Capítulo 31

88 7 2
                                    


Ella arrugó el ceño al sentir que algo pinchaba su mejilla. Con cada segundo que recobraba la conciencia, su cuerpo hacía lo mismo, catalogando cada dolor muscular.

-¿Qué haces? -preguntó con voz ronca, notando que Izzy estaba de rodillas al lado del sofá y que era quien había estado usando un lápiz de color para tocarle el cachete.

-Cons me pidió que te despertara.

-¿Cons? -Se incorporó quejándose por los dolores-. ¡Por Dios! -exclamó entre dientes cuando estiró los brazos y su columna vertebral crujió en varios lugares.

-Te advertí que no durmieras ahí.

Ella giró la cabeza para ver a Constance moviéndose por la cocina antes de dirigirse a ella y entregarle una taza de café.

-En tres minutos estarán listos los waffles. Seguí la receta que dejaste escrita, así que espero que salgan como te gustan... ¿Qué? -preguntó al notar que Ella se había quedado mirándola con una expresión tonta y solo se había movido mínimamente para aceptar la taza caliente.

-¿Crees que Rafael me creería si le digo que me has hecho café? -preguntó con un tono divertido y Constance abrió los ojos de par en par antes de echarse a reír, sorprendiéndola aún más.

-Creo que Rafael no se creería muchas cosas -susurró con un tono dulce y sugerente.

Ella tuvo que sostener la taza de café con fuerza para que no se deslizara de sus dedos. ¿Acaso Constance...? No, no. Se aclaró la garganta y apartó la mirada de la morena para ver a su hija, quien se había entretenido con el cuaderno de colorear. Ella tomó un sorbo de café y cerró los ojos por el placer que sintió.

-¿Dónde está tu hermano y Maura?

-Afuera.

Ella se puso de pie, no sin hacer otra mueca porque todo su cuerpo parecía crujir.

-¿Afuera? -preguntó y miró en dirección a la morena en busca de alguna explicación.

-Están con tus vecinos, bueno, están siendo vigilados por tus vecinos.

-¿Sí? -preguntó con un tono inseguro y se acercó a Constance cuando esta le hizo un gesto con la cabeza.

-Desde aquí los puedo ver.

Ella suspiró de alivio cuando vio a los dos niños sentados junto a dos adultos en el muelle.

-Son Mary y Morty. Una pareja encantadora y muy amable. Estuve hablando con ellos, hace poco que se mudaron acá. Morty les está enseñando a pescar.

Constance le dio vuelta al waffle y Ella no pudo hacer más que mirarla, luchando por mantener la boca cerrada. ¿Qué se había perdido que Constance estaba tan de buen humor?

-¿Desde cuándo estás despierta?

-No hace mucho.

-Ujum -musitó, sobándose el músculo del cuello-. ¿Acaso no te duele nada? -preguntó y se arrimó inconscientemente a la mujer.

-¿Por qué me habría de doler algo? -preguntó al poner el wafle terminado sobre un plato y comenzar a preparar otro.

Ella tragó saliva con dificultad. ¿Acaso se lo había imaginado todo? Recordaba que habían hablado, que se habían abrazado. Constance la había abrazado, y por primera vez había iniciado el abrazo, y no la soltó hasta que decidieron sentarse en el sofá porque ninguna de las dos pensaba que podrían conciliar el sueño. ¿Se había imaginado todo aquello? Cómo podría ser cuando las palabras de Constance advirtiéndole que fuera a la cama porque se quedaría dormida en el sofá aún estaban frescas en su mente.

Extrañas por NaturalezaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora