Luisa
Llego a casa devastada, atendí a más pacientes de los planeados. Ni siquiera comí para atender a todos los de la consulta.
Jamás pensé que ser odontóloga me dejaría tan cansada, tampoco pensé que tendría mi propio dentista. Y todo es gracias a esfuerzo y a mi marido. Que me ha dado fuerzas y un poco de ayuda financiera.
Lo amo.
Aunque ya no lo veo mucho...
Es por eso que decidí darme unas vacaciones, quiero pasar tiempo con él, y hablar de ESE tema.
Especialmente hoy le volveré a proponer formar familia. Hoy es nuestro aniversario, y tengo planeado hacer una cena, o algo especial.
Siempre he deseado tener hijos, el único que lo impide es mi marido. No sé que tiene contra los niños.
No me gusta presionarlo, pero yo de verdad deseo tener hijos, una familia con el hombre que yo amo.
Mentiría si dijera que no se me ha cruzado por la cabeza romper con una aguja los condones que usamos, pero eso sería caer bajo, incluso para mí que estoy desesperada por una criatura en mi vientre. Él no me lo perdonaría, ni yo tampoco.
No quiero que el algún día vea a nuestra creación como algún error. No lo aguantaría, y mi hijo tampoco.
Encargué unas cervezas por la aplicación del supermercado, se supone que deberían llegar dentro de poco.
Mientras espero, me dedico a cocinar, hago la comida favorita de mi hombre, quiero que disfrute esta noche.
Con el aroma a comida mi estómago ruge.
Por alguna razón estoy emocionada o nerviosa, en estos momentos no puedo descifrar bien mis emociones.
Si él acepta, seré madre. Mi sueño se cumplirá.
Si él acepta tendré en un tiempo a una criatura por la casa.
Tocan la puerta y le bajo la llama a la cocina para que no se queme la comida.
Me limpio las manos en el paño, y voy hasta la puerta. Debe ser el repartidor porque mi marido tiene llaves.
Abro la puerta, y me llevo la sorpresa, es mi hombre.
—Hola grandulón ¿qué pasó con tus llaves?—pregunto con media sonrisa.
Me hago a un lado para que entre.
—Se me quedaron en el trabajo—Se mueve hacia el interior de la casa.—Joder que bien huele... ¿Acaso estás preparado mi platillo favorito?
Sonrió y me acerco a él.
—Puede ser... aunque creí que yo era tu platillo favorito—comento mientras me pongo de puntillas para depositarle un corto beso en los labios.
—Joder, pulgarcita, no sabes cuanta hambre tengo...—Me toma de la nuca y me obliga a besarlo por más tiempo.
Separo nuestro beso recordando que aún tengo la cocina prendida.
Sin darle explicaciones corro a la cocina y apago el fuego. Gracias a dios llegué justo a tiempo.
—¿Grandulón podrías sentarte? Yo ahora voy a servir.—Aviso.
Pruebo la comida, y dios.
Le va a encantar.Todo está a favor para que diga que si a ser padre.
Nerviosa sirvo la comida y la llevo a la mesa. Él está en el celular chateando, coloco el plato al frente de él y carraspeo, eso hace que yo tenga toda su atención.
—Luce genial.—Se saborea.
—Sabe genial—Añado.— anda, deja ese aparato de lado y disfruta la cena con tu esposa.
—Como mi mujer mande.—Deja el celular de lado y toma el tenedor.
Prueba un bocado y hace un sonido de satisfacción.
—Delicioso.—me sonríe y toma mi mano.
Yo no he probado la comida, se me ha ido el hambre.
—Sabes...—Empiezo—estaba pensando en tomarme unas vacaciones.—Acaricio su mano.
—Eso sería genial, te he dicho que no es necesario que trabajes tu igual, yo puedo con todos los gastos.—habla.—¿por cuánto tiempo te tomarás las vacaciones?
—Mmm estaba pensando que tal vez por nueve meses...
Él inmediatamente suelta mi mano. Deja el tenedor a un lado.
Su humor ha cambiado drásticamente, como siempre lo hace cuando saco este tema.
—Ya hablamos de esto Luisa.—Me llama por mi nombre.
Nada de pulgarcita, o amor, o cariño.
—Riley, por favor, sabes que lo que más deseo en este mundo es ser madre, ya tenemos trabajos estables, podemos criar a un hijo como se debe.—hablo desesperada.
Realmente quiero ser madre.
—No voy a hablar de esto otra vez—Se levanta de la mesa.—Gracias por la comida, me voy a acostar.
—Por favor, concédemelo como regalo de aniversario...— él sigue caminando.
Me ignora.
Joder.
¿Acaso nunca podré ser madre?
Ya sé, tal vez tengo que darle una advertencia falsa...
—¡Si tú no me haces un bebé, conseguiré a otro que esté dispuesto a hacerlo.!—grito.
Eso lo detiene en la escalera, y cuando creo que me dirá que no es necesario, que cambio de opinión y que quiere ser padre, solo dice.
—Tenemos un perro, ¿eso no es suficiente?
—No es lo mismo y lo sabes.—estoy al borde de las lágrimas.—Riley, hablo en serio, no viviré a tu lado siendo infeliz sin una familia...
—Bien, entonces que seas feliz, te libero, puedes hacer lo que quieras.—dice secamente y sigue su camino por las escaleras.
Las lágrimas ya no las puedo retener, no puedo hacerlo, joder.
Estoy totalmente desilusionada del hombre al que amo.
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Mi amor, traidor
RomanceElla realmente desea ser madre. Pero él no lo desea tanto como ella. Ella no lo quiere presionar demasiado, pero sus deseos de tener una familia numerosa son inmensos... Un día ella por cosas de la vida va a su oficina para darle una ultima oportuni...