NARRA DRACO:
-No te atrevas a decirlo, Draco. No te atrevas. No tienes ni idea de lo que supone admitirlo. Yo... hace rato que dejé de creer que soy una insensible. Sé que tengo sentimientos. Porque se muestran a cada momento. Te los mostré ese día junto al lago cuando me dio el ataque respiratorio, aunque hubiera sido un error. Te lo mostré cuando dejé que mis emociones me llevaran a drogar a Finnigan. Te lo mostré cuando te lancé por los aires en Halloween. Te lo mostré todas esas veces que nos emborrachamos y nos confesamos las mierdas del otro, todos nuestros miedos y traumas. ¡Tengo sentimientos, joder! ¡Los tengo, claro que los tengo! ¡Tengo sentimientos por ti, de igual forma que no puedo evitar sentir cariño y apego por Harry, y de igual forma que arriesgaría mi vida por Mattheo porque no me puedo permitir verlo morir a él también!
No la estaba viendo, pero no necesitaba hacerlo para saber que estaba alterada, y al borde del llanto.
-Está bien, Tn. Desátame y lo...
-No. No lo estás entendiendo.
Grité, cogido por sorpresa, cuando me mordió en el hombro. No supe en qué momento había sacado los colmillos.
-Draco, nadie puede saber esto.
-¿Con esto, te refieres al castigo...?
-¡Me refiero a los sentimientos! ¡No están bien!
-¿Qué más da lo que esté bien y lo que esté mal? Podemos simplemente dejarnos llevar.
-No podemos, ¡idiota! No estás queriendo entender.
Me volvió a morder, y no sabía cómo sentirme. Sus colmillos enterrándose en mi carne me generaban placer, aunque quisiera evitarlo no podía, y por otro lado me sentía confuso y enfadado porque tenía mis sentidos limitados, mi movilidad limitada, y no podía hablar con ella correctamente mientras le miraba a los ojos, como me gustaría estar haciendo ahora mismo.
-¿Sabes? Mattheo siempre decía que debíamos guiarnos por lo que quisiera el corazón. Su corazón lo mandó con su ahora exnovio muggle a estudiar un cursillo muggle a la otra punta del país. Pero, ¿adivina qué? ¡Yo no podría hacerlo ni aunque quisiera! Mi padre lo dejó irse porque nunca le sirvió para nada. Fue un tremendo alivio para él que Mattheo finalmente dejara de ocupar el espacio, la comida y mi tiempo en la casa y fuera de ella. ¿Pero yo? ¡Ja! No me soltaría ni aunque tuviera la rabia.
-No tendríamos porqué irnos. Si vamos a casarnos, ¿lo normal no sería...?
-¡No! Por supuesto que sentir cosas no sería lo normal. Draco, si mi padre me envió a esta misión en la que debía estar pegada a mi gemelo siempre, era porque me veía capaz de hacerlo sin llegar a sentir cosas como el cariño y chorradas así de gemelos con él. Porque pensaba que yo era la niña insensible que creía que había criado. Porque yo le hice creer eso, porque me engañé a mí misma y me hice creer que era la persona que mi padre creía. Pero no. ¿Y qué pasará cuando se descubra que tengo sentimientos por ti? Pues que dejaré de ser esa insensible, y pensarán, ¿si ha sido capaz de sentir cosas por alguien que supuestamente odiaba, también sería perfectamente capaz de sentir cosas por alguien con quien comparte ADN y hasta rasgos faciales?
»Y cuando eso pase, ¿crees que nos dejarán ir como a Mattheo? A él nunca lo quisieron en la casa. Él nunca estuvo enterado de nada. ¿Nosotros? Nosotros lo sabemos todo. Sabemos sus planes, tú conoces los puntos débiles de lucha de muchos Mortífagos. Yo tengo demasiado poder que mi padre no va a dejar ir. Y si creen que somos capaces de traicionarlos por tonterías como las emociones, entonces los dos estaremos muertos antes de que podamos chasquear los dedos.
Me quedé en silencio, sin decir nada. No sabía qué decir a eso porque, joder, tenía razón.
Ella de pronto se acercó y me sacó la venda de los ojos. Nuestras miradas conectaron y me quedé absorto en sus ojos verdes llorosos. Se relamió los labios antes de hablar.
-¿Quieres escucharlo, Draco? ¿De verdad quieres hacerlo? Está bien, ahí te va: me gustas.
Mi respiración se cortó ante la intensidad de su mirada y la dureza de sus palabras.
-Me gustas y no poco. Pero esto no puede pasar. Draco, imagínate el caso de que me secuestren y que amenacen con matarme si no cuentas mis secretos. Tú dices que lo harías, pero si eso pasara, estará más que claro lo que sientes por mí, como para arriesgarlo todo por salvarme. Y si tienes sentimientos, Draco, pensarán que te has vuelto frágil, débil, y no te verán apto para la misión. Entonces, creerán que podrás traicionarlos para irte al lado bueno en cualquier momento. ¿Y crees que dejarán que lo hagas?
»Pero como mi padre temerá que esos sentimientos sean mutuos, entonces lo más probable es que me mande a mí matarte, igual que hizo con la última persona por la que mostré sentimientos. La última vez que lloré frente a ninguno de los de esa casa, fue cuando maté a esa persona, ¿y crees que no lo haré si es a ti a quien tendría que matar? Ahí también se descubrirán mis sentimientos. Y una de dos: o me someten otra vez a miles de torturas para terminar de romperme y moldearme como ellos quieran, o me matan justo después que a ti. ¿A que no deseas que ninguna de esas dos me pase?
Negué ligeramente. No sabía cómo reaccionar a lo que estaba diciendo. Tenía tanta razón, me estaba dando cuenta de la estupidez que estaba haciendo, y de las que quería cometer sin pensar en nada más.
-Entonces, Draco. Repetiré la pregunta: ¿me traicionarás otra vez? ¿Romperás la lealtad por unos absurdos e inútiles sentimientos?
Dudé, claro que lo hice. Pero...
-No, ama. No lo volveré a hacer.
Un fulgor amarillo brilló en sus ojos y tensó la mandíbula.
Por unos momentos nos mantuvimos en silencio, y luego.
-Eso no quiere decir que tengamos que llevarnos mal -dijo ella, y me sorprendieron sus palabras. Yo en ese punto ya estaba sufriendo por el dolor en mi corazón. Nunca me habían rechazado de aquella forma -. Podemos seguir siendo amigos. Cómo hemos hecho hasta ahora. No tenemos porqué ignorarnos para todo lo que no tenga que ver con la misión...
-No -le corté. Me dolía demasiado, pero no pude evitar soltar mis siguientes palabras -. No puedo... seguir siendo amigos tuyo. Si estos sentimientos están mal, quiero dejar de tenerlos, y no puedo hacerlo si seguimos siendo cercanos.
Ella se quedó cayada mirándome. Casi podía ver el dolor en su rostro por un momento, pero enseguida se recompuso, y yo seguí hablando.
-Volveré a llamarla de usted, y será como si nunca hubiéramos sido más que un Mortífago y su señora trabajando en una misión juntos.
El silencio doloroso se extendió por largos minutos. Deseaba irme ya, y no verle a la cara más, porque quería llorar y llorar hasta el amanecer, pero no podía apartar mi mirada de la suya.
Había tantas cosas ahí, casi podía ver su alma, y estaba seguro de que ella podía ver la mía. Nos íbamos a arrepentir tremendamente de esto, pero era lo mejor para los dos, y para todos...
-Está bien, lección aprendida -susurró y se alejó a mis espaldas. Cuando me quise dar cuenta, me estaba quitando los grilletes.
-¿Y-Y el castigo? -pregunté viendo cómo mis brazos caían inertes cuando ya no había nada que los retuviera en alto.
-Creo que ya has tenido suficiente sufrimiento y suficientes heridas, ¿acaso quieres más? -murmuró de malas. No me dio tiempo a responder que se marchó de la sala de los Menesteres dejándome sólo y aún con los grilletes en los pies.
(***)
Este capítulo es triste. Pero esto no se va a quedar así, tranquiles.
¡Hasta la próxima actualización!
Besos en la nariz,
Dani<3
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Tn Potter: la serpiente perdida
أدب الهواة[2° PARTE DE "Tn Potter: la hermana perdida"] Recomiendo no leer sin antes haber leído la primera parte, la cual se encuentra en mi perfil con el nombre que está puesto aquí arriba. __ __ __ Tn Potter logró infiltrarse exitosamente en el trío de oro...