Ava se sentía abrumada por la responsabilidad que había asumido al aceptar la propuesta de matrimonio de Daniel Busch esa misma mañana.
Luego de salir del trabajo llegó a casa, saludó con rapidez y se dirigió a su alcoba, pronto entró en ansiedad. Su corazón iba a mil.
Sentía sus manos sudorosas y frías, el clima tampoco le ayudaba para tantos nervios por el porvenir de sus decisiones. Estaba a punto de decirle a su familia sobre su compromiso falso, pero no sabía cómo empezar
¿Cuáles eran las palabras correctas? Mientras se preparaba para salir de casa, sonó su teléfono y contestó de inmediato.
—¿Ava? ¿Cómo estás? —era la débil voz de su padre, quien estaba en el hospital recuperándose aún por el tratamiento de su cáncer.
—No te preocupes por mí, estoy mejorando cada día —le dijo.
Ava sintió un nudo en la garganta al escuchar la voz de su padre, sabiendo que su madre le había dicho lo mal que se encontraba. Él siempre había sido su roca, su fuente de apoyo en momentos difíciles, pero no entendía por qué se tenía que endeudar tanto, ahora ella y su hermana tenían que ser la fuertes por su familia.
—Papá, tengo que contarte algo importante —dijo Ava, para luego morderse el labio.
—¿Qué pasa, hija? —preguntó su padre con preocupación.
—Hay algo que debo contarte... Me comprometí con alguien —dijo Ava con una voz temblorosa—. Es un compromiso diferente, solo será por negocios. Pero si todo sale bien, podremos salvar a la empresa de Daniel Busch, así se llama él... Y a nuestra familia de la hipoteca.
Su padre permaneció en silencio por un momento, procesando la noticia. Finalmente, se animó a hablar:
—Hija, siempre he confiado en tus decisiones. Si crees que esto es lo mejor para la familia, entonces te apoyaremos. Solo asegúrate de que estás haciendo lo correcto para ti también. A la menor señal de algo turbio, aléjate, no te dejes llevar y alaniza cada cosa, ten mucho cuidado por favor.
Ava se sintió en parte aliviada de que su padre la apoyara, pero aún tenía que enfrentarse a su madre y a sus hermanos.
Sabía que su madre siempre ha sido muy tradicional y que no podría aceptar la idea de que se casara por negocios. Pero ella estaba decidida a hacer lo que sea necesario para salvar a su familia a toda costa.
Salió de su habitación y se dirigió hacia la sala para hablar con su madre y hermanos. Estaba nerviosa por la conversación que se avecinaba, pero sabía que no podía posponerla por más tiempo, eso solo empeoraría las cosas y las complicaría mucho más.
Su madre y sus hermanos reunidos en la sala que no era de un tamaño que apenas cabía lo necesario. Solo una mesa rústica y dos sofás para nada cómodos. Se acomodó sus rizos castaños, acercó a ellos y respiró profundamente antes de empezar a hablar.
—Familia... Tengo algo que decirles —dijo Ava con voz firme—. Me he comprometido con Daniel Busch, un señor muy reconocido.
Todos quedaron boquiabiertos en la sala.
—¿Qué dijiste, Ava? —inquirió su madre, que dejó lo que preparaba de cena—. Pero si tú ni a novio has llegado. Si no tuvo los pantalones para venir a pedir tu mano, no creo que valga la pena.
Sus hermanos asintieron, sin palabras porque estaban anonadados.
—Es que... Fue algo de tres semanas atrás... E solo un compromiso falso por negocios. Necesitamos el dinero que él puede ofrecer para salvar a nuestra familia de la hipoteca y pagar los tratamientos de papá.
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Amor en números rojos
RomanceDaniel Busch, un exitoso hombre de negocios, tiene una importante reunión con su antigua amante y rival de negocios en el restaurante donde trabaja la jovencita Ava López. Daniel le propone un acuerdo conveniente: él la ayudará a pagar las deudas a...