Veintiuno

50 8 0
                                    

—¿Madre qué pasa?—Na Hyeseong era seguida por su insistente hijo quien se encontraba ansioso por saber lo que ha ocurrido entre Seokjin y Jungkook.

Así que la mujer se detuvo de golpe, girándose para encarar a Taehyung, y con brusquedad tomó al chico de la barbilla ejerciendo una cantidad considerable de su fuerza para sacarle un quejido ahogado.

Como en los viejos tiempos cuando Hyeseong reprendía a sus hijos.

—Pasa que soy una madre incompetente por haberte escuchado y dejar que tu hermana se casara con Jungkook. Eso me pasa, así que encárgate de que se divorcien una vez concluya el mandato del presidente.
He sido muy complaciente con ustedes últimamente, pero nunca voy a conseguir que me escuchen.

Sin más se marchó dejando una completa laguna mental en Taehyung, debiendo suponer que algo significativo pasó entre sus hermanos y Jungkook para colerizar de ese modo a su madre, lo cual es muy difícil de conseguir por su personalidad tan pasible.

Así que sin mucha emoción se acercó a Olimpia y a Miles que esperaban al resto de la familia para adentrarse al comedor y dar inicio con el motivo principal de la noche, solo que Jungkook prefirió ausentarse por voluntad propia y sus hermanos aparentemente se encargaban de los más pequeños de la familia.

De su madre no podía decir mucho, a juzgar por su semblante molesto, solo esperaba a que el día terminara rápido.

De pronto, algunas risillas provenientes del pasillo hicieron que los demás se giraran en  busca de las personas que lo provocaron.

Cuando Bada dijo que algún día quería ser como tú, jamás pensé que se lo tomara tan en serio.—bromeó Seokjin mientras llegaba con Hyerim del brazo.

Espero que solo haya aprendido lo bueno de mi.—respondió la mujer.

Ambos hermanos se encontraban en su mundo, como dos grandes amigos que pasaron mucho tiempo sin verse, lo cual no distaba mucho de la realidad. Pues luego de un amargo momento, ambos no dudaron en ponerse al corriente con sus vidas.

Sin embargo, los hermanos frenaron de golpe cuando dos presencias foráneas aparecieron en su círculo más personal.

La impresión de los dos hermanos se vio inmediatamente reflejada en sus expresiones.

—Vaya...—susurró Seokjin para sí mismo, quien fue el primero en reaccionar.

En cambio, Hyerim parecía aún más impasible al ver la majestuosa figura de Miles frente a ella, pensando que tan sublime era el destino a veces.

El corazón le ha dado un vuelco cuando el hombre le sonríe de forma seductiva, provocándola con descaro delante de toda su familia.

Hyerim creía estar perdida, primero, Jungkook se había enterado de sus encuentros con otro hombre, y como resultado del caprichoso destino, ese mismo hombre se encontraba en su propia casa.

Era una sensación muy extraña, podía ser miedo, pero al mismo tiempo experimentó una indescriptible felicidad con solo verlo.

—Les presento a Olimpia, mi prometida y a su sobrino, Miles.—Taehyung habló con voz monótona, pero en ese momento, Hyerim no es capaz de reaccionar de alguna u otra forma, entonces, su madre siendo la única conocedora de las circunstancias, aclaró su garganta llamando a su hija.

—P-perdón.—Hyerim se disculpó después de haber disociado.—Es un gusto.—logró pronunciar.

—El gusto ha sido mío.—Jimin como si nada coge la mano de Hyerim para después depositar un beso sobre ella con total descaro, sacándole una risilla irónica a Na Hyeseong de lo tan astuto que pueden llegar a ser algunos hombres.

Por otro lado, todos los sentidos de Hyerim se encendieron ante el roce de sus labios sobre sus manos, sintiéndose abrumada y vulnerable por aquellas profundas orbes que no dejaban de verla.

Y como un mecanismo de defensa, Hyerim retira su mano con brusquedad.

—Y-yo.—musita.—He olvidado algo.

Hyerim da unos pasos atrás dejando confundidos a los demás por su repentino comportamiento, para luego perderse en algún punto de la residencia.

Su respiración es inestable y su cabeza hecha un desastre, qué más puede salir mal,  y por suerte Jungkook se retiró antes o de lo contrario no hubiese podido controlar todo ese espectáculo.

Cuando de pronto, sintió unas manos rodear sus brazos sorprendiéndola y a la vez provocándole un quejido, recordando que en esa misma área Jungkook ha dejado unas marcas violáceas.

Miles juzga los moretones sobre la piel magullada de Hyerim y frunce el ceño espetando con ira.

—¿Quien te ha hecho esto?

Hyerim se niega a responder intentando cambiar la conversación.

—¿La novia de mi hermano es tu tía?

Pero Jimin es un hombre difícil como para pasar por alto aquellas marcas sobre la piel de su preciada mujer.

—¿Esas marcas tienen que ver con la riña entre tú hermano y el presidente? Y no intentes esquivarme.

Por supuesto que no pensaba esquivarlo, sin embargo, se le ha formado un nudo en la garganta amenazando con romper el llanto frente a Miles y sintiéndose aún más patética.

El hombre al notar el temblor en los labios de Hyerim, quien evitaba a toda costa romperse, termina por abrazarla, sintiéndose capaz de entregarle su corazón y el mundo entero si se lo pidiera, a cambio de no ver más lágrimas opacando ese bonito rostro que lo vuelve loco.

Hyerim al sentirse en los brazos de Jimin, busca desesperadamente su pecho que la llenan de una calidez indescriptible.

Aquel momento parecía muy íntimo para cualquiera que fuese testigo. Hyerim aferrada al pecho de Jimin, mientras éste jugaba con sus cabellos intentando tranquilizarla.

—No volveré a permitir que esto se repita.—Jimin susurra.

¿Pero Hyerim estaba dispuesta a romper con todas las reglas existentes con tal de refugiarse en los brazos de este hombre que prometía entregarle el universo entero si estuviese en su poder?

No parece una mala idea, porque de repente los abrazos de Miles parecían quitarle toda la carga sobre sus hombros, y las caricias que repartía en su rostro eran como vivir un sueño.

—Supongo que...—parece reflexionarlo.—Me he rendido contigo.—Hyerim confiesa.

Jimin le sonríe con ternura mientras se queda unos segundos admirándola con la intención de grabarse muy bien ese momento en su cabeza, para después besar su frente y por último le susurra muy cerca de sus labios.

Hye. Voy a cuidar de ti y tú...solo tienes que amarme.

Finalmente, Hyerim y Jimin se funden en un beso, dejando hablar a sus propias emociones, esas que se encuentran en el punto más bajo.

Siendo ajenos a todo lo que los rodea, en especial de la adusta presencia de Na Hyeseong, observando detrás de las paredes aquel inminente encuentro entre su hija y Miles.

La mujer sonríe con suficiencia y se retira ahora muy segura de su próximo movimiento.

Los próximos días serán interesantes. Pero no podemos tapar el sol con un dedo, ni tampoco hacernos de la vista gorda cuando dos personas se atraen.

Somebody else Donde viven las historias. Descúbrelo ahora