—¡Ya está!–Hyerim dijo determinante.
Curiosamente después de regresar de su encuentro con Jimin y charlar de todo un poco, se dio cuenta de que su compañía era agradable y quería volver a encontrarse con él.
—¿Q-qué está hecho?—preguntó Hoseok abrumado por los repentinos cambios de humor en Hyerim.
—He conseguido la casa.
—¡¿Qué casa?!—preguntó alarmado.—¿Se mudará?
—Oh. He conocido a alguien.
—¿Qué?—Hoseok estaba a punto del colapso, eran tantas revelaciones de golpe. Porque el simple hecho de 'una casa' 'conocer a alguien' juntas en una oración, significaba que tiempos oscuros se avecinaban.—Dios santo.—escupe nervioso mientras se limpia el sudor con su pañuelo. Esto parecía surrealista, hasta hace apenas unos días Hyerim había perdido la fe en los hombres luego de las múltiples infidelidades de Jungkook y hoy incluso planeaba mudarse. Pensó.
Era obvio que las conjeturas de Hoseok no se acercaban ni siquiera un poco de lo que estaba pasando en realidad. Hyerim por el contrario, era tan despistada que no se detuvo a desmentir nada, y se dedicó a comunicarse con Jimin para conocer su nuevo hogar que ella prometió conseguir.
—Buen día Miles, habla Hye. Lo tengo.—dijo con suficiencia y salió de su despacho con el teléfono en manos, dejando a Hoseok desencajado.
—Mi señora.—dijo con voz angustiosa.—No me importa el presidente, yo guardaré su secreto.—apretó sus puños decidido cubrir las espaldas de Hyerim a como diera lugar.
[••••]
Jimin prometió pasar por Hyerim hasta su residencia, mientras ella esperaba como una chiquilla emocionada balanceándose sobre sus talones hasta vio la llegada de Jimin en una lujosa Mercedes Benz tipo SUV.
El hombre se bajó del coche y a comparación de las últimas veces, vestía muy informal, resaltando aún más sus virtudes masculinas. Así que pronto saludó con un gesto de mano a Hyerim mientras le abría la puerta de su coche con mucha caballerosidad.
Por un momento, Hye logró sentirse abrumada por ese apuesto masculino que tenía frente a sus ojos ¿Hace cuanto no conocía a alguien tan atento como él?
Por otro lado, Jimin pensó haber encontrado a un lindo ángel en el camino, a diferencia de la última vez, un brillo especial resaltaba en Hyerim haciéndola lucir radiante y condenadamente hermosa.
Suspiró derrotado, no podía negar lo muy enamorado que ha estado de ella. Y lo estúpidamente fiel que ha sido con esos sentimientos.
—La casa está muy cerca, quizá unas siete calles más. Creo que es perfecta para ti.—dijo entusiasmada.
Hye no mentía, cuando ambos descendieron del coche, se encontraron con una linda residencia al estilo griego, como de esas pequeñas casitas color blanquecinas que resaltan en Santorini y junto con un extenso jardín rodeado de grecas.
Ni siquiera tenía ánimos de conocer más casas, Jimin supo de inmediato que era perfecta para él.
—Tengo que reconocer tu buen gusto.
—Incluso podría ayudarte con la decoración. Se me da muy bien.
—De acuerdo. ¿Pero que no tienes que hacer cosas de primeras damas?—preguntó algo indeciso.
Hyerim suspiró con pesadez.
—Me he tomado un descanso. Mientras el presidente se encuentre haciendo viajes de estado en el extranjero, lo mejor que puedo hacer es quedarme en casa y reunir un poco de energías para mis próximas actividades. Además, después del atentado, he sufrido un poco de paranoia.—lamentó apenada.
Después de la fuerte pelea que tuvo con Jungkook, sorprendentemente la agenda del hombre se atacó de compromisos fuera del país, y a pesar de que Jungkook le rogó en más de una vez que lo acompañara, Hyerim se negó, todavía dolida por su feroz comportamiento.
En estas situaciones, lo mejor era estar separados hasta que ella fuese capaz de verlo con seguridad y sin miedos. Pues hasta cierto punto debía reconocer lo aterrada que estuvo cuando vio a Jungkook en ese estado tan colérico y ella muy indefensa.
—Supongo que fue traumático estar al borde de la muerte.—Jimin se sentía apenado por ser el culpable de que Hyerim la estuviese pasando tan mal y ciertamente fue un acto de su estupidez humana.
—Soy una persona privilegiada. Muchos deben sentirse injustos por mi culpa o la de Jungkook. Quien sabe, nunca terminarás de gustarle a una persona por completo.
—Jungkook y tú deben estar acostumbrados para soportarlo. No me considero un hombre tan público pero prefiero mantenerme al margen de todos modos.
—Tampoco soy alguien que ame tener toda la atención sobre mi, pero desde que Jungkook asumió un cargo tan importante, hemos aprendido a lidiar con ello.
—Deben ser un gran equipo.—Jimin dijo en un tono algo áspero, entonces, Hyerim de inmediato cambió el rumbo de la conversación.
—Debemos conocer el jardín trasero, tiene un piscina de nervios.
Hyerim tira de las manos de Jimin y con un poco de pereza éste accede a sus caprichos.
Y mientras la ve correr por todo el jardín, al chico le da la impresión de que ella es como un ave cautiva que acaba de encontrar la libertad, porque sus largos cabellos bailaban al compás de sus movimientos, y aquella característica sonrisa no le puede faltar, esa que derrite el corazón de Jimin."Quería que el tiempo se detuviera, con Hyerim sonriéndome así, en un mundo donde solo importáramos ella y yo"
Jimin observa a Hyerim caminar alrededor de la piscina y en sus expresiones podía determinar que el agua le parecía apetecible para pasar un día de verano junto con él.
Más bien, eso era lo que ellos estaban haciendo, pasar el día juntos. Habían recorrido la casa durante tres horas y charlado de trivialidades y compartiendo gustos en común, todo esto se sentía familiar, complaciente, e incluso los tipos de la inmobiliaria insinuaron en más de una ocasión la buena pareja que hacían.
Y por más que intentara odiarla, no podía. Llegando a la conclusión de qué tal vez, podría destruir a Jungkook y a Taehyung, pero no podía hacerle algo tan horrible a Hyerim, en su lugar, ansiaba robarse su corazón.
—El agua está deliciosa.—Hyerim empezó a jugar con el agua mientras animaba a Jimin para que se acercara con ella.
Jimin se rindió y no tuvo más remedio que agacharse a la altura de Hyerim e imitar las acciones de la mujer. Ésta a su vez se mojó un poco más las manos y con sus dedos pringó el rostro de Jimin.
El hombre cerró los ojos para sentir el agua refrescando su rostro provocando que sonriera satisfecho y de inmediato mojó igualmente sus manos regresándole el gesto a Hyerim.
Por un momento ambos se miraron confundidos por haber roto las formalidades y sin muchos preámbulos comenzaron a carcajear como dos grandes conocidos de antaño.
Entonces, el masculino hizo una pequeña introspección y se preguntó, desde hace cuanto tiempo no carcajeaba de esa manera, era irreal que pudiese estar así de perdido por una mujer a la que consideró gran parte de su vida una enemiga más de este juego.
—Hye ¿Podría verte más seguido?—se atrevió a preguntar de repente.
Aquella era una pregunta que Hyerim no veía venir, pero sin duda, esto sería el comienzo de un capítulo que sacudiría la vida de todos, en especial la de ella y la de Jimin.
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Somebody else
FanfictionHyerim y Jungkook eran la pareja perfecta, unidos por un lazo que ambos construyeron desde que eran unos niños y creían que ese amor era para toda la vida, pero la llegada de un hombre puso en duda todo aquello que se juraron alguna vez.