Capítulo 44

46 5 1
                                    

¿Cómo era que siempre terminaba en esta posición? Constance se preguntó, dejando de fondo la voz de su madre. La reunión había consistido en varios miembros del consejo y los jefes de varios departamentos. Ahora solo quedaban las personas que trabajaban directamente con Ciao. Su presencia en esa reunión aún seguía siendo un misterio para ella y, por las miradas que Sarah y Rafael le habían lanzado, también lo era para ellos.

Una colaboración.

No supo cómo pudo contener su sorpresa. Sarah abrió los ojos desmesuradamente y Rafael le lanzó una mirada a Constance, como si se estuviera preguntando si ella sabía de qué hablaba Claire.

Constance no se creía las palabras que estaba escuchando. Su madre parecía genuinamente interesada en su último proyecto, en el cual había experimentado con lo que había aprendido a lo largo de los años en Ciao y Bella Vite.

—Me parece una idea estupenda —concordó Rafael y Claire lo miró complacida.

—Tenemos espacio para seis páginas en la siguiente edición.

—Ocho —objetó Claire y antes de que Sarah pudiera interrumpirla, continuó—. Tengo un artículo con algunas ideas, usando las fotos de la presentación de Constance. Sería ideal que un fotógrafo de Ciao tomara fotos de mayor calidad—

—¿Qué está pasando? —exigió saber Constance, poniéndose de pie bruscamente, con un fuego en la mirada. ¿Qué tipo de broma le estaba jugando su madre? Desaprobar durante años sus sueños y logros en el mundo del arte, ¿para ahora llegar y proponer tal barbaridad? —¿Qué estás tramando, madre?

—Mi único interés es el éxito de Ciao. ¿Acaso no ha estado claro? —preguntó, mirando a las otras personas presentes que se mantuvieron calladas.

—Claire, si me permites... —comenzó a decir Rafael, pero cerró la boca cuando Constance se dirigió hacia la salida del salón de reuniones y cerró la puerta de un portazo detrás de ella.

—Perdonen la mala educación de mi hija. Sarah, Rafael, mi asistente ya se aseguró de dejar los documentos y todo lo que podrían necesitar en sus oficinas. Estaré en Nueva York hasta que se termine esta edición.

Los dos se pusieron de pie, asintieron y salieron de la oficina en silencio.

==

Ella usó su llave para entrar en la casa, revisó el estudio y luego subió las escaleras a la oficina en el segundo piso. La expresión de preocupación permaneció, aunque la comisura de sus labios se arqueó levemente al verla. Dejó la bolsa de comida sobre la silla y dio la vuelta al escritorio para ponerse de cuclillas a su lado.

—Constance —dijo en voz baja, rozando su hombro.

—¿Mmm? ¿Ella?

La sonrisa de Ella se ensanchó al ver los ojos verdes adormilados, y no pudo contenerse de apartar un mechón de pelo del rostro de Constance.

—Volviste.

—Siempre...

Se sorprendió cuando Constance hizo girar la silla y la abrazó con fuerza, casi haciéndola perder el equilibrio.

—Cinco días es mucho tiempo. —Constance se quejó en el espacio entre su cuello y hombro. Ella se rio, estrechándola contra su cuerpo—. Estoy hablando en serio.

—Lo sé, lo sé. Es mucho tiempo, por eso volví antes.

Constance se separó con una mirada sospechosa.

—¿Nada que ver con Sarah y Rafael? ¿Con mi madre?

—Parece que mucho puede pasar en cinco días —fue la confirmación de Ella—. ¿Y despediste a Natalie? Era tu mano derecha. Me agradaba esa chica.

Extrañas por NaturalezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora