El pelinegro aprieta los labios, mientras se echa los cabellos hacia detrás, totalmente tentado a hacerle alguna broma a Yoongi, que no se corta en mirar su cuerpo, sin ningún tipo de intención de dejar de hacerlo.
- Me siento halagado — le dice, saliéndose de la ducha — hace mucho que alguien no me miraba así, muchas gracias.
Los colores incendian la cara de Yoongi, que por fin es consciente de que se ha quedado completamente embobado mirando el cuerpo desnudo de Taehyung, y se gira, tapándose el rostro con las manos, de la pura vergüenza; sólo falta que su extensión, que estaba tranquila, se alce de nuevo, expectante y orgullosa.
- Eres muy lindo, hyung — canturrea, cogiendo la toalla para taparse — gracias por obligarme a ducharme, me encuentro mucho mejor, tenías razón.
- P-Para, deja de meterte conmigo — pucherea, sintiéndolo detrás de él — ¿Has tirado el champú a conciencia? ¿Acaso querías que te mirase? Porque no me parece bien que hagas esas cosa—
De repente, siente la anatomía del pelinegro pegada a la suya, con la humedad de su cuerpo transfiriéndose a su ropa, y la barbilla dando con su cabeza; su capacidad de pensar se trastoca, no pudiendo hacerlo con claridad.
- Necesito salir para vestirme, hyung — dice, simplemente — y no entramos los dos en este cuarto de baño, si se puede llamar así.
- ¿Eh? ¡Ah! ¡Sí! — Yoongi se echa hacia adelante, saliendo disparado hacia la parte de la cocina, dónde ha empezado a preparar los ingredientes — n-no me digas que me gire hasta que te vistas, ¿Eh?
Taehyung suelta una leve risita, para obtener la ropa de uno de los cajones de debajo de la cama, volviendo a ser una persona vestida de nuevo; una idea malévola se le pasa por la mente, al ver el pequeño cuerpo del pelimenta en su cocina, desprotegido, dándole la espalda, y muerto de vergüenza.
Se acerca, en silencio, procurando hacer el menor ruido posible, hasta que se posiciona detrás, pasando ambas manos a sus lados, y poniendo sus labios en el oído contrario.
- ¿No debería desnudarte yo a ti para que estemos en igualdad de condiciones? — ronronea, con voz baja y gruesa, luchando por no reírse, conforme los colores siguen reinando en su rostro — ya que has visto cómo solo Seokjin hyung me ha visto, es lo mínimo, ¿No crees?
Yoongi le ignora, procurando no caer en el juego de Taehyung, sabiendo que está intentando hacerle avergonzar; y lo consigue, cuando se corta, al sentir el pequeño beso que le deja el pelinegro.
- Mierda, Kim Taehyung, mira lo que me he hecho por tu culpa — gruñe, pegándole un codazo en el costado, consiguiendo separarlo — eres un imbécil, nunca me había cortado mientras cocinaba, pero tenías que llegar tú, a hacerte el playboy por pura diversión — sigue maldiciendo, con el dedo puesto debajo del grifo.
Silencio, eso es lo que se escucha en la habitación, y Yoongi, extrañado se vuelve hacia él; en el rostro del pelinegro hay clara preocupación y culpabilidad, y solo suspira, agotado.
- No vuelvas a hacer esas cosas, sabes perfectamente que esto es fingido — le dice, comprensivo — te he mirado de más porque es la primera vez que veía a un hombre desnudo en la vida real, tampoco me había dado un beso de esa intensidad antes, cuando lo hicimos en la universidad, a veces me abrumas un poco — el menor asiente, desolado — si vamos a continuar con esto, debes ser un poco menos intenso y coqueto.
- C-Claro, hyung — le consigue decir, mirando el dedo, que aun sangra levemente.
Taehyung se muerde el labio, sabiendo que se ha dejado llevar de la forma más tonta, y se dirige a su cama, para tumbarse y taparse; porque todo el mundo sabe, que durmiendo es cómo mejor se pasan las cosas incómodas.
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Leves zarandeos y un exquisito aroma a comida casera le hace despertar; sus ojos enfocan de forma dificultosa al pelimenta, que le mira desde arriba, con el ceño fruncido.
- ¿Qué ocurre? — pregunta, revolviéndose.
- Vamos, arriba, llevo toda la tarde cocinándote, y me tengo que ir a casa, ya es bastante de noche y vives muy lejos de todo, Taetae — le insta, levantándose de la cama — te he preparado varias cosas, para que tengas para varios días, aunque cuando te encuentres mejor iremos a hacerte la compra, no puedes estar así, ¿Es que no tienes dinero para comer o qué? También he pensado que te traeré algunas cosas de mi casa, mi madre y yo preparamos siempre comida demás, puedo prepararte también para ti.
- Hyung — le llama, haciendo que se gire — ¿Puedes venir aquí un momento?
El pelimenta se acerca, sentándose de nuevo en la cama; su capacidad respiratoria se corta cuando Taehyung se le tira encima, aplastándole, con fuerza.
- ¿Me perdonas? — le pregunta, en un hilo de voz.
- Pues claro, bobo, ha sido sin querer — sonríe, acariciándole los cabellos — sólo aprende a no ser tan bromista, no suelo captar las bromas con facilidad, y no sé cuándo lo estáis haciendo o no.
- G-Gracias — consigue decir, apretándose más contra su cuerpo.
El pelimenta sonríe más grande, dándose cuenta de lo solo que debe encontrarse ese muchacho, para que se aferre a él de esa forma, habiéndose conocido hace solamente unos días, pero se alegra, de estar ahí haciéndole compañía.
- He guardado mi numero en tu teléfono, y me he llamado, para guardarlo también, ¿Vale? — el pelimenta le empuja, pudiendo liberarse — cuando llegue a casa te mando un mensaje, para que te quedes tranquilo, cena y tomate las medicinas, que, si no, no te vas a mejorar nunca.
Taehyung asiente, volviéndose hacia el mayor, que agarra sus cosas, marchándose y saludándole con la mano desde la puerta.
El silencio llena el solitario apartamento de Taehyung, que de repente, se siente completamente solo, vacío y extraño porque ese novio ficticio que tiene, ya no se encuentra ahí, y sonríe, porque tiene a alguien que se preocupa por él.
Y por una vez, decide, que hacerle caso a alguien de vez en cuando, no está mal.
