Treinta

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Final de la primera parte

Era muy noche y Jungkook estaba ansioso, Hyerim aún no regresaba y su móvil estaba apagado, así que mandó a todos sus hombres a buscarla hasta debajo de las piedras.

—Dónde te has metido.—se revoloteó los cabellos, particularmente asustado, a causa de la última llamada que Yoongi le hizo amenazándolo, así que si no obtenida rastro de su esposa, pondría el mundo de cabeza con tal de encontrarla, pero antes debía asegurarse de que Min Yoongi lamentara el día en que nació.

No fue así. Porque Hyerim llegó a casa por fin.

El silencio se hizo evidente cuando ambos se encontraron en el recibidor de la residencia, tanto Jungkook como Hyerim estaban sorprendidos, pero lo fue más cuando Hyerim estrechó a Jungkook en un fuerte abrazo que lo descolocó.

—Estás bien.—el hombre le correspondió el abrazo mientras jugaba con su larga melena, notando de inmediato que Hyerim estaba temblando. Por lo que trató de volver a preguntarle, pero fue interrumpido por la misma.

—Quien demonios es Min Yoongi.—Hyerim dijo con la voz a punto de quebrársele ahí mismo.

Jungkook tragó duro y se temió lo peor.

—¿Lo viste? ¿Qué te hizo? No, no ¿Dónde estuviste?

—Eso que importa.—Hyerim suplicó.—Por qué dice que eres un criminal al que quiere ver muerto.

El silencio volvió hacerse presente y solo logró escucharse a lo lejos el ruido de los coches a través de la ciudad.

El masculino debía resignarse y no seguir postergando esa conversación con Hyerim, porque ella mejor que nadie necesitaba de una explicación.

—Está bien. Pero antes, vayamos a la habitación para que te relajes.

Hyerim asintió dejándose llevar por el masculino. Por primera vez en mucho tiempo habían compartido un abrazo, por primera vez sintió al chico cálido del pasado, donde no hubieron gritos, ni tirones de por medio, era el Jungkook que conocía. Entonces, que cambió en él.

Cuando llegaron a la habitación, Hyerim tomó lugar en la esquina de la cama, y Jungkook se arrodilló tomando las frías manos de la mujer.

—Organización Eul.—se adelantó a declarar sin darle más largas al tema.

—Qué tiene que ver la organización de beneficencia con Yoongi.—Hyerim preguntó consternada.

—Hasta donde sabes, Yoongi está siendo buscado por delitos de cuello blanco. Pero por el momento nadie ha revelado ni donde, ni cómo. Pero yo si sé.

—¿Jungkook tú...?

Jungkook cerró los ojos fuertemente y asintió.

—No voy a negar que tengo nexos con él. Pero todo tiene un por qué. Como verás, la organización Eul tiene una larga trascendencia en el ámbito de la asistencia social, lo sabes bien porque tu padre fue quien fundó Eul.

Y todos querían formar parte de la utopía que Kim Jaesang les hizo creer. Un mundo donde todos fueran felices, pero Eul era y es un verdadero infierno.

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