Capítulo 29

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Si bien Constance se sorprendió al llegar a la casa de playa, no mostró señales de ello. Por otro lado, Ella permaneció quieta como una piedra al salir del auto. Tuvo que revisar la dirección más de dos veces para asegurarse de que estaban en el lugar correcto. Los niños bajaron corriendo, emocionados al ver el mar, a pesar de que la temperatura estaba helada.

-¿Es la primera vez que vienes? -preguntó Constance a su lado.

-Sí. No esperaba esto...

-Lo deduje por tu expresión.

-Esperaba una casa de playa... una simple casa de playa. No esto. Esto es demasiado. Sabía que era una playa privada y... bueno, he estado en la casa de playa en Boca Ratón y es grande, pero esto no... esto es una mansión, Cons.

Constance no la corrigió y simplemente la miró.

-Debes de tener vecinos famosos por aquí.

Ella gruñó y eso pareció divertir aún más a la morena.

-Estoy segura de que esta propiedad vale mucho más que mi casa de playa. Quiero ver el interior. ¡Niños! -llamó y los tres regresaron de inmediato.

Los niños las siguieron mientras revisaban cada rincón de la casa, lo cual les tomó más de media hora. Los mellizos y Maura escogieron una habitación para dormir los tres juntos, Constance escogió la habitación del lado, y Ella la habitación al frente de ellos.

-Tu padre tiene varios tesoros aquí -comentó mientras bajaban por la escalera, dirigiéndose a la cocina.

-¿Lo dices por la colección?

-Es impresionante. Pensé que habías donado todo, al igual que hiciste con el Rothko -comentó mientras apoyaba la cadera en la isla de la cocina.

Ella nunca le había revelado que fue ella quien donó el cuadro, pero lo confirmó con su silencio.

-No todo... y recuerda que es mi primera vez aquí. No sabía que también tendría una pequeña colección en este lugar. En realidad, no sabía qué esperar... -dijo, haciendo una mueca de disgusto que se acentuó cuando empezó a sacar con brusquedad los alimentos que habían comprado en el camino, para la cena de Acción de Gracias.

Constance mantuvo una expresión neutral, observándola en silencio.

-De todas las cosas que perdí con mi memoria... lo único que desearía olvidar es cómo mis padres me dieron la espalda cuando más los necesitaba -confesó en voz baja-. Pero la vida muchas veces es cruel, y lamentablemente este es uno de los recuerdos que sigo trayendo como si fuera ayer.

Constance no sabía mucho del tema, excepto por lo poco que Elena le había contado y que recordaba perfectamente: "Nuestros padres la desheredaron cuando quedó embarazada". Elena no se atrevió a decir más, y ella no preguntó. Pero ahora, al mirar a Eliana, claramente afectada por el simple recuerdo de sus padres, no sabía qué hacer ni qué decir.

Constance ignoró la expresión de sorpresa de Ella al dar la vuelta a la isla y detenerse a su lado, tomando una de las bolsas de compras y ayudándola en silencio.

-Dime si quieres regresar a la ciudad -dijo Constance en voz baja-. Puedo encargarme de la conducción de vuelta -propuso, ya que sabía lo cansada que Ella debía de estar después de manejar durante todo el trayecto. No era un camino largo, pero era consciente de que la mujer a su lado no había dormido mucho debido a que había finalizado un artículo y lo había enviado a su editor antes de "las vacaciones".

-No. -Negó rápidamente-. Los niños la están pasando bien y puedo... -hizo una pausa por un instante para mirar alrededor-... puedo convertir este lugar en algo mío.

Extrañas por NaturalezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora