Cincuenta y siete

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El pelinegro ha tenido novio en otra ocasión, uno al que amó mucho y del que disfrutó cada minuto hasta que se dio cuenta de que eso no iba a ningún sitio, incluso estos dos meses con Yoongi han sido geniales, a pesar de que todo era supuestamente ficticio, pero lo que siente en este momento mientras disfruta de cómo su mayor lucha por poder respirar y besarle a la vez, pudiendo acariciar su dermis pálida y suave, ambos en su cama sin ninguna prisa, es completamente diferente.

Realmente quiere desechar los malos pensamientos que le abordan, esos que le hacen pensar una y otra vez que Jungkook ha tocado esa piel, que la ha besado y que probablemente se ha acostado con su mayor, pero al pasar sus dedos por ella es inevitable recordarlo.

Jamás ha sido una persona celosa, se suele sentir bastante seguro de sí mismo, tiene ojos y se ve con ellos cada día en el espejo, pero no puede negar la evidente belleza y el atractivo del castaño.

Y hunde las yemas de sus dedos, apretando contra la cintura de Yoongi mientras baja sus besos, gozando cada jadeo y suspiro que sale de sus labios, utilizando su nariz para girarle el rostro con la intención de meterse en su cuello, donde no duda en succionar y morder, deseoso de que cada efímero rastro de caricias o besos que pueda haber de otra persona, se marchen definitivamente de ahí.

- ¿Sabes? — dice Yoongi, en un suspiro, perdiendo sus dedos entre los rizos azabaches del menor — fui incapaz de dejar que me dejase marca.

Y aunque eso libera todo rastro de duda, de que en efecto ellos dos han tenido más, también libera cada mal pensamiento y decepción por no poder estar a la altura a pesar de haberse unido con anterioridad; Taehyung sonríe contra su piel y se acomoda mejor, utilizando su mano izquierda para flexionar la pierna de Yoongi, bajándola luego por su muslo, apretándolo mientras sus caderas se mecen contra la entrepierna contraria en un juego tan desesperante como sensual.

- Sigo odiando que toquen lo que es mío — dice en un susurro, entrelazando su mano libre con la del peliblanco — ¿Soy demasiado caprichoso? Tal vez, pero no pienso dejar que te escapes nunca más, Min Yoongi.

- ¿Acaso crees que tengo intenciones de hacerlo? — el rostro del mayor se gira, buscando la boca contraria — eres mío y conmigo te vas a quedar.

Como si un tornado le recorriese el cuerpo, Taehyung atrapa los labios de su mayor, cansado del jugueteo que llevan teniendo toda la tarde, deseoso por poder introducirse definitivamente; tantea la cama buscando el lubricante que acaba consiguiendo, embadurnándose los dedos como puede y apretando con el primero, recogiendo feliz el jadeo que lucha por romper su beso cuando se introduce.

Cada cosa que le ocurre con Yoongi le sorprende a unos niveles que le asustan demasiado, pues siempre le ha gustado el sexo, pero hacerlo con él es otro nivel, solo por escucharle o poder ser testigo de lo lindo que está jadeante o gimiendo en exclusiva para él y provocado por él.

El dedo se mueve con lentitud, quiere disfrutarlo, gozarlo y recrearse en cómo a pesar de todo ha sido el elegido, cómo todo está en el cauce que se debe seguir en su opinión, porque después de pensarlo mucho ha llegado a la conclusión de que se quedó en Seúl solo porque tenía que conocerle a él.

- Dilo de nuevo, Yoongi — susurra, mordiendo su labio inferior.

Y el peliblanco gime, porque se lo pide a la vez que introduce otro dedo, sintiendo su mente muy lejos de ese momento, tardando unos segundos en entender qué le está pidiendo, pero cuando sus ojos enfocan la oscura mirada de Taehyung, siempre tan seguro y orgulloso, derrochando anhelo y atención, solo puede sonreír en mitad de esa nube de placer a la que está sometido.

- Te amo.

Y piensa otra vez lo bien que se siente decirlo, lo dichoso que es porque realmente hay alguien que necesita escucharlo, que ama oírlo proveniente de sus labios.

- J-Joder — gimotea Taehyung, aun sin poder creerlo del todo, a pesar de haber recibido una confesión dos veces ya.

- Lo diré cada vez que lo pidas, cada momento que lo necesites y cada día antes de que te vayas a dormir, porque es lo que siento — Yoongi utiliza su mano izquierda para acariciar su rostro, deshaciéndose en la mirada del menor — gracias por aceptar mi falso amor en su momento, Taetae.

La sonrisa que llena el rostro de Taehyung solo es opacada por los dedos saliendo de su interior para utilizar ambas manos con el propósito de colocarse debidamente la gomita.

El mayor ve cómo el pelinegro se coloca sobre sus rodillas para ponerse el condón, sin dudar en abrirse de piernas todo lo que puede; Taehyung coloca su izquierda en flexión mientras que pasa la otra por su cintura, apoyándose en su codo derecho para guiar con su mano su miembro hacia su entrada.

La leve presión que siente Yoongi se pasa conforme Taehyung vuelve a besarle, olvidándose del tenue dolor que pueda tener durante unos momentos para recibir al que es su novio en su interior; a esa persona de la que hace unos meses no tenía conocimiento de que existiera y de la que jamás habría sospechado que podría llegar a necesitar y amar como lo hace.

A su verdadero novio.

Fake love ❣ TaeGi KookGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora