Daniel miró a Ava con preocupación y la duda quemando su pecho.
—¿Viste quién fue? —inquirió Ava en el mismo estado que él.
—No pude alcanzar a ver, todo fue demasiado rápido —contestó, mientras caminaba de un lado a otro, para luego ir hacia el cerrojo de la puerta e intentar abrir él—. Está sin llave, la maldita escoria que hizo esto quitó llave.
Daniel comenzó a respirar fuerte. Ava lo notó de inmediato y se acercó a él para por inercia colocar sus manos en la espalda alta de su prometido y comenzó a dar ligeros masajes para intentar apaciguar la frustración de él.
—Yo tampoco tengo idea de qué fue lo que pasó, Daniel, aunque fue de muy mal gusto, sobre todo porque los chismes parecen ser el hobbie de la gente de esta empresa. Sabía que no debíamos estar así en la oficina. Creo que esto es malo, muy malo para mí —se lamentó Ava, mientras retiraba las manos de Daniel y se dedicaba a peinar su cabello, ese que estaba revuelto debido a aquella ola de placer en la que se encontraba minutos antes.
Luego de eso, Daniel siguió observando la puerta y Ava miraba con detenimiento, no salían de su asombro. En definitiva, la intriga y el misterio de esa persona intrusa no los dejó completamente tranquilos.
Daniel no pudo notar la mirada de preocupación extrema de su prometida y pasó su brazo sobre los hombros de ella para estrecharla con firmeza. Ava volteó a verlo y ambos se miraron a los ojos.
—Por favor, Daniel, dime quién más tiene llave de aquí, debes recordar —dijo Ava casi en una súplica.
—Te estoy diciendo la verdad, Ava. Solo tú, yo y mi hermana tenemos llave de acá y conozco a Natalia... ella no sería capaz de hacer una broma de este calibre —rezongó entre dientes para dejar de abrazar a Ava y acercarse unos pasos a la puerta—. Juro que voy a averiguar quien anda con una copia de la llave de esta oficina y me aseguraré de que no vuelva a trabajar ni aquí ni en ninguna parte del planeta —dijo amenazante, mientras sus puños se cerraban con fuerza para salir sin explicar nada más.
Ava se quedó perpleja, mientras que su vergüenza se clavaba en su pecho y no la dejaba reaccionar para salir detrás de Daniel. Ya no pudo seguir en su dilema, porque una voz conocida inundó cada resquicio de la empresa para dar un anuncio.
—Por favor, les pido su atención a todos los empleados de cada uno de los departamentos de InterStellar Financial Group —la recepcionista carraspeó un segundo y continuó—. De inmediato deben dejar sus labores y dirigirse al salón de audiovisuales. Esto es una orden del señor Busch. Repito, todos los empleados deben dejar sus labores y congregarse en el salón de audiovisuales de inmediato. Gracias.
Aquella voz de la recepcionista que resonó a través de los altavoces, la cual transmitía la urgencia de una situación seria, le heló la sangre a Ava. Definitivamente Daniel actuaba muy rápido, casi no la dejaba ni pestañear y él ya se encontraba tomando una decisión.
«Por Dios... no sé como catalogar sus acciones. Admiro su rapidez al tomarlas, pero no se si sean las correctas. A veces me dan miedo», reconoció Ava en sus pensamientos, porque no sabía que esperar de todo esto.
En ese mismo instante en el que Ava salió de la oficina de presidencia para acatar la orden de Daniel, también los empleados intercambiaron miradas desconcertadas y, obedeciendo las instrucciones comenzaron a dejar sus escritorios, también el equipo de limpieza y hasta los guardias de seguridad cerraron las instalaciones y se dirigieron a dicho salón. La tensión creció con cada paso, sin saber con exactitud lo que esperaba en esa reunión convocada por el señor Busch.
Ava se sentía más observada que nunca mientras caminaba entre la gente. Quizá por pensar en que alguien ajeno la viera en esa situación íntima con Daniel o porque de por sí esas miradas ya las sentía desde que puso un pie en la empresa por primera vez. Ella despabiló y aceleró el paso, iba tan ensimismada que pareció ignorar a Emily, a quien dejó atrás y con la palabra en la boca.
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Amor en números rojos
RomanceDaniel Busch, un exitoso hombre de negocios, tiene una importante reunión con su antigua amante y rival de negocios en el restaurante donde trabaja la jovencita Ava López. Daniel le propone un acuerdo conveniente: él la ayudará a pagar las deudas a...