KHR
Llegar a casa nunca había sido un reto para mí, las piernas aún me tiemblan mientras trato de aguantar la respiración ignorando por completo los recuerdos que me trajo esta tarde a lado de Miles, y yo debía estar tremendamente fuera de mis cabales al haberme dejado llevar por su abrumadora presencia.
Pero estaba demás decir que, nunca en mi vida había conocido a un hombre tan exquisito como lo es él, en personalidad y en apariencia, a una persona que por fuera se ve muy severa, pero por dentro es alguien amable y divertido, siempre atento a mis conversaciones haciéndome sentir siempre cómoda, y, a decir verdad, he pasado unas semanas esplendidas su lado, pero realizando una pequeña introspección, siento que estoy siendo codiciosa permitiendo que él esté cerca de mí, y lo sería más ahora que conozco sus intenciones, sabiendo que no puedo corresponderle de ese modo. Sólo que es inevitable querer tenerlo cerca. Incluso tengo una boba sonrisa en mi rostro ahora mismo, porque todavía puedo sentir su fragancia masculina impregnada en mi abrigo.
Cuando entro a casa, con la primera persona que me encuentro es con Hoseok, quien rápidamente hace evidente su preocupación y comienza a olfatear el entorno encontrándose con el problema...mi abrigo, el mismo que aún sigue conservando la loción de Miles.
Entonces, con su rostro compungido corre a quitarme el abrigo sin darme oportunidad de recriminarle, y tan pronto lo tiene en su poder, lo hace bolita tratando de tirarlo al bote de basura que tenemos más cerca, cuando de pronto, el repiqueteo de una suela de zapatos se hace presente en el recibidor.
—¿Qué haces aquí?— fue lo primero que le pregunto a Taehyung, quien frunce el ceño y luego alterna su vista entre Hoseok y yo.
—Hace días que no sé nada de mi hermana ¿Está mal que venga a verte? y tú.—señala a Hoseok con el dedo índice.—Retírate.
El chiquillo hace caso a Taehyung, disculpándose de inmediato, pero antes de irse puedo llegar a leer sus labios quien suplicante dice "Me haré cargo de esto".
—Puedo decir que ese hombre tiene buen gusto solo con olfatear su colonia, y para serte sincero sabe muy bien la diferencia entre oler rico y oler a rico. Bien por ti Hye.
Sus palabras me toman por sorpresa y puedo jurar que la mandíbula se me cae cuando lo escucho. Pero estábamos hablando de Kim Taehyung, un hombre que jamás pasa por alto los detalles.
Taehyung acorta la distancia acunando mi rostro con mucha calma, mientras los latidos de mi corazón aceleran a cada segundo producto de mis nervios porque me siento completamente descubierta frente a él, aún si realmente no está pasando nada.
—Entiendo que Jungkook como esposo ha sido un completo fracaso, pero mientras tú y él no convengan un divorcio, tú deber es que no te atrapen, o en todo caso, puedes preguntarle a él mismo.
—Eres demasiado elocuente, pero creo que eres el menos indicando para decirme como debo comportarme ¿O nos regresamos unos cuantos capítulos de tu vida?
El rostro de Taehyung se ensombreció cuando le dije aquello y luego se echó a reír fuertemente.
—¿Supongo que no tengo otra opción?
—Ahora déjame en paz.
—Lo haré. Pero antes necesito pedirte un favor.
—¿Tú pidiendo favores?
—He conocido a alguien y voy a proponerle matrimonio ¿Podrías encargarte del anillo y de la recepción? Mamá regresó unos días con Seokjin y no quiero abrumarla con estas cosas.
—¿Supongo que no tengo otra opción?
Decir que me encontraba vulnerable frente a Taehyung era lo más correcto. Y aunque no estuviese pasando nada entre algún otro hombre y yo, pero aún así Taehyung lo interpretara de esa forma, era suficiente para que él acabara conmigo.
Era un problema que esto haya pasado en primer lugar, y no había manera de remediarlo porque la duda ya ha sido sembrada en Taehyung y le bastarían unos cuantos minutos para ir a contárselo a Jungkook, y quizá mi libertad no llegaría nunca.
—Hye. Cuando dije que me encargaría de que un buen hombre estuviese a tu lado, jamás me referí a Jungkook. Y si te he obligado a casarte con él, ha sido por tu propio bien.
—Sé perfectamente las circunstancias en las cuales decidiste por mi. Y si, recuerdo muy bien tu promesa, dijiste que sería sólo el tiempo en el que Jungkook ocupara la presidencia, así que cumple con eso, no me hagas odiarte más de lo que ya lo hago.
–¿Cuando vas a perdonarme?
Pude distinguir un atisbo de dolor en la voz de Taehyung, y es que por primera vez sus palabras eran congruentes con aquellos ojos expresivos que siempre me decían lo que él pensaba, parecía que yo era la única en el mundo que es capaz de ver a través de su vulnerabilidad y él lo sabe muy bien, pero ni siquiera me siento capaz de aprovecharme de eso, tal vez era la razón por la cual Taehyung me ha mostrado todas sus cicatrices a lo largo de toda su vida.
—El único perdón que necesitas buscar, es el de aquellos a los que les has hecho daño. Y no me refiero a mi.
[••••]
Al día siguiente cumplí con la tarea que Taehyung me encomendó, pero no era cosa fácil escoger un anillo, en especial si se trata de una mujer a la que no conozco, así que ni siquiera sé si esta piedra será demasiada exótica o simplona para la futura propietaria.
—Parece que tú y yo estamos destinados a encontrarnos.
Aquella voz detrás de mí me provocó un escalofrío por toda la columna vertebral, y es que había deseado tanto escucharla desde el incidente del día anterior, porque era la misma voz del hombre que robó todos mis pensamientos, que finalmente decidí creer en ese dicho que nos advierte tener cuidado con lo que deseas.
Con esa sonrisa tan galante tomó mi mano y decidió descaradamente depositar en beso sobre ella, dejándome atónita no solo a mi, sino a la señorita que me asistía para escoger el anillo de mi hermano.
—Q-Qué haces.—pregunté escandalizada.
—¿Yo aquí? vine porque no he dejado de pensar en una mujer y en cómo uno de estos pendientes encajan perfectamente con esos ojos avellana que tiene.
—¿Ah si? Debe ser una mujer afortunada.
No puedo evitar sentirme decepcionada, pero tampoco podía esperar mucho de un hombre que seguramente tiene muchas mujeres detrás de él, entonces, yo no era tan especial como lo creía.
—No sé si tú te sientas de esa forma, pero en todo caso el afortunado debería ser yo. O dime, aparte de ti ¿Hay alguien más con unos ojos tan encantadores como estos?
Miles se acercó peligrosamente a mi, mientras acariciaba una de mis mejillas sin romper el contacto visual conmigo, de modo que los nervios hacían de las suyas conmigo, y esto ya era un problema muy gravoso porque nos encontrábamos rodeados de muchas personas que no dudarían en sacarnos unas cuántas fotos y llevarse la nota.
Así que sutilmente lo aparté y algo que agradecí, fue que él mismo entendió las circunstancias de nuestro repentino encuentro.
—¿Puedo saber qué buscas?
—Un anillo para mi hermano.
Seguí mirando las propuestas que la chica me mostraba intentando ignorar la presencia de Miles, pero esto resultaba más difícil de lo que yo soy capaz de manejar, cuando de pronto sentí su cercanía imitando mis acciones.
—¿Alguna ocasión especial?
—Va a comprometerse. Y ya que él no tiene la menor idea, me haré cargo de esto.
—¿Tomarías un consejo?
—Adelante.—respondí todavía decidiendo con cuál de los dos anillos me quedaría.
—Confía en tu gusto. Si tu hermano confío en un inicio en ti, es porque puedes manejarlo.
—¿Crees que soy una persona en quien confiar?
—Creo que eres una mujer muy inteligente, cualquiera confiaría ciegamente en alguien como tú.
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Somebody else
FanfictionHyerim y Jungkook eran la pareja perfecta, unidos por un lazo que ambos construyeron desde que eran unos niños y creían que ese amor era para toda la vida, pero la llegada de un hombre puso en duda todo aquello que se juraron alguna vez.