Capítulo 02

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Aceptable.

Esa era la palabra que venía a la mente de Constance cuando pensaba en su nueva asistente.

Había pasado una semana desde que Eliana comenzó a trabajar para ella. La mujer había sido sincera al decir que aprendía rápido. Sarah la estaba guiando bastante bien y Eliana seguía sus instrucciones al pie de la letra; empezando por traer con ella algo para anotar siempre que entraba en su oficina.

"Por muy buena que creas que sea tu memoria, siempre -Sarah había alzado el dedo índice como si con eso se estuviera asegurando que la atención de Eliana estuviera totalmente en ella-, SIEMPRE lleva algo para escribir"

Constance presenció y escuchó aquel intercambio desde su oficina. La expresión de su asistente mientras escuchaba a Sarah fue lo suficientemente divertida para hacer que regresara la mirada a los papeles que había estado firmando, solo para disimular la sonrisa que comenzaba a formarse en sus labios.

Durar una semana, no, -durar un día- como su asistente, era considerado un gran logro por muchos en Ciao .

-Eliana -llamó con la misma tranquilidad de siempre, sin importar lo urgente que podría ser lo que necesite.

-Sí, Constance -preguntó Ella, ya lista con un bloc de notas y un lapicero en la mano.

-Necesito que llames a Ronald a las 11:30AM y canceles la reunión del jueves. Llama a Tomás del departamento de arte y dile que no me reuniré con él para hablar de sus asuntos insignificantes; si tiene algo más que decir puedes programar una reunión, pero que no sea por más de quince minutos, Eliana. -La asistente asintió sin dejar de anotar en el bloc de notas-. Saca una cita para Maura con el Dr. Ruiz. No importa qué día, pero que sea temprano, y quiero una copia del vuelo de Arthur. Pregúntale a Sarah dónde compró los yogures de fresa para Maura; quiero otro pedido y que sea una docena esta vez.

Ella se mordió el labio inferior mientras escribía, intentando mantener el ritmo de las órdenes para asegurarse de tener todo anotado. Finalmente, volvió a alzar la mirada, esperando pacientemente por más.

Constance estuvo a punto de decirle que eso era todo, pero fueron interrumpidas.

-Ah, Constance, mia bella , no vas a creer las fotos que te he traído. -El hombre entró en la oficina con apresuro y sin presentarse, casi colisionado con la asistente.

Constance asintió, pero no dejó de mirar a Eliana que había abierto los ojos alarmada. Siempre era lo mismo con sus asistentes cuando veían a Rafael entrar en su oficina por primera vez, como si fuera el dueño del lugar.

Rafael se detuvo al lado de Constance para darle un beso al aire, cerca de la mejilla. El hombre se enderezó alzando la cabeza y se detuvo como si apenas se hubiera dado cuenta de la presencia de la otra persona.

-¿Modelo? -Se acercó a la asistente-. Hace tiempo que no veo unos ojos azules así de brillantes y penetrantes. -La pregunta había sido dirigida a Constance, aunque Rafael no había apartado la mirada de la asistente que, inconscientemente, había tomado un paso atrás intentando recuperar su espacio personal.

-No. -Fue lo único que respondió Eliana y su mirada volvió a su jefa, buscando algún tipo de apoyo.

Constance estuvo a punto de hablar, pero fue interrumpida nuevamente. Rafael, sin dudas, no podía controlar a su musa cuando encontraba un sujeto que lo inspiraba.

-¿No? -Pareció escandalizado con la respuesta-. ¿Eres rubia natural? -preguntó y Eliana hizo una mueca antes de negar levemente-. Hmmm. Tienes buena estatura y el rubio resalta tus ojos. -El ceño se le arrugó y se frotó la barbilla con los dedos-. Tienes el cuerpo y esos labios...

Extrañas por NaturalezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora