Dieciséis

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El sonido de la puerta que se cierra es lo que le hace a Yoongi darse cuenta de que Taehyung está dentro de su casa, con él, y que se encuentra en pijama; sube los ojos para ver la sonrisa divertida del pelinegro, que observa muy atentamente.

- Suéltame, eres muy pegajoso — rabia el pelimenta, apartándole las manos de la cintura — tu suegra — dice, haciendo comillas con los dedos — está trabajando, tiene guardia de veinticuatro horas en el hospital, así que no la vas a conocer — se da la vuelta, andando hacia el salón — ya puedes irte.

- ¿No fuiste tú el que me dijo que viniese cuando no tuviese comida? Pues aquí estoy — le responde, entretenido y andando detrás de él — no tengo y no quiero pasar el fin de semana solo, así que, ahora, te aguantas.

- A todo esto — Yoongi se detiene, volteándose para verle — ¿Cómo sabes dónde vivo?

- Que lindo eres, hyung — se ríe el menor, dándole un golpecito en la frente con el dedo — me mandaste la ubicación para que viniese a comer, sólo he tenido que activarla y rezar porque fuese esta casa — el pelimenta abre la boca, y asiente, comprendiendo — quiero desayunar, por favor.

- Está bien — suspira, encogiéndose de hombros, para darse la vuelta de nuevo — sólo pórtate correctamente, aquí no tenemos que fingir delante de nadie.

Taehyung asiente, divertido, y visualiza mejor la bonita figura de su novio falso, dándose cuenta de que es menudo, pero las partes adecuadas resaltan perfectamente, que sus piernas tienen pinta de ser suaves y parecen brillar, y que el rosáceo de sus articulaciones solo lo hace ver más lindo.

Para cuando deja de mirarle, tiene a Yoongi mirándole con una ceja arqueada, pero con los mofletes completamente teñidos de rojo.

- ¿Por qué me miras así? — pregunta, cruzándose de brazos — no soy un trozo de carne, Taetae, no puedes hacer esas cosas — el menor le saca la lengua, avanzando hasta él — te he dicho que te comportes, no que me mires como si fueses a devorarme.

La capacidad respiratoria de Yoongi se atora cuando el menor le agarra el mentón, mirándole con intensidad, escaneándole el rostro, atentamente.

- ¿Tú no te miras en el espejo? Eres lindo — dice simplemente, colmando la paciencia de Yoongi — y yo, que tengo ojos en la cara no puedo evitar mirarte si estás en ese pijama tan veraniego que llevas.

- Vuelve a tocarme una vez más sin mi consentimiento y te llevas una patada en los huevos, Kim Taehyung — gruñe Yoongi, apartándole su mano de un guantazo.

- Qué salvaje — ronronea, divertido.

Yoongi se vuelve definitivamente, andando hacia la cocina, intentando por el camino obviar el latido desenfrenado en su pecho o el respirar agitadamente, sintiéndose idiota por ponerse así con un muchacho que solo quiere jugar, sabiendo, o queriendo creer, que simplemente está de broma.

Taehyung le sigue, en silencio, y pensando, por qué necesita toquetearle tanto.

El pelimenta ve cómo Taehyung está sentado en su sofá, de piernas cruzadas mientras se divierte con algo en la televisión, y frunce el ceño, dándose cuenta

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El pelimenta ve cómo Taehyung está sentado en su sofá, de piernas cruzadas mientras se divierte con algo en la televisión, y frunce el ceño, dándose cuenta.

- ¿Me puedes explicar por qué es mediodía y sigues aquí? ¿No habías venido solo a desayunar? — le pregunta, pero cómo el menor le obvia, le tironea de la camiseta, llamándole la atención — no me ignores, maldito, llevas toda la mañana aquí, usurpándome mi fin de semana de paz.

- No me tires de la camiseta, me la vas a agrandar, hyung — dice con tranquilidad, volviendo su rostro hacia él, para agarrarle la muñeca — no quiero estar solo, ¿Te importa que pase el día aquí?

El mayor con claridad que en los ojos del pelinegro, hay una clara necesidad de estar acompañado, y asiente, simplemente manteniéndose en silencio; se acomoda de nuevo en el sofá, rozando hombros con Taehyung, que baja la mano, aun agarrándole la muñeca, sin intención alguna de soltarle.

- Te dije que no me tocases más sin mi consentimiento — dice en un susurro, sintiendo el calor a través de su piel — y estás muy pegado a mí, aléjate.

- Has sido tú el que se ha apoyado en mi hombro, hyung — le responde, soltándole la muñeca, para agarrarle la mano, entrelazándolas — cuéntame cosas de ti, Yoonie hyung, cómo, por ejemplo, si he sido yo el primero en besarte.

- Por supuesto que no — bufa, mirando el agarre en sus manos — tengo 22 años, ¿Qué te crees?

- ¿Y has hecho algo más que eso? ¿Has tenido novio antes? ¿Cuál es tu color favorito? ¿Qué deportes te gustan? ¿Te gustan los animales? — el bombardeo de preguntas, atoran el cerebro de Yoongi, que le mira, sin entender — a parte de mi novio falso, eres algo así cómo el mejor amigo que tengo, cuéntame cosas de ti.

- Mi color favorito es el negro, nací el 9 de marzo, me gustan todos los animales — tuerce los labios, pensando — adoro el baloncesto, aunque suelo ver bastantes deportes — choca miradas con Taehyung, sintiéndose nervioso — y no, no he tenido novio antes.

- Falta una pregunta, querido hyung — dice el menor, subiendo las cejas.

- Eso, a ti, no te interesa.

- Entonces es que no.

Ambos se meten en una guerra de miradas que se corta gracias a la oportuna llamada de Jungkook, que parece que huele los momentos en los que los dos están avanzando en esa extraña relación que tienen.

Yoongi no duda en descolgar el teléfono, para atender la llamada; pero una furia, totalmente injustificada, llena a Taehyung, llevándole a hacer algo indebido.

- Hola Jungkookie, ¿Tienes resaca? ¿Com—

El pelinegro se acerca al desprotegido cuello de Yoongi, abriendo la boca y mordiendo en su blanquecina piel, a la vez que utiliza su lengua, para dejar una deliciosa marca, que no hace otra cosa más, que arrancar un delicioso gemido de los rosáceos belfos del pelimenta, completamente avergonzado.

Y que Jungkook, escucha de forma cristalina.

Fake love ❣ TaeGi KookGiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora