Entre confusión, ternura y pasión

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Ava se deslizó en la lujosa cama, sintiéndose inquieta y temerosa después de la discusión que había escuchado entre Daniel y la señorita Franklin, posiblemente, en realidad ni siquiera estaba segura que fuera ella, todo parecía tan confuso en sus recuerdos.

La voz estruendosa de Daniel resonaba en su mente, una faceta de él que jamás había experimentado en el mes que habían estado juntos como prometidos. A pesar de su agotamiento, su mente estaba llena de preocupación y ansiedad.

Trató de encontrar una posición cómoda, pero sus pensamientos tumultuosos le impedían relajarse. Pasaron varios intentos antes de que finalmente el cansancio la venciera y el sueño comenzara a arrastrarla.

Sin embargo, su descanso fue lejos de ser reparador. En su sueño, se encontraba en medio de la cena de negocios nuevamente, pero esta vez Karen la rodeaba con una sonrisa malévola. Ava podía sentir el desprecio y la humillación emanando de su presencia.

—¿Crees que Daniel te quiere de verdad? Eres una escoria comparada conmigo. Yo soy la mujer para él, y tú no eres más que un obstáculo —decía Karen con un tono burlón.

Las palabras de Karen resonaban en los oídos de Ava, atormentándola mientras la acusaba de ser indigna del amor de Daniel. En su sueño, Ava veía a Daniel a lo lejos, su expresión distante y fría. La sensación de desesperación creció en Ava mientras luchaba por comprender lo que estaba sucediendo.

—Él quiere acabar contigo y con tu familia —susurraba Karen con malicia—. No eres suficiente para él.

La pesadilla se intensificó cuando Ava vio a Daniel acercarse a ella con mirada despiadada. En su sueño, el mundo se volvió oscuro y opresivo mientras Daniel extendía sus manos hacia su cuello. La sensación de estar siendo ahorcada la envolvió, y Ava luchó por respirar.

En medio de la oscuridad y el miedo, Ava despertó de repente, con su cuerpo empapado en sudor y su corazón latiendo desbocado. Se sentó en la cama, jadeando mientras intentaba recuperar el aliento. La habitación estaba sumida en la penumbra, y el silencio era opresivo.

Sus manos temblaban mientras se aferraba a las sábanas, sintiendo el miedo aún presente en su pecho. La voz de Daniel en la discusión resonaba en su mente, mezclándose con las palabras crueles de Karen en su sueño. Sentía que estaba atrapada en un laberinto de inseguridades y dudas.

Cuando el sobresalto de la pesadilla sacudió a Ava, lo primero que vio al abrir los ojos fue el rostro de Daniel, quien estaba a su lado en la cama. Su reacción instintiva fue alejarse, su pecho subiendo y bajando con rapidez debido a la intensidad del sueño.

Sin embargo, Daniel no perdió tiempo en acercarse y rodearla con sus brazos, tratando de calmar su agitación. El rostro de facciones toscas de él, se iluminaba por la luz tenue de la ventana. Aun no sabía si sentirse segura o seguir temiendo.

—¿Qué haces aquí? —inquirió con la voz agitada y jurándose que ella había cerrado con llave su habitación ¿Tanto habría gritado para que él se hubiera tomado la molestia de quitar llave?

—Ava, tranquila. Estoy aquí contigo. Fue solo un sueño —murmuró Daniel con voz suave, acariciando suavemente su cabello y besando su frente en gesto reconfortante.

Ava seguía temblando, pero la presencia reconfortante de Daniel y sus caricias comenzaron a surtir efecto. Poco a poco, su respiración se volvió más regular y sus latidos del corazón se calmaron.

—Da... Daniel, fue tan real... Sentí que... —empezó a decir, su voz temblorosa mientras luchaba por poner en palabras la sensación aterradora de la pesadilla.

Él la interrumpió con un beso tierno en el rostro, luego en la mejilla y finalmente en los labios. Su bigote le hacía cosquillas en las comisuras de sus labios, era una sensación extraña y hasta graciosa. Aun así, Ava agradeció que el Daniel de sus sueños no se hubiera materializado.

—Shh, ya pasó. No tienes que hablar de eso ahora. Solo quiero que sepas que estoy aquí para ti, pase lo que pase —murmuró, sus palabras inundadas de cariño y apoyo.

Ava aún estaba agitada, pero se permitió sentir el consuelo en las palabras y los gestos de Daniel. Sin embargo, la inquietud no la abandonaba, y finalmente reunió el coraje para preguntar lo que había estado rondando en su mente desde que despertó.

—Daniel, escuché una discusión... Una discusión fuerte entre tú y alguien más —dijo, su voz temblorosa, buscando respuestas en los ojos de Daniel.

La mirada de Daniel se endureció momentáneamente antes de que su expresión se suavizara.

—Ava, es complicado. No quiero que te preocupes por eso ahora —respondió evasivamente.Ava frunció el ceño, sintiendo una mezcla de frustración y confusión.

—Daniel, no soy una niña. Puedo manejar la verdad, sea lo que sea que estés escondiendo —insistió, su tono determinado a pesar de su propia inseguridad.

Antes de que Daniel pudiera responder, ella sintió sus labios presionarse contra los suyos en un beso apasionado. Las preocupaciones momentáneamente se desvanecieron mientras se dejaba llevar por la intensidad del beso. Cerró los ojos y se sumergió en la sensación, permitiéndose olvidar temporalmente sus temores y dudas.

Cuando finalmente se separaron, Ava lo miró a los ojos, su mente en un caos emocional. No sabía si debía sentirse molesta por las evasivas de Daniel o simplemente dejarse llevar por el momento de pasión que habían compartido.

—Daniel, necesito saber... Estoy confundida —admitió, su voz reflejando su lucha interna.

Él la miró con intensidad, como si estuviera evaluando sus propios sentimientos y decisiones.

—Ava, sé que hay muchas cosas que necesitamos hablar. Pero en este momento, solo quiero que sepas que estoy aquí para ti y que te quiero —declaró con sinceridad.

Ava se sintió dividida entre sus propias dudas y el deseo de aferrarse a la conexión que compartía con Daniel. Se sinceró consigo misma, reconociendo que no sentía la misma atracción física hacia él que él parecía sentir hacia ella, pero que estaba comenzando a sentir un cariño genuino, eso debía ser... ¿verdad?

Mientras sus pensamientos seguían siendo un torbellino, determinó tomar una decisión por el momento. Le dio un beso suave en los labios, sonrió y luego se acomodó junto a él, buscando el consuelo en su cercanía varonil y protectora.

Transcurridos unos minutos, a pesar de su agitación y los pensamientos tumultuosos que ocupaban su mente, Ava intentó relajarse y encontrar la calma para poder dormir. Sin embargo, pronto comenzó a sentir la respiración deseosa de Daniel a su lado.

—Mi amor... te deseo —dijo con voz profunda, sus palabras susurradas en la penumbra de la habitación resonaron en sus oídos, y las caricias debajo de las sábanas le indicaron a Ava que no habría escapatoria a los deseos de su prometido.

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Continuará

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¡Hola nuevamente estoy con un nuevo capítulo! Ava se ve sumergida en muchos conflictos internos ¿Podrá discernir todo lo que siente? ¿Qué esconde Daniel? ¿Habrá noche de pasión? Dime tus opiniones o teorías en la caja de comentarios ¡Gracias por leer!

Amor en números rojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora