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Kurt.

Me partió el alma verla en el suelo...

Louis. Dios eso todavía no me lo creo.

Pero se lo agradezco, a ese hombre le debo mi vida. Si él no hubiera interferido, Luisa no estaría aquí.

—Tenemos que traer su cuerpo.—Insiste—Merece un funeral. Me salvó...

—No podemos, Luisa, la policía ya debe estar allá.

—¡Que me importa una mierda la policía!—se altera haciendo que la niña llore.—Lo siento bebé.

Se dirige a Adira.

—Pudimos haberlo salvado... él podría haber llegado al hospital y... y estaría ahora, aquí conmigo.—Solloza.

—Luisa, el decidió salvarte.

—¡¿Por qué lo dejaron venir?!—eleva la voz y le lanzo una mirada de advertencia, por la niña.

—¡No me mires así menudo idiota, sabías lo que significaba Louis para mí, y aun así lo mandaste como a tus perros a rescatarme!—Me apunta con su dedo tembloroso.

—Luisa.—Interviene Riley.

—¡Cállate, que tú eres igual de culpable que él!—Me vuelve a señalar.

—Los culpo a los dos... Es su maldita culpa, por su culpa mi amigo está muerto, él estaba vivo. Estaba vivo y el tiempo en el que hablamos alcanzaba a ser trasladado a un hospital o una mierda privada...—Dice en un susurro.—Son los malditos culpables de su muerte, lo dejaron morir como si fuera un perro. Lo vieron morir y no hicieron nada.

—Luisa...—intento hablarle, pero solo me mira con odio.

Necesito calmarla, antes de que empiece a gritar nuevamente.

—¡Los odio, a los dos!—solloza— ¡Él era todo para mí y ustedes me lo arrebataron!

—¿Quieres a alguien a quien culpar?—Empiezo a hablar con amargura.

Sé que me arrepentiré de esto, pero necesito calmarla un poco, aunque me termine odiando.

—Cúlpate a ti misma, ¿ves el chaleco que tienes? Era el de él, te lo pasó a ti. Gracias a ti la bala lo mató, tú eres la culpable Luisa. Tú lo mataste.—Digo seriamente.

Riley me lanza una mirada de odio.

Genial, ahora todos me odian.

—P-púdrete.—Dice.—¡Púdrete tú y tu mundo de mierda, ojalá tú te hubieses puesto frente a mí!

—Luisa cálmate.—Riley le toca pierna y ella lo deja.

—No eres capaz de proteger a nadie, Kurt, ni a tu mujer ni hija. Púdrete maldito idiota y olvídate que a mi hija la vuelves a ver. Ya no existes para nosotras.—Comenta dolida.

Sus palabras me dan miedo. Sé que está dolida, y es mi culpa. Pero es la única manera...

Tal vez ella tenga razón... tal vez todo es mi culpa.

—Me han v...—Se calla y vuelve a hablar— Me  ataron, me golpearon, me humillaron... Le dispararón a mi mejor amigo... y lo dejaste morir, viste como moría poco a poco y no hiciste nada... Todo es tu maldita culpa Kurt. Y no te lo perdonaré jamás.—Termina de decir antes de abrir la puerta de la furgoneta y bajarse.

Luisa...

Dios mío...

¿Que te han hecho bebé?

Nota: sigo llorando por Louis.

Mi amor, traidorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora