A veces las visitas de Estado podían desviarse un poco, y Jungkook sabía perfectamente cómo hacerlo sin fallar en el intento.
—Hermano Jeon.—saludó uno de los hombres que se encontraba descasando sobre la sala circular del recinto en compañía de otras personas.—¿O prefieres que te llame Señor Presidente?
—¿Cuando nos desharemos de esta basura?—cuestionó Jungkook dejándose caer sobre uno de los sillones mientras deshacía su corbata.
—Cuando los millones que aporto a esta organización se acaben, o sea nunca.—se burló el chico de cabellos azabache y perfectamente engomado.
Min Yoongi, era un heredero de tercera generación solo detrás de su padre y abuelo, los cuales proveían de una familia dedicada a la industria de extracción minera, pero sobre todo... ampliamente conocidos por su servicio y vocación a las causas de beneficiencia social y a Dios.
—Creo que has llegado a buena hora, estábamos por comenzar las plegarias del día.
Para cualquiera resultaba fácil confiar en aquellas angeladas palabras, pero para Jungkook y el resto de asistentes no lo era.
—Hoy no estoy de humor.—sentenció Jungkook.
—Creo que estás particularmente tenso. Déjenos solos.—pidió Yoongi e inmediatamente los hombres y mujeres se levantaron mecánicamente abandonando el lugar.
—Entonces, los rumores sobre la posible candidatura de Hyerim eran ciertos.—de repente el silencio se vio opacado por las carcajadas de Min Yoongi, tan escandalosas como para perturbar la paciencia de Jungkook.
—¿Qué es lo gracioso?
—Eso. Que todo parece indicar que por más que lo intentes nunca dejarás de ser una marioneta para los Kim. Como si fuese difícil no darse cuenta de que Na Hyeseong ha asesorado muy bien a su hija y pagado uno que otro favor a los medios de comunicación para endiosar las labores altruistas de Hyerim. No eres tan listo como creí.
De repente, la mirada de Yoongi se volvió severa provocando que Jungkook tragara duro sintiéndose amenazado.
—Fui claro cuando dije que tú debías ganar nuevamente las elecciones.
—Has dicho hace un momento que no he dejado de ser una marioneta para los Kim, pero se te olvida que tampoco lo he dejado de ser para ti. Y si la suerte está a favor de Hye, qué más puedo hacer yo que estar a su lado como ella lo ha hecho durante todos estos años, así de leal.
—¿Hablas de lealtad?—Yoongi alzó la mano y con un gesto uno de sus hombres se acercó con un sobre que rápidamente le fue entregado en sus manos.—¿Para ti, es esto lealtad?
De repente, Yoongi dejó caer varias fotografías donde se podía apreciar los múltiples encuentros que Hyerim sostenía a lado de un extraño que por fortuna su rostro apenas era identificable. Era un momento que para nada solían ser ordinarios o de dos amigos comunes, era algo más que una simple complicidad que él jamás podría presumir que existiera con su esposa.
Entonces, la duda fue sembrada y Jungkook enloqueció.
[••••]
Días después
—Es una pena que tu hermano no me haya necesitado para organizar la fiesta de su compromiso, al menos eso me hubiese ayudado a sentirme un poco más viva.
Na Hyeseong y Seokjin se dirigían a la residencia de los Jeon, el cual contaba con un precioso jardín donde Hyerim organizaba de vez en cuando algunos eventos familiares, y la pedida de mano de Taehyung a su novia no sería la excepción.
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Somebody else
FanfictionHyerim y Jungkook eran la pareja perfecta, unidos por un lazo que ambos construyeron desde que eran unos niños y creían que ese amor era para toda la vida, pero la llegada de un hombre puso en duda todo aquello que se juraron alguna vez.