Latidos de incertidumbre II

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Ava, de inmediato comenzó a explorar el espacioso apartamento de Daniel, que más bien parecía una mansión en sí misma. Quedó impresionada por la lujosa decoración y la amplitud de los espacios.

Por un instante se detuvo a observar cada detalle, desde los cuadros extravagantes en las paredes hasta los muebles elegantes que adornaban la sala de estar. Se preguntó cómo sería la casa a la que Daniel llamaba "casa", si este ya era un apartamento tan impresionante.

—De verdad... no puedo creer lo lujoso que es todo esto —pensó para sí misma, asombrada por la opulencia que la rodeaba.

Mientras seguía explorando, un accidente ocurrió. Sin querer, Ava derribó un jarrón de porcelana que estaba en una mesa cercana. La joven sirvienta que había estado en la habitación anterior corrió hacia ella con expresión angustiada.

—¡Ups! Lo siento mucho —dijo Ava, apenada por su torpeza.

Ella se sintió culpable por el incidente, pero la sirvienta parecía realmente afligida, e incluso parecía tener indicios de lágrimas en los ojos.

—Déjame, no lo hagas sola —comentó Ava a la silenciosa sirviente e intentó ayudar a recoger los fragmentos, pero la joven se negó de manera rotunda

—No se preocupe señorita... Ya hizo suficiente, será mejor que pase al comedor —dijo la joven pelirroja.

Ava experimentó una mezcla de nerviosismo y empatía, sintiéndose incómoda por haber causado problemas y por la reacción de la joven. Con ansiedad en el pecho, decidió que era mejor continuar explorando y se dirigió hacia el comedor, donde Daniel la recibió con una sonrisa serena y cálida.

—Buenos días, Daniel —comentó Ava, con las mejillas acaloradas.

—Mi amor... —musitó Daniel, mientras dejaba a un lado su taza de café y se levantó de su asiento.

Él la ayudó a acomodarse en la silla y la besó suavemente en los labios como si fuera la cosa más natural del mundo. Ava se sintió un poco abrumada por la atención y el cariño que Daniel le mostraba, pero también se sintió agradecida por su amabilidad.

La comida estaba dispuesta en la mesa, exquisitamente preparada y presentada. Mientras Ava comenzaba a comer, notó que Daniel la contemplaba con una mirada intensa. Recordó las lecciones que la señorita Franklin le había dado sobre la etiqueta en la mesa y se esforzó por comportarse de manera adecuada, evitando hacer preguntas incómodas o actuar de manera torpe.

«Debe ser la ansiedad de la noche anterior y la presión por impresionar a Daniel lo que me está poniendo tan nerviosa», pensó ella, tratando de mantener la calma y la compostura.

Ava deseaba preguntarle a Daniel sobre la señorita Franklin, qué había pasado después de escuchar aquella discusión, pero decidió que sería mejor obtener esa información de las sirvientas más tarde. No quería incomodar a Daniel o arruinar el magnífico momento con preguntas incómodas.

Mientras compartían la comida, Daniel le pidió a Ava algunos datos importantes para poder ayudar con el pago de la hipoteca de su familia. Ava sintió un profundo agradecimiento y gratitud por la generosidad de Daniel. No sabía si debía saltar de alegría o correr a abrazarlo en ese mismo momento.

«Realmente está dispuesto a ayudar a mi familia. Es increíble, y yo que tenía mis dudas», pensó, sintiendo una mezcla de emociones abrumadoras.

Mientras compartían bocado tras bocado de la exquisita comida, Ava no pudo evitar expresar su sincero agradecimiento a Daniel por el hermoso gesto de las rosas y por toda la hospitalidad que le estaba brindando. Sus ojos se encontraron, y un destello de complacencia iluminó la mirada de Daniel mientras escuchaba las palabras de Ava.

—No tienes que agradecerme, Ava. Eres mi prometida, y mereces ser tratada como una reina —respondió Daniel con una sonrisa gentil, con su tono de voz cálido y reconfortante.

El rubor subió por las mejillas de Ava mientras se sentía halagada por las palabras de Daniel. Antes de que pudiera encontrar las palabras adecuadas para responder, Daniel continuó hablando, su voz suave y segura.

—La ropa te sienta a la perfección, Ava. Realza tu belleza de una manera que no puedo evitar admirar —dijo Daniel con una expresión genuina en su rostro—. Quiero que te sientas segura y cómoda en este mundo de lujos, y esa es la imagen que quiero que reflejes.

Ava tomó un sorbo de su bebida, sintiéndose abrumada por los cumplidos y la atención que Daniel le brindaba.

—Aún estoy tratando de acostumbrarme a todo esto, tú lo sabes, pero estoy haciendo mi mayor esfuerzo —admitió con sinceridad, bajando la mirada momentáneamente antes de volver a encontrarse con los ojos de Daniel.

Daniel inclinó la cabeza ligeramente, observándola con ternura.

—Sé que es un ajuste, pero estoy seguro de que te adaptarás con gracia —comentó Daniel—. Eres una persona increíble, Ava, y estoy aquí para apoyarte en cada paso del camino.

Antes de que la conversación pudiera continuar en esa dirección, Daniel cambió de tema con una sonrisa enigmática.

—Hoy será un día importante, Ava. Vamos a conocer a mi familia y necesito que todo salga a la perfección.

Ava sintió que algo se atoraba en su garganta al escuchar esas palabras. El nerviosismo y el miedo se manifestaron instantáneamente, y un torbellino de pensamientos y emociones la inundó. Había estado anticipando este momento desde que Daniel lo mencionó, pero ahora que estaba a punto de suceder, se sintió abrumada por la incertidumbre.

—¿Conocer a tu familia? —repitió con su voz apenas un susurro mientras intentaba procesar la noticia. Ava notó que Daniel enarcó una ceja y pronto ella añadió—. No me mal entiendas, ya lo sabía, pero me has tomado por sorpresa.

Daniel asintió con una sonrisa tranquilizadora.

—Sí, te lo había mencionado pero no te dije cuando exactamente. Quiero que conozcas a mis padres y a mi hermana, justo hoy llegarán a la casa de verano. Son personas maravillosas, y estoy seguro de que les caerás de maravilla. Además tendremos mucho de qué hablar con ellos también.

Ava tragó grueso y asintió con un intento de sonrisa, pero en su interior, las emociones se mezclaban en un torbellino. Conocer a la familia de Daniel significaba entrar en un mundo completamente nuevo, uno lleno de expectativas y posiblemente juicios. La ansiedad se apoderó de ella, pero estaba decidida a enfrentar este desafío, por difícil que pareciera.

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Continuará...

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¡Hola de nuevo! Aquí vengo con un nuevo capítulo ¿Podrá Ava despejar todas sus dudas con respecto a Daniel? ¿Algo oculta la mucama? ¿Por qué actúa así? Déjame en los comentarios lo que te está pareciendo ¡Gracias por leer!

Amor en números rojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora