío recorrer su cuerpo pero, antes de cerrar por completo la puerta, Minho coloca una mano sobre su hombro y él se gira de inmediato, encontrándose con sus cálidos ojos avellana observándolo con algo de interés y frialdad.

Pasa saliva con dificultad, nervioso, sabiendo que Jisung les observa desde el escritorio.

—Muchas gracias por venir— le susurra, una sonrisa surcándose en sus labios —Ve a casa con cuidado—

Aun cuando la puerta se cierra, Jeongin siente los analíticos ojos de Jisung aun sobre él, asi que se marcha de ahí sin siquiera mirar a la secretaria, las palabras de Minho pasándole sin importancia alguna, en su cabeza ya se encuentra la idea perfecta para que ellos acepten de una vez por todas su plan. Dos semanas es demasiado tiempo, más de lo que desea, y está más que cansado de esperar.

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