Acto II - Capítulo 20

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Constance apartó un mechón de pelo del rostro de Maura y tiró un poco de la manta para cubrirla hasta el cuello. Maura se había calmado al verla, y el doctor pudo ponerle el yeso en el brazo derecho y tratar pequeñas heridas en la frente y mejilla, causadas por los vidrios.

Uno de los doctores de emergencia la había buscado unas horas antes para darle la mala noticia que su marido había fallecido durante la cirugía. Recuerda vagamente que llamó y habló con Elizabeth, la madre de Arthur, pero si le preguntaran qué fue lo que se dijo durante esa conversación, no podría decir con exactitud. Aldo las había visitado para dar su pésame, y Constance le agradeció y lo envió a casa para que descansara con su familia.

Él y Maura habían tenido suerte. Mucha suerte.

Un toque en la puerta llamó su atención y cuando se giró vio que Elena estaba del otro lado, haciéndole un gesto con la mano para que saliera.

-No quería entrar y despertarla -explicó cuando la morena cerró la puerta y se apoyó en la pared al lado.

-En este momento creo que nada podría hacerlo. ¿Alguna noticia de Eliana?

Elena negó con la cabeza y se apoyó en la pared a su lado.

-Aún está en cirugía. Su cerebro está muy inflamado y tendrán que inducir el coma para que se pueda recuperar. Terminarán la cirugía en un par de horas más y esperarán hasta mañana para determinar si su cuerpo puede aguantar otra o si habrá que esperar.

-No debí haberla enviado al—

-No. No hagas eso. No te culpes de lo ocurrido.

-No quería ir. Estoy segura de que solo lo hizo por Maura. ¿Sabes que renunció?

-¿Qué? -Elena se rio y sintió un alivio y un peso al mismo tiempo, lo que la desconcertó-. No pensé que tuviera los cojones, perdona el lenguaje. Para ser honesta, estoy sorprendida de que no lo haya hecho el primer mes. De verdad la pusiste a prueba muchas veces.

-Y las pasó todas -admitió Constance, con la mirada perdida.

-El policía me dio los detalles del accidente -comentó Elena después de unos instantes en silencio y cruzó los brazos-. No me hacía sentido la gravedad de las heridas de Ella, comparado con los demás pasajeros.

-¿Qué dijo?

-No creo que sea buena idea.

La mirada de Constance fue suficiente para hacer que Elena tragara en seco.

-El policía dijo que no estaba usando el cinturón de seguridad. Y los que vieron el accidente en la intersección confirmaron que... que Ella salió disparada por la ventana y terminó a varios metros del auto. -Cerró los ojos al escuchar la bocanada de aire que dio la mujer a su lado.

-Eso no es posible, siempre lo usa. Es hasta... quisquillosa con eso.

-Lo sé, por eso le pedí que me explicara en detalles -concordó Elena.

-Tuvo que tener alguna razón...

-No sabremos hasta que despierte.

Las dos se miraron, y en sus miradas comunicaron lo que no se atrevían a decir. ¿Despertará?

-Iré por Izzy y Noah. No sé cómo les explicaré todo esto, y querrán verla...

-Pueden quedarse en la habitación de Maura. Estoy segura de que la compañía les hará bien a todos.

-Gracias, Constance. -Elena colocó una mano sobre el hombro de la morena y la retiró de inmediato cuando Constance dio un respingo-. Siento mucho la muerte de tu marido... sé que ya te dije, pero si necesitas cualquier cosa—

Extrañas por NaturalezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora