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Omnisciente

Samanta se arregló demasiado para una noche inolvidable. Tiene todo planeado para una noche genial.

Nada le puede pasar, pues sabe que su primo le tiene protección. 

Bueno, en realidad son sus propios amigos. Amigos a los que conoció hace un tiempo.

Samanta cree que por fin todo saldrá como ella cree. Se cree invencible...

Si supiera lo equivocada que está.

Riley ahora se encuentra escapando con la ayuda de Kurt y Louis. Quienes le ayudan solo por Luisa.

Kurt ha estado metido en todo este lío, ni siquiera pudo saludar a Luisa por su cumpleaños porque no ha tenido tiempo, se siente fatal por haberla dejado sola, pero para él es importante ayudar a Riley, ya que, más adelante, piensa cobrarse el favor. Tiene unos planes a futuro para Riley, unos planes a los que él no podrá rechazar.

La pobre Luisa está con el alma en un hilo en su casa. No sabe qué hacer.

Tiene miedo.

Jamás experimento algo así. Aunque ella sabía en lo que se estaba metiendo, esperaba que Kurt no permitiera que algún rival de él se acerque a ella y a su hija.

Todavía está procesando lo de las imágenes y lo del asunto de Riley.

...

Samanta se mueve alegremente entre la gente. Está feliz. Alegre.

O eso aparenta.

La verdad es que vive con miedo las veinticuatro horas del día. Y vino a un club para intentar olvidar todo.

Sus amigas llegan con shots de tequila y limón.

—¡Vamos mujer, diviértete!—Grita Tiara acompañada de Jessy. Las nuevas mejores amigas de Samanta.

—Yo... creo que quiero vomitar.—Comenta Samanta.

—Vamos, apúrate. Antes de que venga el vómito toma el último, eso interrumpirá las náuseas...—Dice una de las chicas en forma de chamullo.

—¿De verdad?

—Sí.—Una de sus amigas le levanta el pulgar.

Samanta agarró un shot de tequila y se lo bebe al seco. 

No hace falta unos cuantos minutos para que ella se termine los shots de las tres. 

—Bien... yo creo que será mejor que me marche—Habla tambaleándose.

No consideró que beber tanto la dejara tan mareada. Tanto así que su vista se nubla y sus piernas andan solas.

De repente no reconoce a nadie, solo siente como unas manos la guían hacia afuera, dejándola en una oscuridad absoluta.

Samanta

El frío cala por los huesos.

Al abrir los ojos mis manos tiembla.

Están cubiertas de...

¿Sangre?

Veo a mi lado y me encuentro con un chico.

—Ey... despierta.—Lo meneo.— Amigo... despierta, no sé donde estamos ni quién eres, pero...

No reacciona.

No.

No.

Lo doy vuelta y puedo ver que la sangre proviene de él. Al otro lado, hay un cuchillo.

Dios...

¿Qué hice?

No.

Dios.

No. No. No.

Con las manos temblando intento de ver si tiene pulso. Pero al momento de hacerlo las ganas de vomitar me invaden.

E-Él...

No tiene ojos.

Se los arrancaron.

¿Se los arranqué?


NOTA:  Ya era horaaaa

Holiss espero que estén bien:)

Mi amor, traidorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora