Treinta y dos

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KHR

Querida, me parece que no será posible.—intervino mi madre en el intercambio de palabras.—Tú padre ha preparado una cena en honor a tu cumpleaños esta noche. Así que él llegará directamente a casa.

Entonces, no hubo queja de mi parte, recuerdo perfectamente que la fiesta que mi padre preparó fue más bien una cumbre de hombres ricos y políticos de alto rango con la intención de obtener un yerno de familia prominente para mi. Sin saber que mi mano sería dada al hijo del entonces presidente, a Jeon Jungkook.

Durante los años en los que mi padre continuó con vida, se opuso rotundamente a la idea de que su peor enemigo emparentara con nosotros, pero mi madre era quien más lo contradecía apoyando la voraz idea de emparejar a su hija con el de su mayor aliado político. Al final, cuando mi padre murió, Taehyung nos lavó tanto la cabeza a mi madre y a mi, que terminamos por sucumbir.

Detalle importante, en esta etapa de nuestras vidas mi madre era la flamante primer ministra del entonces padre de Jungkook.

Dios que pesadilla, me lamenté mientras miraba por la ventanilla del coche mientras mis hermanos y yo nos dirigíamos al colegio. Y si existiera una única oportunidad, sería definitivamente no casarme con Jungkook, al menos si quería que ambos viviéramos tranquilamente. Pero nuestros destinos estaban entrelazados por nuestros padres y no hay poder humano que lo pueda evitar.

Aunque, esperar por un milagro era peligroso, yo definitivamente tengo que cambiar la ecuación.

Así que durante toda la mañana evité entrar a clases para no tener que encontrarme con Jungkook, pero es un movimiento muy tonto de mi parte, y mi desempeño escolar pagaría las consecuencias.

Aunado a lo anterior, Jungkook es el mejor amigo de mi hermano, e hijo del mejor amigo de mi madre, y a quien engaño, esto no tendrá remedio. En consecuencia, necesito encontrar otra salida para evadir el matrimonio a como dé lugar.

Al final de la jornada estudiantil, salí de la biblioteca, y corrí hasta el aparcamiento buscando el coche de Seokjin, quien siempre nos esperaba recargado sobre el capo mientras se fumaba un cigarrillo porque era el único momento del día en el que podía hacerlo sin escuchar los sermones de nuestra madre. Porque ella particularmente odiaba el humo del cigarrillo, pero su hijo favorito lo amaba, solo que amaba más llevarle la contraria para demostrarle que solo era su hijo, más no uno perfecto.

Cuando Seokjin reparó mi llegada, apagó el cigarrillo y me regaló una cariñosa sonrisa de oreja a oreja.

—Se puede saber por qué pasaste todo el día en la biblioteca, y no entraste a clases, mamá va a matarte.

Qué podía decir, no estoy muy segura pero solo me encogí de hombros y mentí.

—Encontré una buena novela y me entretuve tanto que perdí la noción del tiempo.

—Hyerim.—mi nombre se deslizó sobre los labios de Seokjin impacientemente.—Te conozco como a la palma de mi mano, no solo a ti, también a Taehyung, literalmente mientras nuestros padres viven su era de éxito me he encargado indirectamente de criarlos, y sé que me estás mintiendo.

De acuerdo, este hombre astuto me ha pillado.

—Si lo que te preocupa es que mi padre encuentre hoy a un buen yerno, ten la certeza de que mediare el asunto. Aún eres muy pequeña para estas cosas, y no voy a dejar que mi hermanita se limite por una tonta tradición familiar en el que las mujeres sólo deben ser adornos bonitos, y parir herederos. Mamá sin duda tuvo suerte, pero el precio que está pagando es muy alto.

Curve una ceja inquisitiva y expresé mi preocupación.

—Cómo lo vas a conseguir.

—Soy la próxima generación de la familia, solo necesitas hacerte la tonta un par de años hasta que puedas hacer con tu vida lo que quieras. Te lo garantizo.

—Qué es lo que quieres a cambio.—dije sin perder el tiempo.

—Sólo encárgate de que Taehyung no haga tonterías. Es curioso como nuestros padres pueden tener el control sobre todos sus asuntos, pero no pueden educar adecuadamente a sus hijos, y Taehyung es un verdadero caso perdido, pero podemos revertir eso.

Era extraño, una charla demasiado cruda porque no recuerdo exactamente qué Seokjin y yo hayamos tenido este cruce de palabras en la vida. Pero es un gran paso.

—Hablas como si quisieras que yo controle la vida de Taehyung.

—Sí, más o menos. O hasta que sea capaz de controlar el mismo su vida. No sé Hyerim, distráelo y has lo mismo, sean dos chicos de su edad. Que yo haré el trabajo sucio.

—¿Trabajo sucio? A qué te refieres.

—No me hagas caso. Y sube al coche, ahí viene Taehyung.

Por supuesto no intenté sacarle más información acerca de lo que refirió hace un momento, porque me giré para asegurarme de que Taehyung esté cerca, y si que lo estaba, pero no venía solo, Jungkook estaba ahí.

En ese momento nuestras miradas se buscaron y se encontraron irremediablemente, sintiendo como si el tiempo se detuviera para ambos, y extrañamente parecíamos sorprendidos.

Así que en mi cabeza se desataron miles de recuerdos de esa noche, y por inercia actué cobardemente, subiéndome rápidamente al coche de Seokjin con los latidos de mi corazón disparados por la adrenalina.

—Te pasa algo.—preguntó Seokjin mientras se preparaba para arrancar, mientras Taehyung se despedía de Jungkook, al mismo que vi desde los vidrios polarizados  mirar a esta dirección con cierto desespero porque yo me mostrara.

—No mucho.—me apresuré a decir.—Solo quiero descansar antes de que llegue papá.

Por un momento olvidé lo agotador que era ser hija de Kim Jaesang, mucha opulencia, elitismo y modales que todo padre necesita ver en sus hijos para morir en paz, y saber que el negocio que tanto le costó levantar quedaría en buenas manos.

Por eso creo que mi padre hubiese desaprobado mi boda con Jungkook, él definitivamente hubiera querido que desposara a un buen millonario que invirtiera sus activos al negocio de la familia, antes de que me convirtiera en una mediocre primera dama.

Pero ahora que Seokjin ha prometido que el matrimonio no se tocaría en nuestra mesa, me correspondía ser la hija brillante que seguramente Kim Jaesang siempre quiso que fuera.

Hoy conozco perfectamente los negocios que él maneja y como lo hace. Tal vez puedo usar eso a mi favor como un verdadero activo, en vez de casarme y jugar a la casita feliz. Además, necesito saber exactamente qué pasa adentro de la organización Eul, y sobre todo, encontrar al idiota de Min Yoongi.

Y hacerlo por mucho pedazos, a él y a toda la onda de misterios que rodeaba la famosa organización Eul.

Somebody else Donde viven las historias. Descúbrelo ahora