Capítulo 53

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Cuando Constance abrió los ojos, se dio cuenta de varias cosas: estaba en la cama sola, un leve pulso de música se escuchaba desde los pisos inferiores y había dormido más de la cuenta. Se bañó y se preparó para el largo día que le esperaba y, antes de bajar, revisó la habitación de Ella, sorprendiéndose al encontrarla vacía y la cama impecable.

—Buenos días —saludó, mientras bajaba un poco el volumen de la música. Antes de poder acercarse a la cafetera, su hija preguntó:

—¿Café?

Constance miró a Maura y luego a Izzy, quien no había dejado de cortar fruta.

—Sí —respondió, y se sentó al otro lado de la isla, intentando no comentar nada sobre el manejo del cuchillo en la mano de Amelia. Ella le había enseñado a cocinar varias cosas a los niños. Noah no había estado muy interesado, ya que, según él, el microondas era todo lo que necesitaba para lo que él quería comer.

Constance aceptó la taza y abrió los ojos sorprendida al detectar el sabor de la crema de caramelo. Maura la miraba con una gran sonrisa, como si estuviera esperando algún comentario al respecto. Aquello fue una grata distracción de cómo Amelia parecía cortar trozos de sandía con más rapidez.

—Ella me dijo que ese era el secreto —dijo Maura, sin poder aguantarse.

—¿Sí? —preguntó Constance con una leve sonrisa. Estaba sorprendida de que le hubiera tomado tanto tiempo a Ella compartir ese pequeño secreto—. ¿Y dónde están Ella y Noah?

—Salieron a correr —comentó Izzy, metiéndose un trozo de sandía en la boca y ofreciéndole uno a Maura.

—No sé cómo tienen tanta energía tan temprano... —pensó Constance en voz alta, tomando un sorbo de café.

—Después de todo el cardio que hizo en la noche... —dijo Izzy, mordiendo una uva e intentando no reírse cuando Constance casi se ahoga con el café—. Ayer salió a correr en la noche —le recordó.

—Cierto. —Constance se aclaró la garganta.

Noah entró por la puerta trasera cuando Constance apenas había terminado la mitad del café, escuchando cómo Maura le contaba a Izzy sobre su universidad y dormitorio. Las tres miraron cómo el joven se sirvió un vaso de agua del grifo, se lo bebió entero y luego las miró como si se estuviera preguntando en qué momento habían aparecido.

—'Nos días, Cons —dijo y se fue corriendo, avisando que se iba a bañar antes de que la mujer pudiera siquiera abrir la boca.

—Es un animal —dijo Izzy.

—No hables así de tu hermano, Amelia.

Maura se rio entre las dos.

Todas miraron hacia la puerta trasera otra vez cuando volvió a abrirse y Ella entró con la respiración agitada, sudorosa, y un periódico en la mano que soltó encima de la isla.

—'Nos días —saludó con la respiración entrecortada y se sirvió un vaso de agua del grifo, bebiéndoselo tan rápidamente que algunas gotas de agua se deslizaron por su garganta, y luego tosió, golpeándose el pecho con la palma de la mano.

Izzy hizo un ruido de desaprobación y luego susurró algo al lado de Constance que sonó bastante a "de ahí lo aprende".

Maura había agarrado el periódico y buscaba el Sudoku.

Constance abrió la boca, lista para decirle unas cuantas cosas a Ella, pero la cerró de repente cuando Ella comenzó a bajar el cierre de la chaqueta deportiva y se la quitó, revelando un brasier deportivo negro y un abdomen brillante de sudor.

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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