Veinticuatro

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Jimin se había despedido de Hyerim en cuanto recibió una llamada de la oficina, en el que se le requeriría con urgencia para la firma de unas autorizaciones. Por supuesto aquello frustró al hombre, el mismo que no quería separarse bajo ninguna circunstancia de Hyerim.

Al cabo de unos minutos, los niños se volvieron a unir a su tía para seguir paseándose por toda la plaza comercial. Bada colgada del brazo de Hyerim y el pequeño Hyunki de su mano.

A simple vista era un cuadro muy maternal y cualquiera pensaría que se trata de una madre pasando tiempo de calidad con sus hijos. Lo cierto, es que era una tía muy consentidora.

Los ánimos bajaron cuando de pronto una fémina de mirada consternada se detiene delante de ellos.

Hyerim y los niños desaparecen toda sonrisa de sus rostros cuando reparan en la misma mujer que Taehyung anoche presentó formalmente como su prometida.

Como un mecanismo de defensa, Bada y Hyunki se respaldan en su tía, en especial la adolescente que no sabía cómo comportarse delante de la mujer que no la dejó dormir la noche anterior.

Entonces, Hyerim sonríe con mucha carisma.

—Olimpia.—le saluda siendo la primera en dar el paso. Solo que nota cierta tensión y nerviosismo en la mujer de apariencia sofisticada, quien no ha dejado de mirar a ninguno de los niños con mucho cariño.

No está demás para Hyerim ser algo paranoica, pero le daba la impresión de que Olimpia se alegró montones en cuanto vio a lo niños, era extraño...y un poco crudo apoyar la teoría de su sobrina Bada, pero ya que estaban dentro de la mierda, no le quedaba más remedio que ver más allá de sus narices.

Así que disimuladamente escaneó el rostro de la mujer, encontrándose con unos ojos sumamente conocidos y nostálgicos, aunque en apariencia era totalmente opuesta a la Im Jinah del pasado.

No...no podía resultar de esa manera ¿Qué pasaría con su hermano? No, más bien ¡Con sus dos hermanos!

Qué clase de juego era ese.

Ahora más que nunca tendría que buscar desesperadamente la verdad detrás de la mentira. Si resultaba cierto.

Tú debes ser Hyunki.—declara Olimpia intentando acercarse al niño, pero éste retrocede escondiéndose detrás del vestido de su tía.

—Querido.—esta vez lo llama Hyerim.—Saluda, pronto será la tía Olimpia.

Bada le regala una expresión escandalizada a su tía acompañada de un tirón de brazo, pero esta de inmediato le reprende con la mirada, asegurándose de tener todo bajo control.

Entonces, el niño siendo un poco tímido se acerca a la mujer y le extiende la mano, en cambio, de Bada no podía decir lo mismo, esta se encargó de ignorarla a propósito mientras veía su manicura con mucho desdén.

Hyerim podía llegar a entender el comportamiento de la adolescente, ella también se sentía algo incomoda y confundida. Lo peor de todo, es que si tanto ella y Bada lograron dudar de la mujer, qué hay de Seokjin.

Un hombre demasiado listo para el mundo.

—Bueno. Nosotros tenemos algo de prisa ¿Cierto niños?—Hyerim declaró atropelladamente.

—¡Sí!—los hermanos respondieron al unísono.

Entonces el trío desapareció seguido por Hoseok a toda prisa con rumbo al estacionamiento.

Por otro lado. Olimpia los vio perderse entre los pasillos del centro comercial no dudando del fuerte cariño que los niños le tienen a su tía, por qué tal vez...ella era lo más cercano a una madre.

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