Veintidós

60 6 0
                                    

Na Hyeseong se metió a su bañera de agua fría después de un día agotador, y es que desde hace quince años hacerlo se volvió un hábito terapéutico para escapar de su realidad.

Ser madre nunca fue fácil, menos de tres chiquillos que han hecho de sus vidas toda una odisea de la que siempre trató de sacarlos y ahora que lo intentaba, no tenía la misma fuerza del pasado.

Después de un momento de introspección, cerró los ojos y se sumergió por completo volviéndose al pasado, el de hace quince años...

Cuando su carrera política se encontraba en su punto más alto, algo que casi les cuesta la vida a sus propios hijos.

Después de su divorcio con Kim Jaesang, la vida de los tres hijos que procrearon se volvió caótica, llena de rencillas, vacío y toda clase de sentimientos negativos.

En especial su hijo Taehyung. Y se arrepentía de ser una madre ausente para ellos, porque sentía haberles fallado y condenarlos a la soledad, no sólo a sus hijos, sino a gente inocente.

Entre ellos, el par de colegiales que murieron una mañana de otoño en el hospital universitario de Seúl, perpetuado por uno de sus hijos.

Esa mañana, Na Hyeseong aprovechó para visitar a su hija después del terrible accidente que tuvo en el colegio, pero nunca pensó que como madre, tuviese que tomar las peores decisiones que hoy lamentaba más que nunca.

El monótono pasillo del hospital se llenó de pronto de los gritos que fácilmente reconocía, eran los de su hija menor Hyerim. Así que asustada se acercó a toda prisa encontrándose con una verdadera tragedia.

Aquel cuarto de hospital estaba casi destruído, miles de cristales sobre el frío piso y manchas de sangre decorando aquellos fragmentos como una seña de la verdadera desgracia.

Lo más impactante, fue ver a sus dos hijos; primero Taehyung en uno de los rincones del cuarto completamente desconectado de su realidad y con signos de violencia, mientras que Hyerim atravesaba por una terrible crisis nerviosa sin dejar de repetir una frase que Na Hyeseong jamás olvidaría.

—¡Taehyung mató a alguien!

Por supuesto que fue difícil de creer para la entonces política en asenso. Así que caminó entre los cristales con aquellos pulcros tacones Manolo Blahnik que caracterizaban su estilo.

Por supuesto el gran ventanal estaba destruido, permitiéndole ver cuesta abajo, donde por desgracia dos cuerpos fueron el resultado de las acciones de sus hijos.

Na Hyeseong cubrió sus labios de la impresión, ni siquiera supo de dónde sacó el valor para manejar tan lamentable situación.

Así que con una mano temblorosa la dama sacó su móvil, tecleó algunos números telefónicos, no sin antes buscar la ayuda de su ex esposo, el poderoso Kim Jaesang. El mismo que mandó a toda su gente para limpiar el desastre y pagar por el silencio de los involucrados. Porque era así como los ricos solucionaban sus problemas.

—¡Todo esto es tu culpa! Si no estuvieses persiguiendo esa estúpida idea de ser una política en vez de educar adecuadamente a tus hijos, esto no estaría pasando.—Kim Jaesang terminó por responsabilizarla de todo lo acontecido.

En ese momento resultó fácil para Na Hyeseong tomar decisiones sobre sus hijos, esforzándose porque olvidaran aquel amargo episodio y siguiesen sus vidas como si nada pasara. Solo que Hyerim y Taehyung no podían decir lo mismo.

Ambos jovencitos tuvieron un brote psicótico, pero el caso más gravoso fue el de Hyerim, quien no dejaba de repetir lo que vio ese día en el hospital.

Somebody else Donde viven las historias. Descúbrelo ahora