Diez

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Los ojos avellana de Hyerim observaron con intriga al hombre de gran presencia que la atrapó con su modesta forma de ser a pesar de que se esforzaba por mostrarse desinteresado.

Y es que algo en él le resultaba familiar, porque incluso los latidos estrepitosos de su corazón no tenían explicación alguna ¿Por qué de repente todo su sistema reacciona de esa forma con un completo desconocido? Ni siquiera su esposo podía provocar que el pulso se le acelerara de manera tan desbordante.

—Acabo de llegar a Corea, así que dudo que usted y yo nos conozcamos.

Fue tajante con ella y Hyerim pensó que probablemente quedó en ridículo porque es impensable que en su vida se haya encontrando con un hombre tan encantador aún si las gafas negras ocultaban lo que había detrás de ellas.

El hombre de mangas arremangadas y con ambas manos dentro de sus bolsillos se encontraba quieto en su lugar esperando algún otro comentario de Hyerim, pero ella no era capaz de pronunciar más de dos palabras porque el masculino que tenía enfrente no se lo estaba haciendo fácil, principalmente porque olía a dinero y no exactamente a billetes, sino porque para ella existe una diferencia abismal entre oler rico y oler a rico, el pelinegro entraba en el segundo supuesto.

Jimin dibujó una sonrisa totalmente falsa y embaucadora pretendiendo estrechar la mano de Hyerim.

—Park Miles.—se presentó con orgullo.—¿Y usted?

El escolta de Hyerim y otras personas que estaban cerca miraron mal a Jimin preguntándose como podía ser tan impresentable con la primera dama, solo que Hyerim no se alarmó por el hecho de que no tuviese ni la menor idea de quién era ella.

Porque ese nombre ya lo había escuchado días atrás cuando Jungkook y su hermano conversaban de negocios.

Por ahí surgió el rumor de que un magnate griego de ascendencia coreana llegaría a hacer inversiones en el país, Park Miles, y al cual todos tenían en la mira para pactar negocios fructíferos con él, sin embargo, nadie sabía como llegar hasta el millonario de la industria naviera.

Y hoy, ella lo tenía justo enfrente, porque si, no existía duda de que él fuese aquel magnate que todos necesitaban para impulsar sus negocios.

—Kim.—pausó.—Kim Hyerim.—finalizó esbozando una sonrisa que desarmó por completo al masculino.

Jimin tensó la mandíbula nervioso por cometer un error que evidenciara su vulnerabilidad por Hyerim. Lo impactante para él fue que ella no lucró con su posición, esperaba que reaccionara de manera altiva como todos aquellos que detentaban el poder, lo cierto es que Hyerim no utilizó mayores honoríficos que su propio nombre, uno que de por sí tenía un alto valor comercial.

Hyerim hizo todo lo posible por no inhalar el agradable aroma del masculino pero cada minuto que pasaba era una tortura para sus fosas nasales.

—Permítame que pague su cuenta.—sugirió Hyerim.—Su gesto con la señorita y conmigo fue muy acertado.

—No es necesario. Hice lo correcto, si me permite, llevo prisa.—Jimin mintió, los nervios por la cercanía de Hyerim lo estaban traicionando y prefería huir antes de que la mujer de sus sueños terminara por arrebatarle su último aliento de seguridad que quedaba en él.

Solo que Hyerim era igual que tozuda que su padre, no estaba dispuesta a que un pez gordo como él se le escapara, así que se unió al caminar de Jimin sin importarle que Seulwoo la estuviese esperando en una de las mesas o que el misterioso hombre caminara tan rápido que le complicara su andar en tacones. Al final, Hyerim tropezó durante la bajada de las escalinatas del restaurante gracias a la premura de sus pasos por alcanzar a Jimin y éste no tuvo más remedio que volverse a ella para auxiliarla.

Al parecer Hyerim se dobló el tobillo, un hecho no tan gravoso, pero si vergonzante para una mujer que caminaba todo el tiempo con gracia.

Jimin se agachó a la altura de la mujer y expresó.

—Creeré que me está persiguiendo.—el chico removió la zapatilla de Hyerim para asegurarse de que su tobillo no hubiese sufrido mayores riesgos, realizando delicados masajes sobre la zona que al parecer le aquejaba.

—Es cierto, lo hago, pero no haría usted lo mismo si de repente un extraño le intrigara demasiado al grado de saber quien está detrás de esas gafas.

Jimin dejó escapar el aire contenido de sus pulmones y ya rendido por la personalidad tan fuerte de Hyerim se removió las gafas negras mostrando un rostro impecable y encantador a los ojos de Hyerim.

La mujer se exaltó cuando las orbes vivaces  del masculino hicieron contacto con los de ella. El famoso Park Miles le recordó todo lo que le obligaron a olvidar, porque había tanto fuego en su mirada que intentaban decirle algo y a su vez, un anhelo  indescriptible que conmovían a su corazón.

Porque los ojos de ese hombre le recodaron tanto a él.

A su querido Jimin.

Inmediatamente las lágrimas empezaron a recorrer sus mejillas gracias a la nostalgia que la invadió de repente, porque Hyerim por mucho tiempo estuvo en el infierno y ver de nuevo unos ojos tan nobles como los de él, sacudieron su mundo.

Sin analizar las consecuencias de sus actos, acunó el rostro del pelinegro con mucha emoción, entonces, Jimin al borde de ceder gracias al estremecimiento que provocaron los roces de Hyerim, pensó en detenerla y alejarse de ella, pero luego recordó que la mujer había caído como un milagro del cielo para sus planes, porque era la vía para llegar hasta Jungkook y Taehyung, no solo eso, Hyerim fungía un rol fundamental en la vida de los hombres, algo así como el talón de Aquiles para ambos.

Y esta es una oportunidad única.

—Le aseguro que no solo es la mujer más bella que he visto desde que llegue a Corea, sino la más lista. Mire que ha conseguido la primicia de ver mi rostro y sus tacones pagaron el precio.

El rostro de Hyerim se encendió de la vergüenza, porque prácticamente Jimin había insinuado que todo ese númerito que montó fue nada menos que para llamar su atención, lo cual no era del todo mentira. Pero no podía darle la razón.

Jimin dejó escapar una risotada contagiosa, ya enternecido por las reacciones genuinas de Hyerim, así que el hombre se puso de pie y le extendió una mano a la primera dama para que se apoyara en él y así fuese capaz de guardar el equilibrio después de tan bochornoso encuentro.

—Solo estoy algo curiosa por saber si los hombres en estos días son así de atentos, porque comenzaba a perder la fe en ellos y también porque me recordó a un buen amigo.

De inmediato, las reacciones de Jimin se volvieron rígidas, estaba seguro que de ser un buen amigo del pasado, hoy mismo no serían los extraños que son. Así que abandonó la euforia del momento y la amargura lo invadió.

—¿Ah sí?—Jimin sonríe con suficiencia.—Supongo que ese amigo debe ser muy especial.

Las expresiones de Hyerim cayeron y al parecer se ha quedado sin aire cuando escuchó al masculino pronunciar aquello.
Porque ella mejor que nadie sabe el lugar que Jimin tiene y ha tenido en su corazón.

Porque Hyerim lo llamaría, su primer amor.

Somebody else Donde viven las historias. Descúbrelo ahora