Luisa.
El tiempo ha pasado rápido, demasiado rápido. Recuerdo como si fuera ayer cuando le confesé a Kurt que estaba embarazada... y ahora mi bebé ya está en brazos de su padre.
El embarazo no fue difícil, gracias a Dios, lo viví sin complicaciones. Desde el minuto que supe que sería madre, pensé que mi bebé iba a ser hombre, por lo que fue una gran sorpresa ver para mí que era niña.
Desde el inicio mi hija iba a llamarse violeta. Pero cambie de opinión cuando encontré un nombre mejor.
Adira...
Así se llama mi hija, significa fuerza.
Ese nombre me encantó por su significado.
Y viendo a mi hija, no me la imagino con otro nombre que no sea Adira.
He encontrado varias veces a su padre mirándola mientras duerme. Le he dicho que la bebé está bien, pero como es un hombre paranoico, insiste en no quitarle el ojo de encima, cree que en cualquier momento puede pasarle algo.
Es un hombre muy sobre protector. Y me encanta.
Ahora mismo él no ha llegado, se supone que tenía asuntos de trabajo, la verdad no pude preguntarle muchas cosas cuando estaba a punto de salir, porque la bebé empezó a llorar.
Hoy es mi cumpleaños, sin embargo, no estoy emocionada, la verdad es que hace mucho tiempo mis cumpleaños dejaron de ser buenos...
Exactamente desde mi separación. Cada cumpleaños que vino después perdió la gracia, ya que lo pasaba bebiendo con Louis por ahí.
Hablando de él, se supone que vendría hoy, de hecho, debe venir en camino.
...
Cuando tocan la puerta mi teléfono suena, por lo que me decido a ver mi teléfono. Puede ser Kurt...
Pero no lo es. Es un mensaje de alguna especie de vía telefónica o un estilo de promoción.
El mensaje dice: Hola ¡Luisa! Nuestra compañía te desea un muy feliz cumpleaños. ¡Que lo pases genial! Hoy te damos un cupón de descuento...
Y es ahí donde dejo de leer.
No sé qué compañía es, pero no me interesa. Ni siquiera sé cómo saben que hoy es mi cumpleaños.
Guardo el celular en mi bolsillo y abro la puerta. Estoy segura de que es Louis, por eso lo hice esperar.
Cuando abro la puerta veo que no hay nadie.
—¿Louis?—Hablo mirando para todos lados.
Es raro esto.
Ya me han pasado dos veces. Puede que sean algunos niños que tocan las puertas y salen corriendo...
Al comprobar que no hay nadie me doy por vencida.
Cuando me doy vuelta para entrar veo que en mis pies hay un sobre amarillo...
Lo recojo y cierro la puerta rápidamente.
Yo no he encargado nada, y que yo sepa Kurt tampoco. Hemos pagado todas las cuentas, así que no entiendo que puede ser.
Compruebo que Adira esté dormida una vez más y me siento cerca de mi hija.
Abro el sobre cuidadosamente.
Meto la mano y lo primero que saco son un par de fotografías.
La primera imagen que veo es de Kurt...
Es Kurt con una mujer. No, no es solo una mujer. Es su difunta esposa... lo sé porque ella lleva el vestido de novia. Era realmente hermosa, pómulos marcados, ojos cafés, cabello castaño, delgada, nariz delgada... es muy hermosa, pero analizándola bien, no se veía feliz. Y Kurt tampoco.
Jamás pregunté nada más sobre ese tema, la verdad es que no lo veía necesario. Pero ahora, viendo esto, las dudas carcomen mi mente.
Veo él sobre una vez más y saco la foto que falta y un pendrive color negro.
La siguiente foto me hace temblar.
Es la misma mujer.
La mujer se encuentra.
Dios...
Esto es horrible.
Se muestra a la esposa de Kurt muerta. Su cara llena de sangre, esta mujer está demacrada. La hermosa mujer que está en la primera foto, no está.
Tengo que mostrarle esto a Kurt.
Mis manos tiemblan.
Los miedos y las inseguridades se presentan.
¿Quién le hizo eso?
Dios mío.
¿Por qué le hicieron eso?
¿Habrá sido algún adversario de Kurt?
¿Por eso Kurt se iba a ir?
Dejando la foto de lado tomo el pendrive.
Me levanto con las piernas temblorosas y voy hasta el computador.
Compruebo que mi hija esté bien y prendo el computador.
Coloco el pendrive.
Me meto a una carpeta que se llama: Catalán.
Presiono y me aparecen dos videos.
Pongo a reproducir uno.
Al ver lo que sale en el video, las lágrimas caen sin parar. No puedo apartar la mirada, aunque quiera, no lo puedo hacer.
Se ve como un hombre calvo, con lentes y un horrible bigote color gris, se acerca a la esposa de Kurt, que está amarrada en una silla. Ella patalea y grita. Lucha por desatarse, pero no lo logra porque ese hombre la golpea.
Tengo que bajarle el volumen para que los gritos desgarradores de esta mujer no despierten a mi hija.
Dios.
Esto es horrible.
El hombre detiene los golpes y sonríe a la cámara. Las ganas de vomitar se presentan y saco el video.
No quiero ver como matan a esa pobre chica.
Aunque sé que es algo totalmente estúpido, pongo a reproducir el siguiente vídeo.
Es lo mismo, pero ahora la mujer no reacciona...
Oh Dios.
Ya murió...
No sé por qué, no la conozco, pero me pone mal verla.
Tal vez, lo que me pone mal, es saber que Kurt tuvo que sufrir algo parecido al saber que ella murió.
No lo sé.
Pero este video es más corto, faltan segundos para que deje de reproducirse.
De la nada, la pantalla se pone negra y unas letras aparecen.
Tú eres la siguiente.
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Mi amor, traidor
RomanceElla realmente desea ser madre. Pero él no lo desea tanto como ella. Ella no lo quiere presionar demasiado, pero sus deseos de tener una familia numerosa son inmensos... Un día ella por cosas de la vida va a su oficina para darle una ultima oportuni...