Veintisiete

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El tictac del reloj determinaba cuan ansiosa estaba Hyerim por abrir ese sobre que Hoseok le trajo por la mañana, pues había pasado todo el día dudativa pensando qué es aquello que podría encontrarse ahí, pero evadirlo ya ni siquiera estaba en discusión.

Lo cierto, es que perdió la noción del tiempo en esa silla con vista al hermoso paisaje de su jardín, pensando más de lo que a un humano se le puede permitir.

Así que determinada tomó una bocanada de aire y con sus manos temblorosas cogió él sobre amarillo, o más bien, el resultado de esa pequeña encomienda que a Hoseok le correspondía afrontar por su señora.

Desde la llegada de Olimpia y Miles, la vida de todos se volvió agitada, en especial la de Seokjin, Bada y la de ella. Por supuesto, también necesitaba cumplir con la promesa que le hizo a su sobrina, y para eso debía hurgar en el pasado de Miles.

Dentro del sobre se depositaba una extensa y detallada información de la vida de aquel naviero que llegó del Mediterráneo. Así que con mucho valor abrió los documentos dando paso a la lectura, y a medida que bajaba la vista línea por línea, la expresión de Hyerim se volvía horrorizada.

De un solo golpe, todo aquello que en su mente idealizó, se hizo añicos ¿Acaso no debería sentirse traicionada y ofendida?

—¡Él está vivo!

Pero de alguna manera sintió alivio en su corazón, reprimiendo sus sollozos con ambas manos para no ser escuchada por los de afuera.

Como resultado, Hyerim se hizo bolita en la misma fría silla dejando escapar un llanto desgarrador rememorando cada momento del pasado y aquel noble chico del que se enamoró perdidamente.

A uno al que en silencio le lloró ante la terrible pérdida, pero hoy la esperanza volvía a tocar a su puerta.

Quería verlo, quería abrazarlo y mirarlo a los ojos para decirle cuanto lo extrañó hasta que se cansara de escucharla.

Porque su querido Jimin estaba más cerca de lo que alguna vez soñó.

Solo que ahora le resulta imposible mirarlo a los ojos directamente después de este hecho, sería hipócrita y en consecuencia era volver a traicionarse así misma, pero evadir la realidad no es correcto, no lo sentía de esa forma.

Así que la mujer se armó de valor por primera vez en su vida, y se puso en marcha en medio del ocaso.

Las manos incluso le temblaban cuando intentó tomar el volante de su coche, así que inhaló un poco de aire con la intención de relajarse pero era casi imposible, como consecuencia dejó escapar un grito lleno de frustración, y se preguntó ¿Desde cuando era capaz de experimentar la impotencia que ahora sentía consigo misma?

Decidida, salió de la cochera burlando toda la seguridad de Jungkook que abarrotaba la residencia, porque sin duda era peor que una prisión.

Pero de pronto, el trayecto se vio envuelto por extrañas presencias que parecían perseguirla y podía apostar a que eran hombres de Jungkook actuado como sombras, temiendo porque arruinaran su encuentro con Jimin.

En lo único que pudo pensar en ese momento fue desviarse un poco del camino para perderlos entre el aparente tráfico, pero las camionetas eran tan escurridizas como una víbora.

Hyerim comenzó a sentirse amenazada, no era para nada normal ahora que el auto blindado le pisara literalmente los talones sin ningún tipo de vergüenza.

—¡Cual es tu maldito problema Jungkook!—maldijo.

La mujer no tuvo más remedio que acelerar entre los coches que difícilmente podía seguir esquivando, para tomar un atajo sólido.

—Qué hago, qué hago.—se mordió los labios de nervios intentando reorganizar sus ideas.

Hasta que sorpresivamente los autos comenzaron a multiplicarse como si fuese todo un convoy de seguridad, que ni siquiera le permitieron seguir avanzado.

—¿Era necesario?

Furiosa se bajó de su coche para encarar a los supuestos hombres de Jungkook, pero se llevó una grata sorpresa cuando un rostro algo familiar se mostró ante ella.

¿Qué no es el hombre más perseguido por la justicia actualmente?

Hyerim miró a su entorno. Y efectivamente Min Yoongi optó por acorralarla en una zona poco frecuente para los transeúntes y coches. Así que inteligentemente trató de regresarse a su coche, pero todos los hombres que la rodeaban, le apuntaron con sus armas dispuestos a tirar balas a morir con solo un chasquido de Min Yoongi.

El pálido se acercó a pasos lentos hacia la mujer, sin quitarle la vista de encima, era imposible hacerlo porque Hyerim siempre le pareció una mujer muy guapa e interesante.

—Me temo que tú y yo tenemos algunas cosas que hablar, es eso o morir aquí mismo. Así que más te vale venir conmigo.

—¿Ah sí?—Hyerim le lanzó una mirada retadora.—Qué te hace pensar que escucharé a un criminal como tú.

—Tú esposo también es un criminal, sin embargo, lo escuchas. No somos tan diferentes después de todo.

—Sólo dime que quieres y acabemos con esto, tengo prisa.

—A ti.—Yoongi respondió con franqueza.

—¿A mi? Sabes que soy una mujer intocable, no creo que estés en posición de pedir estas cosas.

—Precisamente por eso te quiero. Si te tengo, será esta la mejor prueba de que estoy por encima de cualquier miembro de la familia Kim.

—Dame una razón suficiente para que haga tal cosa como sucumbir a ti.

—Sencillo. Si tú decides subir a tu coche y marcharte, te aseguro que no me volverás a ver, pero tampoco a Miles o prefieres que le diga Jimin.

Hyerim se escandalizó de inmediato entendiendo cuál era el punto de Yoongi, y se angustió de imaginar todo lo que éste hombre ahora sabía de Jimin, si lo hace, prácticamente la vida de él se encuentra en peligro y no iba a permitir que se lo volvieran arrebatar.

En tanto, Yoongi sonrió ampliamente porque la vida de Hyerim ahora dependía de él y solo le bastó nombrar a ese hombre, así que podría dimensionar cuanto era el amor que le tenía y debía agradecer la existencia de Jimin, porque sin él nada esto hubiese sido posible tan fácilmente.

—Si es así. Entonces.—Yoongi le cedió el paso a Hyerim fingiendo cortesía. A lo que ella solo puso los ojos en blanco y bufó molesta.

—Créeme que tus días de paz se han acabado.—Hyerim le amenazó pasando de largo para subirse al vehículo blindado de Yoongi.

—Me encantan los retos. Sobre todo si ellos son Jungkook y tus hermanos.

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