- Me parece injusto y egoísta todo esto por tu parte, Jungkook — dice Namjoon, claramente serio, mirando a su ex, con los brazos cruzados — has decidido estar con Yoongi y ni siquiera me permites tener mi puto tiempo de duelo sin que vengas a reclamarme que no te hago caso — el castaño se echa hacia atrás, tragando duro — ¿Se puede saber qué más quieres? ¿No os ha bastado a Yoongi y a ti jodernos la vida? Dejadnos en paz a los dos.
- ¿Qué dos? ¿Por qué dices eso? — Jungkook le mira sin entender, negando levemente con la cabeza — entiendo tu parte, pero aquí hay algo que no me cuadra — Namjoon desvía la mirada, ignorando su pregunta — aun así, quiero seguir hablando contigo, me parece fatal que con Yoongi hyung sí sigas haciéndolo.
- Oh, sí, voy a seguir con la misma relación de mierda que tenía con el chico con el que me he estado acostando tres meses porque él es un puto inmaduro que no sabe lo que realmente quiere — dice con ironía, rompiendo el corazón de Jungkook.
- Y-Yo sí sé lo que quiero — susurra, golpeándose mentalmente por tartamudear al decirlo.
- Yo también sé lo que quiero — escupe Namjoon, soltando sus brazos para andar por su lado — y lo sé desde hace demasiado tiempo, pero no soy correspondido — no duda en golpear sus hombros, moviendo a Jungkook en el sitio — ¿A qué no?
Quiere contestar, realmente quiere hacerlo, pero quedarse en silencio en esa habitación, en una de las muchas de ellas, con la cabeza retumbándole y el corazón doliéndole de la peor forma posible, es lo único que hace; el móvil le suena, viendo en la pantalla que no es nadie más que su mayor, el que le reclama.
- ¿Yoongi hyung? — el castaño se sorprende, al escuchar un sollozo — ¿Qué te pasa?
- N-Nada — dice, contestando con poca seguridad en sus palabras — solo te llamo para decirte que me he marchado, no me encontraba bien y no quería seguir en la fiesta — el castaño se apoya en la pared, sin poder creérselo — realmente lo siento demasiado, Jungkookie, te he dejado solo.
- Pues sí, podrías haberme esperado — le escupe, enfadado — ¿Tanto te costaba mantenerte quieto hasta que yo llegase? Somos dos, hyung.
- Y-Yo, lo siento mucho, e-estoy al final de la calle, te espero aquí — lloriquea, sentándose en el suelo — ven anda, me he portado fatal y no m-me vendría nada mal un a-abrazo — Jungkook suspira, despegándose de la pared — p-por favor.
- Tranquilo, ya voy — asiente, saliéndose de la habitación — no sé qué te pasa, pero podrías explicármelo por aquí, si te vas a sentir mejor — el castaño ve a Namjoon, hablando con Hoseok como si no pasase nada, desviando los ojos con un mal cuerpo, que crece a pasos agigantados — tampoco debí dejarte solo, ha sido también mi culpa, hyungie.
- Me duele mucho la cabeza, estoy m-mareado — solloza, haciéndose una bolita — ¿Porqué Jungkookie, por qué?
- A lo mejor es del alcohol, o de la música alta — le explica, saliendo de la mansión, cada vez más deprisa — no me he despedido de nadie, aunque tampoco nos echarán de menos — echa a correr, conforme escucha los grandes sollozos de Yoongi — porque nosotros somos los malos de la película.
- Efectivamente, sí lo s-somos — lloriquea, dejando caer el móvil.
El castaño envuelve a su mayor entre sus brazos, dejándole llorar con tranquilidad, para comenzar a hacerlo él también, sin tener claro si es por estar escuchándole o porque simplemente necesita desahogarse de toda esta situación tan jodidamente difícil.
Ignorando que ese simple gesto de estar abrazados en la calle, ha sido el último dardo que necesitaba Taehyung, para marcharse definitivamente de Seúl.
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La pareja aparece resacosa, pero lo hace, encontrándose a un Taehyung que gira de forma aburrida su batido de fresas, mientras lo mira distraído.
- ¿Por qué tanta prisa? Estamos de resaca — gruñe Jin, sentándose enfrente de él; rápidamente el mayor se traga sus palabras, al ver los ojos hinchados de Taehyung y sus pronunciadas ojeras — ¿Qué pasó ayer? Te marchaste sin dar ningún tipo de explicación, ni un mensaje nos mandaste.
- Bueno, Yoongi hyung me volvió loco, poniéndose celoso de Mark, increíble ¿Verdad? — Jimin se lleva las manos a la boca, sorprendido — sí, lo mejor de todo es que cuando le pregunté porque no se quita mi anillo, no me respondió absolutamente nada — ambos chicos le miran con atención, doliéndole esa lágrima que se le escapa — terminó besándome y marchándose a ser abrazado por Jungkook, nuevamente.
- ¡¿Qué te besó?! — grita Jimin, completamente incrédulo — es increíble todo esto, ¿Tanta mierda para acabar así? Yo no puedo más.
- Yo tampoco Jiminie — el pelinegro le acerca una mano, que este acepta — esta semana es la última antes de las vacaciones y bueno, voy a volver a Daegu a ver a mis padres — ambos asienten, esperándose lo peor — les voy a decir que me pidan el traslado de la carrera, también la puedo hacer allí.
- P-Pero en Daegu no tienes amigos...
- Ni está Yoongi — sentencia, apretando fuerte su agarre.
- ¿Qué te digo? Me parece bien — dice Jin, ganándose una mala mirada de su novio — ahorras un dinero y Yoongi no se confundirá más viéndote, es la mejor elección — Taehyung sonríe con tristeza, asintiendo — a nosotros nos seguirás teniendo, independientemente de donde estés.
- No hace falta decir que ni una sola palabra de esto — se cerciora, mirándolos a los dos — me marcharé y solo volveré a hacer el papeleo y la mudanza, sois bienvenidos a casa.
La pareja asiente, no estando muy de acuerdo con la decisión, pero solo pudiendo aceptarla, pues la felicidad de su amigo, es lo más importante.
