PJM
—¿Por qué me odias, ni siquiera recuerdo haberte ofendido?
Esperé por última vez una respuesta sincera de Taehyung e incluso estuve dispuesto a entenderlo, pero recuerdo tan vívidamente una sola palabra saliendo de su boca 'Amor'.
Me eché a reír cuando escuché sus razones preguntándome todavía ¿Amor? ¿Cuál? O más bien ¿El amor hacia quien?
Quince años después lo entendí y el tiempo logró darme la razón.
El amor que Taehyung sentía por Jungkook.
En ese entonces, yo era demasiado ingenuo para distinguir las intenciones de las personas que me rodeaban, unos siempre mostrando rectitud y otros, preferían no ocultarse detrás de las máscaras. Jungkook era el primero, y Taehyung el segundo.
Al final, Taehyung y yo terminamos siendo víctimas de algo que empezó como un juego, y hoy yo estaba dispuesto a apostar todas mis cartas para demostrarle a Jungkook que el primer lugar siempre fue mío.
Quince años después, la suerte logró torcerse a su favor, porque ahora su apellido era sinónimo de poder, tenía la vida perfecta y los recursos para quitar de en medio todo aquello que representara un obstáculo para él.
Jungkook se convirtió en un hombre intocable y difícil de alcanzar, porque no solo lideraba a todo un país, también se volvió el yerno de la familia más poderosa del país.
Ahora, el poder comenzaba con los Kim y terminaba con los Jeon. Así de sencillo, mientras Kim Taehyung controlaba todo el sector financiero y comercial, Jungkook tenía en sus manos el poder político, y para destruirlos, solo existe una persona en el mundo que me puede llevar a hacia ellos.
Kim Hyerim, la primera dama y el primer escalón del poder.
Digamos que así como Jungkook y Taehyung tenían controlado el poder político y económico del país, Hyerim supo abrirse camino en la sociedad, porque no existía nadie en el país que fuese tan amado como lo es la primera dama, ella indiscutiblemente se volvió el activo más importante de Jungkook.
Y me atrevo a decir que si Jungkook llegó hasta el peldaño más alto del poder, fue gracias a Kim Hyerim, y sin ella, Jungkook perdería una gran cantidad de simpatizantes.
Terminé de leer el comentario que Jungkook dejó en la fotografía compartida en su cuenta de Instagram como un agradecimiento a Hyerim por las emotivas felicitaciones que le hizo, y puedo concluir en que Jungkook y yo tenemos al menos dos cosas en común: uno, somos terriblemente competitivos y dos, creemos que Hyerim definitivamente es una mujer guapísima y sofisticada.
De pronto, la voz robótica de la aerolínea hizo el primer llamado para abordar el vuelo que me llevaría de regreso a Corea del Sur. Finalmente, el día tan esperado desde hace quince años llegó, acompañado de todos esos recuerdos que me mantuvieron con la cabeza fría para trazar cada uno de mis planes a futuro.
Hacer justicia a la memoria de mi amigo Miles, a quien Taehyung y Jungkook le arrebataron todo, empezando por su vida.
Horas después, entregué mi pasaporte griego a la señorita de seguridad, quien no dudó en escanearme con la mirada de abajo hacia arriba mientras decía en voz alta mi nombre.
—Park Miles.
Aquella había sido la identidad que asumí desde hace quince años, convirtiéndome en el heredero de una familia de magnates navieros altamente reconocidos en el Mediterráneo y sobre todo, en un hombre sin miedo a equivocarse, el mismo que busca dignificar la memoria del verdadero dueño de este nombre.
La familia Kim festeja el relanzamiento de su nueva marca, bajo la denominación de Kim Empire. Este hecho marca un hito empresarial para Kim Taehyung, la nueva cabeza del negocio familiar tras el retiro indefinido de su hermano mayor, Kim Seokjin.
Era lo que se leía en todas las redes sociales, carteles publicitarios e incluso el aeropuerto estaba plagado de todos los proyectos en los que Taehyung trabajaba como el sucesor de su fallecido padre y quien a su vez se hacía de su propio nombre como empresario.
Al morir Kim Jaesang, Seokjin lideró un tiempo el negocio familiar con ayuda de sus dos hermanos, desafortunadamente la esposa de Seokjin falleció en el parto de su segundo hijo, y el hombre optó por retirarse con sus dos hijos a una casa del campo y ahora muy poco se sabe de él. En cambio, Hyerim consolidó su relación con Jungkook al casarse poco antes de que él anunciara su candidatura a la presidencia del país, por lo que el papel que jugó Kim Hyerim fue fundamental para la victoria de Jungkook en la contienda electoral, desde ese entonces, la pareja ha trabajado en conjunto para cada uno de los proyectos que manifestaron en campaña, así que la participación de Hyerim en el negocio familiar era casi nula, y así, Taehyung tomó el control total de Kim Empire.
Tampoco era un secreto que la familia Kim haya financiado la mayor parte de los recursos en la campaña de Jungkook, e incluso algunos rumorean que Hyerim y Jungkook se casaron por conveniencia ya que ella favorecía la imagen de Jungkook, y a los Kim les beneficiaba que el Presidente del país fuese el único yerno de la familia, a tal grado que los Kim - Jeon formaron una alianza política - económica impresionante, porque Jungkook podía obtener el patrocinio de todos sus proyectos y Taehyung, contratos millonarios a través de sus subsidiarias, por lo que ambos se vendían frente a los medios publicitarios no solo como cuñados o mejores amigos, sino como grandes aliados compartiendo el poder del país.
Dejé todos mis pensamientos atrás y antes de salir del aeropuerto rumbo a la propiedad que antes era de Miles y su madre, me desvié a los sanitarios de una de las salas de espera privadas, el ambiente era tranquilo e intencionalmente despejado de cualquier extraño, como si una personalidad importante estuviese haciendo uso del área, lo pude confirmar cuando de pronto una acalorada pelea entre una mujer y un hombre acontecía, así que me detuve abruptamente en cuanto pude reconocer a uno de ellos.
Jeon Jungkook
Sonreí amargamente porque nunca pensé que después de regresar a Corea, éste hombre fuese al primero en encontrarme, pero definitivamente el destino a veces suele ser muy caprichoso y decidió bendecirme de alguna u otra manera por ser testigo de sus líos personales. Por supuesto, su acompañante no era Hyerim, y entiendo que como todo hombre de su clase, se puede permitir tener de vez en cuando sus amoríos.
Sin llamar la atención, me posicioné detrás de una frondosa planta y bajé mis gafas de sol en caso de ser sorprendido.
—¿Cuándo me darás el puesto de la primera dama?
Curiosamente, Jungkook y yo emitimos una risilla irónica al escuchar a la pelirroja reprocharle. Me pregunto si así como esta chica, habrán más mujeres codiciando el lugar de Hyerim, y también si ella sabe las travesuras que Jungkook hace en los sanitarios del aeropuerto.
—¿Y tú dime, cuándo te he prometido algo como eso?
Jungkook dijo con voz aburrida, al parecer estaba acostumbrado a recibir esa clase de reproches diariamente, así que negué con la cabeza porque incluso éste hombre después de quince años no deja de ser un cabrón.
—Oye linda.—Jungkook toma un mechón pelirrojo y juguetea con el pasiblemente.—El puesto de la primera dama es intocable. Qué te hace pensar que podrías estar a la altura de Kim Hyerim.
"Qué te hace pensar que podrías estar a la altura de Kim Hyerim"
No era la primera vez que escuchaba esto de alguien, porque esa mujer se había convertido en un claro estándar de calidad humana, todo un ángel y siempre comprometida con los patronatos que representaba como primera dama, en especial con los grupos más vulnerables y las infancias, así que tampoco me sorprendía que siguiese siendo esa cálida mujer del pasado, sólo que aún no lograba entender por qué decidió callar por tantos años la muerte de mi amigo Miles, y una parte de mi espera escuchar de sus labios una razón que no me haga arrepentirme de ese amor que no he dejado de sentir por ella.
O de lo contrario, el amor que siento por Kim Hyerim, terminará doliéndome para el resto de mi vida.
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Somebody else
FanfictionHyerim y Jungkook eran la pareja perfecta, unidos por un lazo que ambos construyeron desde que eran unos niños y creían que ese amor era para toda la vida, pero la llegada de un hombre puso en duda todo aquello que se juraron alguna vez.