Luisa.
Llego a casa, saco solo lo esencial, aprovecho de dejar los papeles del divorcio con una nota y el anillo que jamás debió pertenecerme.
Tengo que salir luego de esta casa, me trae recuerdos donde creí ser feliz con alguien que nunca me amó.
Duele.
Dios, duele tanto...
Él nunca fue mío como para formar una familia.
Ese hombre jamás fue mi esposo.
Nunca me amó como yo a el...
No sé si es por algún ataque, pero mi pecho se está apretando.
Decido salir luego de la casa, pronto mandaré a un abogado en busca de los papeles.
No le pediré ni un peso que se quede con su mierda yo tengo con que mantenerme y darme mis lujos.
Con el dolor de mi alma, salgo de casa con el corazón destrozado, jamás pensé que una desilusión amorosa me afectara a todo el cuerpo. Me duele todo.
Duele perder al amor de tu vida...
Saber que esa persona que era como tu alma gemela te engañó, parte el alma.
Duele saber que si él me busca no seré capaz de negar lo que aún siento, lo amo, pero debo dejar de hacerlo, sé que los sentimientos no se van de un día para otro, costará tiempo, pero, lo superaré...
Si tengo que desgarrarme el corazón para hacerlo, lo haré.
Riley.
Al llegar a casa ya no hay rastro de ella.
—¡LUISA!—grito esperando oír su voz.
Pero solo recibo el sonido de los pájaros como respuesta.
No...
Ya se ha ido.Se fue, ya no queda nada de ella.
Miro al rededor, y la diferencia es notoria. Se siente un ambiente distinto.
La casa está triste, aburrida, sin vida.
Subo a la que solía ser nuestra habitación, y la encuentro sin sus cosas.
Se ha ido.
Y algo me dice que se fue para siempre.
Bajo nuevamente, en busca de algún indicio de ella, de cualquier prenda, quiero cualquier cosa que me recuerde a ella. Quiero tenerla cerca de algún modo.
Mi vista se queda pegada en la mesa. Ha dejado algo...
Mis manos sudan, temo saber lo que es.
Joder.
Todo esto ha pasado muy rápido...
Mis manos se apoyan en la mesa, no puedo creo lo que veo, hay una carta... y encima de ella está su anillo.
Con las manos temblando tomo la carpeta que se encontraba abajo de todo.
Al abrirla lo primero que leo es. Divorcio.
No...
Joder.
Sabía que esto pasaría, pero duele como un sí me clavaran miles de cuchillas en el corazón.
¿Así se siente un corazón roto?
¿Así lo sintió ella...?
Se supone que me alejé para que no doliera tanto, pero duele aún más, duele porque no pude ni explicarle ni decirle adiós.
Dejo los papeles del divorcio a un lado y me concentro en la carta.
Puedo ver rastros de sus lagrimas marcando la hoja.
Saber que provoqué su dolor me mata, pero no me mata tanto como saber que se ha ido y ha sido mi jodida culpa.
Me limpio las lágrimas de mis ojos y empiezo a leer.
Te odio, te desearía lo peor, pero no puedo. Solo deseo que el karma haga lo suyo.
Sé feliz a su lado, te odio mucho, pero tus hijos no tienen la culpa, hazlos felices y toma a esa mujer como esposa, al parecer ella si lo merece... digo, por algo le diste un hijo, y ahora viene otro en camino.
Sé un hombre de verdad y no le hagas a ella lo que me has hecho a mí. Ámalos, dedícale tu tiempo, cuida a esa mujer en ese embarazo, no seas un padre ausente, como ya dije, los niños no tienen la culpa de los pecados de sus padres.
Sé feliz con esa mujer a la que le diste lo que a mí no.
Por favor, firma los papeles y libérame de ti, es lo mínimo que me merezco...
Solo espero que algún día te hagan sentir lo que yo estoy sintiendo en este momento.
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Mi amor, traidor
RomanceElla realmente desea ser madre. Pero él no lo desea tanto como ella. Ella no lo quiere presionar demasiado, pero sus deseos de tener una familia numerosa son inmensos... Un día ella por cosas de la vida va a su oficina para darle una ultima oportuni...