Capítulo 30

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NARRA TN:

Las palabras de Hermione habían hecho una brecha muy grande en mi pecho. Antes de darme cuenta, había explotado y los cuerpos de los chicos habían sido lanzados por una fuerza expansiva que los aplastó contra la pared.

Gritaron por el golpe y intentaron librarse de la fuerza invisible que los retenía en suspensión contra el muro, retorciéndose.

Mis ojos ardían, manteniéndose amarillos, y mis colmillos salieron a la luz amenazadoramente.

-Odio a la gente prejuiciosa -dije -. Ninguno de los dos sabe lo que es ser yo. Tal vez Voldemort me acogió como a una hija, pero él estuvo desaparecido durante diez años, en los cuales fui gravemente torturada por los mortífagos a los que estaba a cargo. Tengo que mantener en mí un conjuro de ilusión para todos los días levantarme y andar por ahí fingiendo que no hay cicatrices allá en donde mires mi cuerpo.

-Si piensas... qué nos das pena... después de descubrir que quieres matar a tu propio hermano... -jadeó Hermione, haciéndome enfadar más.

-¡No quiero matarlo! -exclamé, apretándolos más y haciéndoles daño sin controlarlo -. Quiero evitar que Voldemort lo mate, pero si él descubre que no le soy fiel, que no soy la sucesora que él ha criado, entonces me matará, y no podré hacer nada para salvar a Harry de sus garras.

Hermione quiso decir algo, seguramente contradecirme, pero no podía ni abrir la boca de la presión que estaba ejerciendo.

-N-No diremos... n-nada... Por fa-favor... Suel-elta...nos -balbuceó Ron.

No pensaba con claridad. Los miré a los dos y por un momento pensé en retorcerles la cabeza y darles vueltas hasta que se despegasen de su cuello.

Pero Draco supo mis intenciones y me mandó una caricia a través del vínculo. Una mano fantasma me acarició en algún punto de mi mente y me relajó extremadamente, haciendo que mi magia se despejara y los dos cuerpos cayeran al suelo.

Miré mis manos, notando que la magia resbalaba de ellos y se me escapaba de nuevo.

-No quiero hacerle daño a Harry -dije después de largos minutos de silencio. Ellos me miraron sin decir nada -. Al principio sí quería, pero para que mi padre estuviera orgulloso. Luego os conocí a vosotros. Y conocí más de cerca a Harry. Y ahora puedo decir que lo quiero, porque es mi hermano. Y no quiero hacerle daño, ni que termine muerto.

-¿Por qué tendríamos que creerte? -escupió Hermione -. Después de todo el daño que me has hecho...

-No fue nada personal -dije -. No podía permitir que terminaras dándote cuenta de la verdad, por eso tuve que apartarte de alguna forma.

-¿Así que admites que engañaste a Pansy para que creyera que estaba enamorada de ti?

Me encogí de hombros.

-Eso no fue exactamente por ti. Pansy es una buena recluta, tiene muchas agallas, pero también muchas ganas de morir. Hizo correr un chisme falso sobre mí y se ganó mi enfado. Pero me pasé un poco y cada vez que estaba cerca de ella se ponía a temblar y lloriqueaba, así que no me quedó de otra que hacerle beber Amortentia para que pudiera seguir con la tapadera -expliqué por encima y le quité importancia haciendo un ademán con la mano -. Pero tuve más cuidado con el resto de reclutas, y hasta el momento no he tenido que volver a someter a nadie de esa forma.

Hermione me miró sin terminar de creerme.

-¿Por qué hablas de reclutas? -preguntó Ron. Desvíe la mirada de la chica para centrarme en él.

-Es una larga historia. Digamos que ahora estoy haciendo un grupo para luchar contra Voldemort.

A Ron le recorrió un escalofrío. Estaba claro que no le gustaba escuchar ese nombre.

Tn Potter: la serpiente perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora