Capítulo 34

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Como Jeongin es alguien con suerte, no tiene que esperar demasiado tiempo para ver a Shin Yuna. Claro que se trata de una completa casualidad, pero no por ello lo dejará pasar.

En cuanto sus ojos se posaron sobre un rostro muy conocido para él en medio de la plaza comercial, supo que tenía que pasar de una vez por todas. No se puede permitir el atrasar más la conversación, no cuando ya se llegó al punto en donde Jack casi respira sobre su rostro para que le lleve información. Unos cuantos cálculos erróneos por ahí, para qué negarlo.

Yuna está de pie, hablando con alguien que no logra ver, y aunque a la distancia puede ver cierta tensión en su cuerpo (quizá porque la gente aún la observa por el escándalo de su dinámica), su rostro no refleja nada más. Como si cada que saliera se pusiera una máscara para ocultar lo que siente. Jeongin se siente algo identificado.

Se acerca hacia ella con tranquilidad, preparando la mejor de sus expresiones para que no reaccione de forma negativa. Desde que sucedió lo de Jaehyun que no la ve, así que no sabe si tiene algún tipo de rencor más generalizado al saber que esa relación ya llegó a su fin.

Las revistas de vez en cuando la mencionan y, hasta donde sabe, todos los contratos que tenían se los cancelaron al descubrir tan bochornosa situación. Jeongin ya no le presta tanta atención al asunto, pero las palabras de Changbin vuelven a su cabeza.

Se imaginaba muchas cosas, sí, pero encontrarla en compañía de Hwang Dahyun es algo que sin duda lo sorprende en demasía. Dahyun parece como siempre emocionada, con lo que parece un vestido rosa entre sus manos y lo coloca sobre el cuerpo de Yuna para medirlo a simple vista

Y, como es de esperarse, Dahyun logra capturar su esencia desde esa distancia porque sus ojos brillantes se posan en él en un tiempo récord. Dahyun sonríe, exclama, agita los brazos, y Yuna toma el vestido con torpeza para que no caiga al suelo.

Oh que maravilla.

—¡Jeongin, Jeongin, por aquí! — Dahyun le grita, ignorando que todo el mundo se gira hacia ella. Le dan tremendas ganas de darse la vuelta y largarse de ahí —¡No me obligues a ir por ti, corazón! —

Eso lo convence para ir. A regañadientes. ¿Cómo hablará con Yuna? Lo más importante de todo, ¿cómo es que están juntas? ¿Acaso Jisung planea algo sin que se dé cuenta? Aunque ahora que lo piensa es algo ilógico, ya que, a como Yeji le comentó una vez, Hwang Dahyun no es alguien que se interese en los negocios o en situaciones que tengan que ver con competencia empresarial. Sólo se enfoca en sus diseños, en alfas y en su familia.

En ese orden.

—Em...— cuando está lo suficiente cerca, le sonríe a Yuna con nerviosismo —Hola, Yuna. —

Yuna parpadea varias veces. Luego un leve sonrojo se esparce por sus mejillas, bajando la vista como si aún le diera vergüenza recordar todo lo que hizo.

—Jeongin, qué gusto verte por aquí— ella contesta —Eh, estoy con Dahyun porque...—

Niega con la cabeza. Y, aunque su curiosidad le carcome, tiene una imagen que mantener.

—Oh, Yuna— habla apenado —no tienes que, hum... no tienes que decirme nada, sabes. No... no te juzgaría así...—

Dahyun deja escapar lo que parece una risa malvada. Piensa con toda seriedad que en verdad debe de alejarse de ahí. En cualquier momento Dahyun podría actuar algo rarita, quién sabe. La ve abrazar a Yuna sin nada de pudor, aun cuando la gente a su alrededor los observa con una curiosidad cada vez mayor.

—¡Oh, ja, ja! ¡Pero ahora somos familia!— Dahyun exclama —Yo no me quedaré callada, por supuesto. Mira, corazón— continúa, hablando con rapidez y esta vez dirigiéndose a Jeongin, pellizcando una de sus mejillas —lo que aquí sucede es que Yuna es el rostro de mi siguiente colección de invierno. ¡Es maravilloso, lo sé! ¡Sublime! —

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