Treinta y siete

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—Pretendes comprar una propiedad, o más bien pretendes que yo lo haga porque eres incapaz legalmente.

Jimin había pasado los últimos treinta minutos escuchando ininterrumpidamente los planes que Hyerim tenía en puerta, y cada uno de ellos era más hilarante que el anterior. Pero muy brillante para obtener ciertas ventajas, de eso no tenía queja.

—Esa no es cualquier propiedad. En algunos años será asediada por grandes inversionistas e incluso por el gobierno. Si no nos damos prisa, el primer afloramiento petrolífero no será nuestro.

—Tú padre hará un alboroto si se entera de que tú serás quien tenga los únicos yacimientos petrolíferos en el país, ya que si no mal recuerdo, uno de sus tantos negocios en el extranjero es exactamente el petróleo.

—Digamos que estoy un poco aburrida con la trama de la historia. Necesito ver las cosas desde otra perspectiva.

—Desde cuál.—Jimin preguntó con interés.

—Vamos Jimin, sabemos que mi hermano es una piedra en tu zapato y tú en la de él. Al menos toma esto como una deuda que tengo contigo, por eso quiero que por primera vez en mucho tiempo puedas vivir felizmente.

—¿Estás segura de que mi felicidad está ahí?

—A menos que tengas otras ambiciones. De igual forma, te daré lo que quieras.

Hyerim estaba decidida apostar todo lo que tenía a su alcance para que Jimin tuviese la vida dorada que al menos ella consideraba que el chico merecía después de que su familia se encargó de arruinarlo, lo cierto, es que a Jimin ni siquiera le importaba poner un precio porque en realidad eran meras banalidades, y su única ambición era y es estar a lado de Hyerim.

Permíteme estar a tu lado. No me alejes nunca más de ti.

Hyerim no vio venir esa respuesta de Jimin, por esa razón se tambaleó en su lugar sorprendida por la fuerte determinación a nunca rendirse con ella. Y es que tampoco quería alejarse de él por muchas razones que no puede siquiera enlistar, entonces, tomaría su mano para cumplir con su deseo.

De acuerdo, guapo.—con una brillante sonrisa iluminó después de mucho tiempo la vida de Jimin, y éste no tuvo más remedio que derretírsele el corazón.

De esa manera, daba inicio a lo que sería una aventura para el par de jovencitos.
Comenzando con la compra del predio que Hyerim tenía en la mira.

Por su puesto ella aún era menor de edad, y Jimin al menos ya había superado la mayoría de edad algunos meses antes, siendo capaz de hacer los negocios por  Hyerim, con la intención de despistar a su padre quien a pesar de liberar a su hija, aún se preocupaba por ella, y esperaba que muy pronto regresara. Solo que ese momento no sucedió, no al menos en el año posterior.

Hyerim alcanzó la mayoría de edad, y tan pronto, se matriculó a la facultad de ingeniería decidida a incursionar en el mundo de la petroquímica, lo cual era un plan de estudio totalmente diferente al que tomó en su otra vida.

Jimin, irremediablemente se volvió el objetivo de Kim Jaesang y Na Hyeseong. Y en general, todos estaban interesados por el novio prodigio estudiante de ciencias contables que lejos de tener un bajo perfil, se convirtió en un dolor de cabeza para Kim Jaesang.

—Solo busca la manera de que tu hija regrese a casa.—Jaesang le ordenó a Na Hyeseong después de leer los informes que solicitó acerca de Jimin.—La quiero lejos de ese rufián.

—¿No fuiste tú quien la echó? Ella ahora es adulta, y como cualquier chica de su edad está saliendo con alguien más. No es como si estuviesen a punto de casarse.

Nunca hay que subestimar a las personas enamoradas, tú hija parece ser una de ellas. Y por ningún motivo permitiré que un don Juan la tenga.

El chico no podrá tener antecedentes familiares impresionantes, pero al menos es honesto, y nuestra hija parece estar feliz. No crees que eso te debe importar más, algo que la haga feliz por primera vez en su vida.

—Y parece que no puedo contar contigo. Así que haré las cosas a mi manera, y te aseguro que Hyerim regresará, aunque tenga que pasar por encima de ese imbécil.

Jaesang salió del despacho de su ahora ex esposa completamente enfurecido. Lo inevitable sucedió y el divorcio llegó para ambos justo como en el pasado. Por lo que las tensiones entre ellos eran más que evidentes, sobre todo cuando los asuntos de sus hijos los seguían uniendo.

Así que Hyeseong dejó escapar con pesadez el aire retenido de sus pulmones resignada a que Jaesang jamás dejaría de ser impetuoso. A ella desde luego le preocupaba el bienestar de su hija, pero si se trataba de alejarla del mundo de su padre, no solo a Hyerim, sino a sus demás hijos, tendría que pagar el precio como lo es dejarlos ir sin presiones.

Aunque, Taehyung parecía muy empeñado en seguir el legado de su padre, e incluso someterse a su yugo para conseguir el tan anhelado título de heredero de Kim Jaesang.

Y era capaz de hacer cualquier cosa con tal de obtener su aprobación. Entre ellas, separar a su hermana de ese jovencito que provocó revuelo en toda su familia.

Solo que, la suerte parecía estar de lado de Jimin esta vez.

Noticias de última hora, se han encontrado múltiples yacimientos petrolíferos muy cerca de la ciudad. Serían los primeros que se encuentran dentro del país.

Y en consecuencia, Hyerim y Jimin, se habían vuelto asquerosamente ricos antes de lo previsto.

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