Quince años atrás
Jimin había quedado huérfano a una edad muy temprana cuando sus padres se vieron envueltos en un aparatoso accidente y muy poco recordaba de ellos, por esa razón vivía bajo la tutela de su tía, una mujer que servía a una familia rica y ampliamente conocida en Corea del Sur y parte de Europa por los negocios navieros que operaban.
Los Park eran coreanos con ascendencia griega de mucha tradición, originalmente se conformaba por la señora Park Adara, una mujer de padres griegos que dejó su país muy joven para casarse con el heredero coreano Park Myungdae y con quien procreó a su único hijo Park Miles, éste último era muy cercano a Jimin, en realidad ambos se hacían llamar mejores amigos desde que eran unos niños, por consiguiente, la señora Adara acobijó a Jimin y a su tía a quienes consideraba parte de su pequeña familia y gracias a sus conexiones, logró que Jimin pudiese obtener una beca en el Colegio Internacional de Seúl, algo que su heredero no podía hacer por su condición física.
Desde muy pequeño, Miles fue un niño muy enfermizo que vivió bajo los reproches de su padre por considerarlo alguien débil e indigno de llevar su apellido, el señor Park ansiaba por un heredero que pudiese seguir con el legado de sus negocios y ampliar el imperio naviero que por muchos años construyó, sólo que Miles sufría una enfermedad muy rara que le impedía realizar actividades físicas prolongadas y que lo mantenía la mayor parte del tiempo atado a una cama.
Cuando Jimin llegó a casa de los Park, fue como un rayo de luz para el pequeño Miles, porque Jimin comenzó a pasar tiempo con el heredero, inicialmente para asistirlo, pero poco a poco esa labor servicial se volvió en una amistad que ambos jovencitos atesoraban.
Miles admiraba a Jimin por la inteligencia que éste poseía y por su gran valor como ser humano, jamás dejaba de adularlo por su increíble talento para las ecuaciones y esa escritura tan pulcra con la que escribía historias para él. Miles veía mucho potencial en Jimin para convertirse en un gran hombre, por ese motivo comenzó a persuadir a su madre para que su amigo obtuviera su matricula en uno de los colegios más prestigiosos del país, algo a lo que la señora Adara no se negó.
Jimin se sintió muy agradecido cuando la oportunidad llegó a sus manos y logró matricularse a la cuna de los próximos lideres políticos y empresariales del país, siendo acreedor a una beca totalmente pagada por la fundación del colegio, y al parecer nada podría salir mal para ese chiquillo con las expectativas elevadas, su único error: cruzarse en el camino de Kim Taehyung y Jeon Jungkook.
Después de un agotador día en el colegio, Jimin entró a la pieza de su amigo arrastrando los pies hasta la cama donde se encontraba recostado leyendo alguno de los libros que él personalmente le recomendó con la finalidad de que no se aburriera mientras debía ir al colegio.
Sin mucha emoción, Jimin se tiró sobre la cama de Miles y pegó un grito de frustración, mismo que ahogó con la almohada de su amigo. La idea de convivir todos los días con el tirano de Kim Taehyung lo agotaba, porque ni siquiera encontraba una explicación coherente de por qué se había ensañado de repente con él.
—Se que te pasa algo.—dijo Miles mientras cerraba su libro y le prestaba atención al torbellino que entró a su recamara.
—Y yo sé que no estarás tranquilo sino te cuento.—Jimin respondió muy sincero al encontrar los ojos ansiosos de Miles.
—Sólo dime si hay algo que pueda hacer por ti.—Miles se encogió de hombros.
—¿Conoces a Kim Taehyung?
Miles se lo pensó muy poco porque conocía la respuesta, y una con demasiadas explicaciones, sólo que no pudo comprender en ese momento por qué de repente su amigo se interesó por ese jovencito con mucha fama.
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Somebody else
FanfictionHyerim y Jungkook eran la pareja perfecta, unidos por un lazo que ambos construyeron desde que eran unos niños y creían que ese amor era para toda la vida, pero la llegada de un hombre puso en duda todo aquello que se juraron alguna vez.