Riley.
—Amigo, ¿que te trae por aquí...?—Aparece Gabriel.
Ante de que pueda terminar de hablar, mi puño conecta con su cara.
—¿¡Fue tu plan cierto!?—Pregunto y antes de que pueda abrir su asquerosa boca, mi puño impacta contra su cara.—SE SUPONÍA QUE ERAS MI JODIDO AMIGO.
Grito y antes de que pueda volver a golpearlo él se adelanta y me golpea con su rodilla en el estómago. Haciendo que pierda el aire por unos segundos.
—¡Cálmate, joder!—Se aleja aprovechando que estoy distraído recuperando aire.
—Fue tu maldita culpa, todo esto, la zorra de tu prima... el trago, ¿tú lo planeaste, todo no es así?—Me contengo, aunque no quiero hacerlo, lo hago. Quiero que lo diga, ya se la respuesta, solo quiero que me lo confirme.
Él se queda en silencio, observándome, viendo cada movimiento, calculando qué palabras soltar.
Hijo de puta.
—¿Qué te dijo Samanta?—Pregunta y lo observo.
El temor está reflejado en sus ojos.
—Lo sé todo.—Miento.
No sé a qué mierda se refiere, pero si es tan tonto como yo creo, terminará diciendo todo como un maldito loro.
—Y-yo...
—¿Tú qué? ¿Lo sientes Gabriel?—camino a pasos lentos hacia él.—Me jodiste la puta vida.
De un momento a otro sus ojos cambian, y la mascará se cae por completo. La persona que tengo frente a mí no la conozco. Ese no es mi amigo... tal vez nunca lo fue.
—No, Riley, no lo siento—Sonríe maliciosamente.—Esto era lo que quería, joderte... he pasado la gran parte de mi vida viendo como tú consigues todo. El trabajo que quiero, la vida que quiero... la jodida chica que quiero.—Dice el hijo de puta, ya no sonríe como imbécil, ahora me mira con demasiado odio.—Siempre has tenido todo, ¿y yo? Nada... pensaba que una vez te destruyera todo acabaría para ti, tu matrimonio, tu felicidad y mira, así fue, al menos lo de tu matrimonio.
— ¿Por qué lo hiciste?—Pregunto al borde de perder la cordura y acabar con mis propias manos con este hijo de puta.
Duele saber que un amigo te traiciona, pero duele más darse cuenta de que esa persona jamás fue tu amigo.
—Me la robaste...—susurra.—¡IBA A SER MÍA ANTES DE QUE APARECIERAS TÚ Y ARRUINARAS TODO!—Termina de hablar gritando como un completo loco.
¿Que mierda le pasa a este tipo?
No entiendo nada.
—¿De qué mierda hablas?
—¡Luisa, joder!— lo dice como si fuera lo más obvio del mundo.—Ella era para mí, yo la vi primero cuando eramos jovenes... nunca me miró porque yo era el rarito de la clase, pero toda mi pubertad me la pasé buscando el momento adecuado para hablarle—Hace una pausa—y cuando por fin armé el valor... llegaste tú y me la arrebataste.—Me apunta como si fuera el autor de un delito—Y no te bastó con quitármela, sino que me quitaste el puesto de trabajo que tanto desee, ¡por el que tanto trabajé!—Se exaspera.
Yo me quedo perplejo... jamás imaginé algo así, nunca se me pasó por la mente de que a mi amigo le gustara a la que era mi mujer.Aprieto los puños, controlándome.
Siempre él quería que invitara a Luisa en nuestras salidas... ahora entiendo el por qué.
—Por eso mandaste a Samanta.—Digo y mis manos tiemblan de la rabia.
Dios, cuanto deseo acabar con él...
—Sí, pero la muy estúpida no pudo hacer algo bien, dios, ni llevarte a la cama pudo...—Susurra.
—¿De qué mierda hablas?—Lo agarro de la camisa, exigiendo respuesta.
Él abre la boca para hablar, pero la voz de samanta hace eco en la casa.
Ella se interpone entre Gabriel y yo.
No sé cómo llegó aquí, o como sabe que yo estoy aquí, pero no me importa.
—¡Suéltalo animal!—Grita y se lleva a Gabriel a metros de mí.—Vete o llamo a la policía.
Me amenaza.
No digo nada y antes de salir miro a Gabriel, quien me mira con una mini sonrisa.
Algo ocultan.
Ambos.
Y me enteraré, juro por dios que descubriré su asqueroso secreto y luego los haré pagar por eso, por todo.
Pero no a golpes.
Los voy a joder de la peor manera que se imaginan, me vengaré por todos estos años.
Juro que lo haré.
La maldita vendetta ha comenzado.
Salgo de esa casa dispuesto a hacer lo que tendría que haber hecho hace mucho tiempo.
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Mi amor, traidor
RomanceElla realmente desea ser madre. Pero él no lo desea tanto como ella. Ella no lo quiere presionar demasiado, pero sus deseos de tener una familia numerosa son inmensos... Un día ella por cosas de la vida va a su oficina para darle una ultima oportuni...