Veintinueve

52 7 0
                                    

—¿Y qué tal?—Yeonri había estado esperando detrás de la puerta a que Hyerim saliera otra vez del sanitario, así que la mujer abrió abruptamente la puerta sin decir nada.—Hyerim.—la volvió a llamar, pero la chica estaba más sumida en sus propios líos mentales cuando vio el resultando de la prueba rápida, sabia que nada era seguro, pero la sola idea de que fuese real le aterraba.

En primer lugar, cómo es que ella y Jungkook lo consiguieron después de intentarlo una sola vez si las cuentas no le fallaban.

Y después, como se lo diría o mucho peor, como lo tomaría sabiendo que la relación entre ellos no estaba en su mejor momento.

—No, no. Tengo que salir de aquí.

[••••]

Jimin había llegado con los ojos cubiertos hasta el nuevo escondite de Yoongi, sintió como su cuerpo fue escoltado con algo de brusquedad hasta que escuchó una voz pedir que le retiraran el pasamontañas de la cara.

Y si, ahí estaba el hombre que todo el país buscaba, una persecución claramente organizada por el presidente y ahora su esposa era la moneda de cambio.

—Jimin, siéntete como en casa tenemos mucho que hablar.

Jimin inmediatamente lo retó con la mirada y le respondió fríamente.

—Pero antes deja a Hyerim en paz.

—Me temo que aún no. Al menos hasta que termine de serme útil lo pensaré.

—Solo arregla tus problemas con Jungkook, se me hace nefasto que involucres a otros.

—Involucro a quienes piensan como yo y como tú. O es que tu meta principal no es acabar con ese hombre y con toda la estirpe Kim. Vamos, no creo que Hyerim te interese mucho después de todo ¿Cómo podrías considerar a la hermana del hombre que te arruinó la vida?

—Ese es mi problema.

—Te propongo algo.

—No me interesa, solo deja que Hyerim venga conmigo.

—Lo haré. Pero antes necesito que ella y tú hagan algo por mi.

Yoongi de inmediato llamó a uno de sus hombres, el cual apareció con la mujer que había llevado a Jimin hasta esas circunstancias.

Lo peor, era que Hyerim estaba siendo apuntada por un arma y al momento en que ambos cruzaron miradas intentaron acercarse el uno del otro, pero los hombres de Yoongi lo impidieron.

—Tranquilos chicos. Les prometo que se irán juntos, pero como he dicho, necesito que hagan un par de cosas para mi. Que por supuesto les beneficiará.

—Suéltala imbecil, no ves que está asustada.—Jimin recriminó.—Si lo que quieres es dinero, puedo darte todo lo que quieras.

—Hyerim también dijo lo mismo, pero no, es que no están entiendo ninguno de los dos lo que yo quiero.

—Entonces...

Sencillo, la cabeza de Jungkook. Y todos felices. O no me van a decir que la muerte de Jungkook no sería una bendición. Podrán estar juntos.—Yoongi lo decía con tanto entusiasmo que le causaba repulsión a Hyerim.

Jimin en tanto no dijo nada, pero intercambió un par de miradas con Hyerim, después de todo Jungkook no era cualquier persona para ella, porque al final tenía un vínculo muy fuerte con él, a pesar de que la relación de ambos estaba muy fracturada, y por la mirada recelosa que Hyerim le regaló después a Yoongi, confirmó que no se le pasaba por la cabeza hacer algo así.

—Qué dices Jimin.—le propuso Yoongi.

Jimin abrió los ojos cuando Yoongi lo llamó de esa manera enfrente de Hyerim, temiendo por la reacción de la mujer, pero esta sólo le esquivó la mirada totalmente avergonzada.

—Hyerim yo...—Jimin intentó de nueva cuenta acercarse a la mujer pero la barrera entre ambos era peligrosa.

—Hyerim, ahora quiero escucharte a ti.—Yoongi dijo con ojos suplicantes.

En ese momento, la mujer se sentía acorralada por la imperante personalidad de Min, un hombre que disfrutaba verla así de vulnerable y dudando de su propia voluntad.

—En el pasado encubriste a tu hermano. Podrías volver hacer lo mismo, no debe ser difícil para ti ¿Cierto?

Aparentemente Yoongi tenía un motivo como para sacar a la conversación ese tema que en cierta medida les afectaba a Hyerim y a Jimin. El rostro de ambos lo decían todo.

En cambio, Hyerim creía verse totalmente como una criminal enfrente de Jimin, como podría verlo a los ojos de ahora en adelante, y peor aún, volverlo a exponer a la muerte. Pero ahora su corazón se había dividido en dos, en Jimin y en el hombre con el que ha estado desde que eran unos niños, por lo que las circunstancias se agravaban aún más al saber que estaba esperando un hijo suyo.

Pero Min Yoongi era un tipo de decisiones y para nada sanas. Si ella se negaba, probablemente ni Jimin salga vivo después de esta noche, y mucho menos ella misma.

—De acuerdo.—Hyerim dijo finalmente con voz entre cortada.—Si eso es lo que quieres, lo haremos a tu manera.

—Bravo.—Yoongi comenzó aplaudir.—Sabía que eras una mujer inteligente.

El pálido tomó el arma que se encontraba en el centro de la mesa y rápidamente se la extendió a Hyerim, quien solo miró con desconfianza sin tomarla.

—Anda tómala. Quiero que con esta misma te deshagas de tu peor error y que mañana las primeras noticias sean de que el presidente ha muerto.

—Hyerim no se manchará las manos.—Jimin replicó.

—Ya lo ha hecho hace quince años. Qué cambiaría ahora.

Entonces, Hyerim le arrebató el arma a Yoongi, sorprendiendo a los dos masculinos.

—Dije que lo haría, pero aún no te he dado mis condiciones.

Yoongi arqueó la ceja interesado.

—No estás en posición de condicionar nada.

—Si que lo estoy. Ahora eres un prófugo de la justicia, dime...¿Si Jungkook muere, como vas a evadirte?

—No es asunto tuyo.

—Como digas, pero entonces, déjanos en paz a todos y a él.—Hyerim señaló a Jimin.

—Excelente Kim Hyerim. Andando, tienes una misión que cumplir. Mis hombres te llevarán a casa.

Hyerim asintió y caminó detrás de los hombres sin decir nada más que lo necesario, pero de repente Jimin la tiró del brazo provocando que la mujer se girara a él.

—No hagas nada de lo que te puedas arrepentir.—Jimin dijo con un tono de voz angustioso.—Por favor, reconsidéralo.

—Jimin. Lo mejor será que de ahora en más no volvamos a encontrarnos. Si tienes intenciones de vengarte de todos nosotros, estás en todo tu derecho, hazlo, no hay razón para que tengas compasión de mí y ni mi familia.

—¿Estás segura de lo que quieres? Estoy dispuesto a mandar todo al carajo por ti. Créeme que vengarme ahora ni siquiera está en mis prioridades. Solo quiero que estés bien.—Jimin intentó acunar el rostro de Hyerim, pero esta rápidamente se apartó.

—Siempre seré la hermana del hombre que te arruinó la vida, y la espina estará en tu corazón hasta el día en que mueras. Tenerme a tu lado significa que lo recodarás y no quiero que sufras más. Por favor, dejemos las cosas así, que yo haré todo para redimir nuestros errores.

—¿Asesinando a Jungkook? Crees que esa la mejor decisión, Hyerim vas arruinar tu vida por nada.

—Descuida. Me aseguraré de que nunca vuelvas a sufrir por ninguno de los que me rodean, me aseguraré de que seas feliz.

Después de una amarga noche, Hyerim sonrió por primera vez a Jimin antes de marcharse con los hombres de Yoongi. Logrando que el masculino sintiera aquello como una clase de despedida que odiaba en todas sus maneras.

Fue así, como Hyerim se marchó aquella noche, una demasiada larga y que apenas comenzaba.

Somebody else Donde viven las historias. Descúbrelo ahora