Capítulo 72

251 14 1
                                    

NARRA TN:

El halcón plateado logró ahuyentar a los dementores increíblemente bien.

Yo también podía.

Intenté concentrarme, pero los gritos de los miembros de la Orden intentando comunicarse entre ellos me confundía. Los ánimos de Del y Theo de fondo no ayudaban. Y los intentos de Tonks de que Harry regresara en sí martilleaban dentro de mí. Esperaba que él estuviera bien...

«¡Amor, concéntrate!» me pidió Draco. Abrí los ojos y lo vi. Él seguía sonriéndome, pero yo... Yo no podía. No era capaz de pensar en nada ahora mismo que no fuera el presente.

Desgraciadamente, los mortífagos llegaron antes de que Draco tuviera la oportunidad de insistir, y desde abajo empezaron a atacar a mis hermanos, desconcentrándome otra vez. Mi varita apuntó a los enemigos y en vez de un chorro plateado, de ella salió un destello rojo que desarmó a tres de los mortífagos que venían. Sus varitas, nada más pararon en mi mano, fueron partidas en dos. No había que arriesgarse a que volvieran a tenerlas y siguieran combatiendo.

Draco fue quién mantuvo a los dementores alejados mientras que los demás hacíamos todos nuestros esfuerzos por llegar a la roca.

En ella ya habían llegado los refuerzos de la Orden. En algún punto habían invocado más rocas del fondo del mar, porque ahora había una explanada mucho más amplia formada por varias superficies unas muy cerca de otras. Reconocí la roca central como la misma en la que habíamos despegado, porque aún tenía las barcas trancadas, y los guié a todos hasta allí. Además, era en donde había más concentración de miembros de la Orden.

-¡Me da que no nos dará tiempo a llegar a tierra antes de que llegue el enemigo! -exclamó Sirius apareciendo entre la multitud cuando aterrizamos.

-¡No me jodas!, ¿¡en serio!? -exclamó Draco por mí, porque en su lugar yo le habría lanzado una maldición por esa queja. Mi plan había fallado un poco, pero esa poca lealtad hacia mí la solía pagar muy cara...

Descubrí prontamente que no había ningún combate. No me había fijado antes, pero lo único que los miembros de la Orden podían hacer era conjurar sus patronus para mantener a raya las centenas, sino miles, de dementores que se posaban sobre nuestras cabezas. Los mortífagos habían aprovechado eso para ir acorralándolos hasta agruparlos en círculo y rodearlos.

Ahora Delphini, Mattheo, Draco, Harry y yo estábamos en el centro de la acumulación de miembros de la Orden que apuntaban al cielo con sus varitas, haciendo todos sus esfuerzos.

Mi plan estaba fallando. Los dementores deberían haberse retirado ya. A Voldemort parecía no importarle que los guardias pudieran bajar la moral de sus filas, porque lo encontré de cara a la cárcel, en una roca que se había elevado como montículo sobre las demás, integrado en el círculo que formaban los mortífagos como uno más. Sonriendo.

-¡Sigan luchando! -nos gritó -. ¡Los dementores no se cansarán, pero vosotros sí!

A coro, todos sus secuaces le rieron la broma. La rabia creció en mí.

Él... El hombre al que me habían obligado a llamar padre. Por su culpa nunca pude criarme con Harry. Por su culpa mi cuerpo está lleno de cicatrices. Por su culpa soy una maldita asesina. Por su culpa...

Por su culpa no podré disfrutar del tiempo con Draco como me hubiera gustado. Sí tan sólo... Yo no hubiera estado tan reacia... Podríamos haber pasado mucho tiempo juntos... Podríamos haber visto infinidad de películas de Disney con Bag, podríamos haber dormido juntos y con los anillos haber soñado lo que quisiéramos. Podríamos habernos amado mucho más...

Sí tan sólo... Entonces yo podría haber disfrutado con Harry. Podríamos haber volado juntos, haber jugado Quidditch, podríamos habernos metido con Draco juntos como hicimos la vez que fui con ellos a un castigo. Podría haberme metido abiertamente con ellos cuando tuvieron ese lío. Podría haber regañado a Mattheo y a Harry a la vez por estar saliendo a mis espaldas, y después no parar de molestarles por estar saliendo con un alumno y con un profesor.

Podría haber hecho tantas cosas si sólo... mi miedo no me hubiera detenido...

Sin Voldemort, Delphini podría seguir viva en su propio cuerpo. Sin él, Mattheo no se habría escapado de casa dejándome sola. Sin él, Draco podría haber seguido siendo mi amigo de la infancia y podríamos haber disfrutado muchísimo más tiempo juntos.

Todos mis problemas surgían de él. Del... ser que se reía con esa asquerosa voz aguda y que no tenía idea de todo lo que me había quitado.

Draco volvió a agarrarme la mano. Lo miré. Harry asomó entre nuestros hombros para apoyar una mano en mi espalda y sonreírme. Mattheo y Delphini se colocaron a mi otro lado y colocaron su mano en mi hombro.

Yo los miré a los cuatro.

No me quedaba mucho tiempo. El pacto estaba sellado, y pronto los dejaría solos. Pronto no tendría oportunidad para seguir disfrutando con ellos.

Los miembros de la Orden poco a poco iban cayendo del cansancio. Los mortífagos no se atrevían a atacarlos porque entonces no habría nadie para detener a los dementores, y ellos no iban a distinguir cuál alma debían tomar y cuál no.

Voldemort esperaría a que la Orden estuviera cansada para retirar a los dementores y atacarnos. Porque él sabía que yo no podría conjurar un patronus para espantarlos.

«Demuéstrale que se equivoca» me dijo Draco. Apreté su mano y él hizo lo mismo. Su halcón voló hasta nosotros, nos atravesó con su calidez y su luz, y regresó al ataque.

Tal vez no tuviera todo el tiempo del mundo para disfrutarlo con ellos. Con mi familia. Pero todos los momentos felices que tenía se lo debía a ellos, y no podía despreciarlos. Eran simplemente... Suficiente. Cualquier cosa con ellos era suficiente, aunque no fuera una vida a su lado.

Mi varita vibró expectante en mi mano. Cerré los ojos y Draco me ayudó a invocar todos los buenos recuerdos.

La primera noche en Hogwarts; la noche que lo ayudé a curarse de la pelea con Harry; los viernes de reuniones; la semana que se rompió la pierna; el día que tuvimos el castigo con Hagrid; las borracheras que cogíamos algunos viernes...

Las noches de primer año que colaba a Draco en casa para cocinar con ayuda de Dobby; los días de reuniones en donde Draco venía con sus padres y los dos nos divertíamos juntos mientras que Mattheo y Delphini iban detrás nuestra para no liarla; las conversaciones nocturnas con Mattheo y Delphini; el mes que nos escapamos a aquel parque abandonado cuando tenía cinco años...

Cuando Harry me había abrazado en la enfermería; cuando él se preocupó por mí porque creía que había algo entre Draco y yo; cuando le hacía sonrojar sólo con nombrar a Draco; cuando descubrí que había empezado a salir con Mattheo y yo casi mataba a Draco...

-¡EXPECTRO PATRONUM!

(***)

No tengo excusa. Me olvidé, sorry. Pero ya estoy aquí.

Besos en la nariz,

Dani<3

Tn Potter: la serpiente perdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora