Cuarenta y dos

47 8 0
                                    

A Taehyung se le había encomendado una misión importante, sin embargo, ahora que tenía la información en sus manos, le sería difícil abordar a su padre.

Exactamente, como le diría que el dueño de todos esos yacimientos petrolíferos, era el mismo que desposó a su hermana hace algunos días atrás. Jaesang enloquecería.

Después de que sus padres se divorciaron, el chiquillo se prometió así mismo ser el ancla de su padre luego de que sus hermanos le hayan dado la espalda, Jaesang ahora no podía confiar en ellos, y Taehyung se convirtió por defecto en el siguiente sucesor. Mientras aprendía hacer suyo al mundo entero.

Así que su mundo se resumía en todo eso que no podía tener, y qué Seokjin y Hyerim si podían.

Después de todo, se consideraba un chico que creció a la sombra del hijo predilecto de la familia, y de la hermana pequeña a la que todos protegían. Y los que pudieron ser libres del yugo de Jaesang.

Entonces, se preguntó muchas veces que le faltaba para ser tan amado como ellos, no lo sabía, pero tampoco quería que siguieran siendo plenos como hasta ahora.

Taehyung esperó impaciente a las afueras de la facultad de ingeniería donde Hyerim se especializaba en la industria petroquímica, y justo cuando la divisó entre todos sus compañeros, rápidamente se dio cuenta de que Hyerim estaba mejor que nunca, y que en resumidas cuentas no le faltaba casi nada para llegar a la cúspide del poder.

Cuando Hyerim se encontró con Taehyung no pudo evitar sentirse confusa, a pesar de que ya sabía con anticipación que esto ocurriría. La chica dio dos pasos cerca de su hermano, el mismo que buscó desesperadamente abrazarla, y al que pudo corresponder.

Sin temor a equivocarse, la chiquilla ansiaba que Taehyung dejara atrás a su padre, él mismo que lo estaba contaminando con sus ideales de la vieja escuela, desde luego no lo toleraría, pero Taehyung era el único con la capacidad de poner sus propios límites.

—Regresa a casa.—fue lo primero que Taehyung rogó.

Hyerim rápidamente negó con un movimiento de cabeza, apartándose de su hermano.

—Nunca lo haré. Más bien, es lo que tú necesitas hacer, mi padre no es bueno para ti.

—¿Tú qué sabes lo que es bueno para mi?

—La misma pregunta quiero hacerte.

—Eres la hija de Kim Jaesang, no puedes simplemente dejar que entre a tu vida cualquier persona, mucho menos si se trata de perdedores como el hombre que has escogido.

—Soy adulta, y yo decido a quien le entrego mi vida.

—Mi padre no se tentará el alma para acabar con él. Pero podemos hacer algunas excepciones.

Hyerim se echó a reír con suficientes motivos aparentemente. No podía creer que Taehyung la haya amenazado tan a la ligera, y esto no era nada menos que una declaración de guerra entre ella, su hermano y su padre.

—Qué es lo que quieres para dejarlo en paz.—dijo refiriéndose a Jimin por encima de ella.

Me entregarás esos yacimientos petrolíferos. Y mi padre jamás se interpondrá entre tú, y ese hombrecito.

Hyerim retrocedió algunos pasos lejos de Taehyung, y aquella satisfacción que su rostro mostró inicialmente desapareció cuando Taehyung había finalmente evidenciado sus pretensiones. Desde luego Hyerim no renunciaría ni a Jimin, ni tampoco permitiría que su hermano siguiese sacando provecho de ellos.

—Tienes la decisión en tus manos. Y para que veas que soy muy generoso, te vendré a buscar dentro de tres días, si tu respuesta sigue siendo la misma, entonces, me temo que papá tendrá malas noticias.

Somebody else Donde viven las historias. Descúbrelo ahora